Olentzero también toca la puerta de los políticos

El calendario de Adviento pretendía ser una guía para contabilizar los días que faltaban para que Olentzero hiciera acto de presencia en casa de Bakartxo Tejeria, en Donostia. Pero el chocolate es demasiado goloso para dos mellizos de cinco años. «¡No han podido resistirse! El día 8 ya se comieron el del 24», dice entre risas la presidenta del Parlamento Vasco, que lleva escuchando la misma pregunta -«¿Cuánto falta para que llegue Olentzero?»- desde hace al menos un mes. Así que Tejeria ha ido descontando los días con la misma emoción que sus dos pequeños. «Lo vivimos con mucha ilusión», cuenta la dirigente del PNV, que tiene otras dos hijas mayores, de 12 y 16 años. «Los 'oparis' de ellas ya van más direccionados, el Olentzero va a tiro hecho», cuenta.

Además, y como no podía ser de otra manera, Olentzero también se ha acordado de ella: un bolso ha sido el regalo estrella que ha recibido estas Navidades la presidenta de la Cámara autonómica. El resto, dice, se repartirá el 6 de enero con la llegada desde Oriente de los Reyes Magos.

Con Maddalen Iriarte es difícil que Olentzero no acierte, porque lleva alrededor de 20 años recibiendo exactamente el mismo regalo: una agenda roja con una goma en un costado. «La verdad es que Olentzero nunca me ha dado una explicación de por qué», dice sonriente la portavoz de EH Bildu en el Parlamento Vasco.

Lo cierto es que la predilección que tiene Iriarte por el rojo -lleva la funda del móvil o incluso la correa del reloj en ese color- llevó hace ya dos décadas a Olentzero a dejarle ese detalle dentro de un zapato. Y, desde entonces, no ha fallado ni un solo año. «Es una agenda que suelo llevarla de un lado a otro siempre, y que se puede ver en muchas imágenes», cuenta la parlamentaria de la coalición soberanista, que la mañana de ayer abrió todos los regalos junto a su marido y sus cinco hijos, de 30, 28, 24, 18 y 15 años, en su casa de Durango. «Mis hijos ya son mayores, pero la verdad es que seguimos manteniendo la tradición y, además, le ponemos mucha ilusión», cuenta.

José Ignacio Asensio reconoce que lo que más le gusta en Navidad es que le sorprendan. Así que, aunque le dé alguna pista a Olen-tzero, siempre desenvuelve el papel de los regalos con ilusión. Este 2021, el segundo teniente de diputado general había dejado caer la necesidad de contar con una nueva yogurtera después de que se le estropeara la anterior. Así que, dicho y hecho. Olentzero atendió ayer a su demanda, que ha venido acompañada con un libro de recetas. «No es por una obsesión de mi departamento -dice el responsable foral de Medio Ambiente-, pero siempre intento evitar envases de un único uso y utilizar menos plástico. En definitiva: cosas para utilizar cada vez más el kilómetro cero», cuenta el secretario general del PSE-EE de Gipuzkoa desde su casa en Tolosa, donde ha estado rodeado de su mujer y sus dos hijos: Itxaso y Mikel, de 24 y 22 años respectivamente.

Además, y como gran aficionado a la lectura, Asensio ha recibido 'La madre de Frankenstein', de la recientemente fallecida Almudena Grandes, y varias obras de literatura en euskera.

Olentzero tiene una larga noche por delante cada 24 de diciembre para que el día de Navidad todos los niños de Euskadi se despierten con un regalo. Y parece que, desde hace muchos años, elige la casa de los Gorrotxategi, en Durango, para iniciar su labor. «De toda la vida, desde que yo era muy pequeña, hemos abierto los 'oparis' después de la cena de Nochebuena», cuenta Miren Gorrotxategi.

La portavoz de Elkarrekin Podemos-IU en el Parlamento Vasco, junto a sus dos hijos -de 17 y 18 años- ha pasado la noche del 24 en casa de su madre, junto a sus hermanas y sobrinos. Un día lleno de emociones -y precauciones- que terminó con toda la familia abriendo los regalos que Olentzero había depositado junto a los zapatos y el árbol de Navidad en una habitación contigua al salón. Esta vez, la dirigente podemita había pedido un par de libros: 'Ibaier-tzeko ipuina', de Oihane Amantegi; y 'El infinito en un Junco', de Irene Vallejo. Pero al final, Olentzero se decantó por un regalo más original: un set de caligrafía. Así que tendrá que esperar a los Reyes Magos para recibir los dos libros.

En casa de Muriel Larrea no hace falta despertador para abrir el ojo. Sus cuatro hijos -Mateo, de dos años; Rodrigo, de 6; Celia, de 9; y Gabriela, de 13- van corriendo a su cama cada 25 de diciembre para gritarle emocionados que Olen-tzero ya ha hecho su trabajo y ha dejado en el salón todos los regalos. «Este día siempre madrugamos una barbaridad, a las 5 de la mañana ya estábamos en pie», dice con ilusión la presidenta del PP de Gipuzkoa, que ya entregó hace días al famoso carbonero las cuatro cartas que guardaban los deseos de sus hijos. «Yo nunca pido nada, la verdad. Lo que a mí me gusta es verles esa cara de felicidad a ellos y la conexión familiar que existe estos días», asegura la dirigente popular.

Pero el Olentzero, como cabía esperar, también ha querido tener un detalle con ella. Nada ostentoso, pero sí básico y necesario para el día a día: un jersey muy navideño y un bolso. «Olentzero es muy listo y sabía que me hacía falta», dice entre risas Larrea desde su casa en Irun.