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El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, y Uxue Barkos, en una imagen retrospectiva.

El nuevo partido creado por Barkos genera tensiones con el PNV en la coalición Geroa Bai

La expresidenta navarra minimiza las fricciones en vísperas del congreso fundacional de Geroa Socialverdes el próximo sábado

Alberto Surio

San Sebastián

Lunes, 14 de diciembre 2020, 06:17

Geroa Socialverdes, el nuevo partido creado por Uxue Barkos y cuyo congreso fundacional está previsto el próximo sábado, 19 de diciembre, ha alterado el ... mapa político navarro. De entrada, la utilización del nombre Geroa ha incomodado al PNV, que forma parte de la coalición Geroa Bai, en la que se integran los seguidores de Barkos. Los nacionalistas han criticado que se utilice ya el nombre de una marca que también les incumbe a ellos, aunque no mantienen diferencias de fondo con el proyecto. Pero también suscita algunos roces con el Partido Socialista de Navarra, con el que la alianza Geroa Bai y Podemos son aliados y comparten tareas en el gobierno foral presidido por la socialista María Chivite.

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Y es que la apuesta de fondo de Barkos pasa por convertir a Geroa Socialverdes en una referencia política en la que se sienta identificada el electorado más progresista así como sectores vasquistas de la Comunidad foral, pero alejados de la polarización identitaria. Su aspiración es tener un perfil transversal y ecologista, alejado de cualquier dinámica extremista, que penetre en caladeros sociológicos del centroizquierda y que aspire a ejercer un papel similar al que puede tener Compromís en Valencia. Es una propuesta que pretende darle una identidad a esta fuerza política para poder competir en las elecciones generales, en las que Geroa Bai tuvo en su día la voz de la propia Barkos como su candidata y diputada en el Congreso. De hecho, el único senador con el que cuenta Geroa Bai en Madrid es Koldo Martínez, que se ha incorporado al grupo de senadores Izquierda Confederal, en donde se alinean representantes de En Comú Podem, Mes per Mallorca, Adelante Andalucía. Compromís y Más País de la Cámara alta.

El proyecto puede introducir a medio plazo una cuña en el mapa político navarro y suscita algunos recelos. De entrada, en el PNV, que libra una batalla soterrada con Barkos desde la propia constitución del último Gobierno de coalición con el PSN y Podemos. Los jeltzales, liderados en la Comunidad foral por Unai Hualde, presidente del Parlamento navarro, aspiraban a tener una vicepresidencia del Ejecutivo foral. Pero, al final, el representante del PNV, Manu Aierdi, asumió la cartera de Desarrollo Económico y dejó como vicepresidente segundo y consejero de Ordenación Territorial y Proyectos Estratégicos a José Mari Aierdi, exalcalde de Lekunberri y estrecho colaborador de Barkos.

Al PNV le ha irritado la utilización de Geroa, el nombre de la coalición, en la nueva formación liderada por Barkos

De los cuatro representantes de la coalición Geroa Bai en el gabinete de María Chivite, solo uno, Manu Aierdi, es miembro del PNV y es el responsable del Departamento de Desarrollo Económico y Empresarial.

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Sin embargo, la propia Barkos se ha encargado de minimizar las discrepancias internas y señalar que están ya perfectamente superadas. «Las hemos tratado con los socios, en el foro en el que entendíamos que se tenían que acometer», señaló hace pocos días para zanjar cualquier episodio de conflicto interno. «La relación en Geroa Bai está perfectamente normalizada, como nunca ha dejado de estarlo», resaltó.

La apuesta estratégica de Geroa Socialverdes pasa, según sus promotores, por fortalecer la coalición de gobierno, una pieza, a su juicio, esencial en el actual mapa político navarro y determinante para superar la histórica relación entre la derecha navarrista y el PSN, así como por establecer puentes de colaboración transversales que rompan la dinámica de polarización identitaria.

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Ha sido, precisamente, este distanciamiento entre UPN y los socialistas el que ha precipitado un cambio en el sistema de alianzas que es factible en el Parlamento foral gracias a la abstención de Euskal Herria Bildu, que posibilitó la elección de Chivite como presidenta y la aprobación de dos proyectos presupuestarios. Pero, por otra parte, el proyecto liderado por Barkos también pretende dar respuesta a nuevas demandas económicas, sociales y relacionadas con la sostenibilidad que se plantean en la sociedad europea y que también pueden materializarse en Navarra.

Núcleo duro de Chivite

Los socialistas también se resienten por el proyecto de Barkos, que pretende competir por el espacio de centroizquierda. Las fricciones son soterradas, han aparecido en el seno del Gobierno de coalición y la cuestión de fondo es que los socios de Chivite empiezan a tener la sensación de que el núcleo duro del Ejecutivo, en manos del PSN, «se lo guisa y se lo come» y no participa de forma colegiada en las decisiones más relevantes. El malestar ha sido trasladado por los aliados de Chivite, que confían en una superación de las desavenencias, que se consideran lógicas en un gobierno tripartito de coalición en el que conviven sensibilidades diferentes. Un episodio concreto en el que han aflorado estas tensiones son los planes relacionados con el proyecto del Canal de Navarra.

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El nuevo partido de Barkos articula un espacio político un tanto heterogéneo en donde se integraban independientes así como diversas corrientes de sesgo nacionalista vasco, pero ajenas a la tradición jeltzale. En su momento, estas corrientes formaron parte de la coalición Nafarroa Bai, donde también figuraban también Eusko Alkartasuna, Aralar y Batzarre.

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