El PSC, una pieza clave de la negociación
Iceta pide «paciencia» y «generosidad» al PSOE y a ERC en víspera del inicio del diálogo. El socialismo catalán afianza su influencia ante Sánchez y se estrena en su papel de puente en busca de acuerdos
En el último minuto del último mitin de campaña de Pedro Sánchez en Barcelona -por primera vez el candidato a presidente del Gobierno clausuraba su ... periplo en Cataluña- se escuchaba la canción 'Mi querida España' cantada por Rozalén y Kiko Veneno, en una adaptación de la histórica melodía de la cantante Cecilia de 1975, que fue censurada por el franquismo meses antes de fallecer el dictador. El gesto empezaba a ser revelador del papel político que puede tener el socialismo catalán en el nuevo paisaje de coalición PSOE-Unidas Podemos. Uno de los laboratorios de este acuerdo se había abierto ya en junio en el Ayuntamiento de Barcelona entre los comunes de Ada Colau y el PSC local liderado por Jaume Colboni.
Cinco meses después, el tablero ha vuelto a colocar al PSC con un protagonismo estelar. La militancia de ERC se pronuncia hoy en una consulta interna sobre la negociación de la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno, y elevará el listón al exigir una mesa de negociación política «entre gobiernos». El socialismo catalán, el gran damnificado del achique de espacios en Cataluña provocado por el choque entre los nacionalismos, se ha convertido ahora en una pieza clave del diálogo. Un puente que va a engrasar la relación entre el PSOE y Unidas Podemos, por un lado, y que además puede facilitar las conversaciones con Esquerra Republicana a pesar de los tremendos recelos y de los temores que este asunto suscita en sectores del socialismo español.
«Siendo el primer partido de España, que ha de vertebrar el futuro Gobierno, y el segundo partido de Cataluña, siendo la cuestión catalana uno de los principales retos a abordar, y ocupando una posición central progresista y dialogante, es obvio que el PSC juega un papel de primer orden y su presencia y protagonismo tenderán a aumentar». El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, reconoce a este periódico su apuesta por buscar nuevas vías de diálogo que resulten viables con la legalidad, lejos de la grandilocuencia y del exceso de la gesticulación. Tanto Unidas Podemos como el PNV ven con interés este rol, que podría contribuir a construir nuevas complicidades estratégicas y superar la colisión de frentes alentada por los sectores más radicales. Y, de paso, puede implicar un mayor reequilibrio en el seno del socialismo español, muy condicionado siempre por las federaciones territoriales del sur (Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha). No obstante, aviso a navegantes: el preacuerdo entre PSOE y Unidas Podemos fija una contundente línea roja a los partidos soberanistas: el diálogo debe desarrollarse siempre con respeto a la Constitución.
Las claves
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Negociación «Si se plantea la autodeterminación, se acaba rápido», advierte Iceta sobre el diálogo
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Debate territorial El acento 'plurinacional' que defiende el PSC facilita el entendimiento entre el PSOE y Unidas Podemos
Iceta hizo ayer un llamamiento expreso a la generosidad en este proceso entre el PSOE y ERC y pidió que predomine «la voluntad de diálogo firme y mucha paciencia», al tiempo que defendió «no crear falsas expectativas» para «evitar la frustración» de la que puede surgir «la ira». El primer secretario de los socialistas de Cataluña aclaró que «la negociación no termina con la investidura de Sánchez» y recordó que «también hay que poder gobernar y aprobar unos Presupuestos».
Sobre la exigencia de un diálogo entre gobiernos, planteada por ERC, Iceta señaló que ya existe la Comisión Bilateral Estado-Generalitat. Eso sí, puntualizó que «si se quiere el diálogo, encontrar el mecanismo, el instrumento, ha de ser muy sencillo. Otra cosa son las garantías».
Y, aunque admitió que «se puede hablar de todo», sí advirtió expresamente: «Si se plantea la autodeterminación se acaba rápido: usted la pide, yo digo que no, y pasamos a los postres. Si quieres llegar a un acuerdo hemos de comenzar por cosas en las que haya un terreno común que lo permita».
Sobre la mesa planea el listón de máximos que maneja el independentismo. Esquerra -presionada a su vez por los más rupturistas- circunscribe este programa de máximos a sus reivindicaciones legítimas: llevar al foro de diálogo el reconocimiento del derecho de autodeterminación y la amnistía de los políticos presos. Dos planteamientos que el socialismo español considera absolutamente inviables y que dinamitarían cualquier posibilidad de entendimiento para la investidura. ¿Cuál es el margen de maniobra intermedio que queda entonces? La habilidad de Iceta -que ha colocado al secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, en la mesa de diálogo con ERC- resulta determinante en este momento.
En todo caso, el acento federalista y plurinacional que siempre ha defendido el PSC puede convertirse en uno de los incentivos de la negociación para propiciar un deshielo con el soberanismo más pragmático.
La opción federalista
Que Pedro Sánchez recuperase el gancho de la España federal y de la plurinacionalidad para su programa electoral, a propuesta de los socialistas catalanes y después de haber suprimido estas referencias, ya apuntaba la influencia de Iceta en el socialismo español. El PSOE retomaba las alusiones a la Declaración de Granada, que establece un pacto interno entre las federaciones territoriales del partido, y la Declaración de Barcelona, que admite la existencia de una «realidad plurinacional» en España. En paralelo, el socialismo catalán había renunciado ya al derecho a decidir, con el que coqueteó durante algún tiempo.
El PSC ha unido su destino a la suerte política de Sánchez desde el momento en el que se decantó como su aliado más fiel al dar la batalla interna contra la vieja guardia del PSOE. Tras las elecciones del 10 de noviembre, con sus 12 diputados, el PSC se ha colocado en el puente de mando que pilota Sánchez. Se perfila también como el principal interlocutor del soberanismo en la mesa de diálogo político del Parlament de Cataluña y, quizá, más a largo plazo, como un aliado de los comunes y ERC en un eventual eje de izquierdas. Un escenario aún muy hipotético.
En cualquier caso, la necesidad de abrir un diálogo entre el soberanismo y los socialistas catalanes la defienden abiertamente algunos referentes del independentismo, como, por ejemplo, Jordi Cuixart, el expresidente de Òmnium, condenado en el juicio del procés.
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