El papel de la derecha
El foco ·
La derecha vasca, que en estas últimas elecciones autonómicas se presentó coaligada con las siglas del PP y Cs, afronta una legislatura en la que ... deberá definir cómo quiere ejercer su oposición al Gobierno PNV-PSE, que, no lo olvidemos, dará sus primeros pasos con el fortalecimiento que supone contar con mayoría absoluta en la Cámara vasca. Iturgaiz, jefe de filas de esta por ahora inédita fusión electoral, tendrá la siempre difícil empresa de armonizar las sensibilidades del PP de Pablo Casado, ahora más centrado tras dejar en el camino a Cayetana Álvarez de Toledo, y del partido liberal de Inés Arrimadas, que ha dado un giro de 180 grados a la nave naranja y acepta entrar en la negociación de los Presupuestos de Moncloa –con presencia podemita incluida– con el objetivo de moderarlos. Toda una exhibición de pragmatismo que tranquiliza a Pedro Sánchez.
Al margen de las posturas alejadas que los líderes de PP y Cs mantienen ante la acción del Gobierno de Sánchez para combatir la crisis de la pandemia del Covid-19, los populares y liberales vascos tendrán que decidir si se alinean con la oposición frontal que ejercerá desde el primer minuto EH Bildu o si, por contra, eligen un camino intermedio de fiscalización constructiva y propositiva a la acción del gabinete de Urkullu, sobre todo en asuntos tan vitales como la articulación de las necesarias y urgentes medidas para paliar los devastadores efectos del virus en la salud, el empleo, la economía y la educación.
Después de que en los primeros compases de la legislatura pasada el PP vasco facilitase los presupuestos de PNV-PSE, resultaría ahora desconcertante que la derecha vasca, con la incorporación del partido de Arrimadas, se desentendiera ante semejante desafío. La mano tendida de Iturgaiz a Urkullu, al margen de sus diferencias, es significativa.
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