Una nueva generación se abre paso en la política vasca

Así lo ratificaron Andoni Ortuzar y Arnaldo Otegi en sendas entrevistas publicadas por este periódico. El presidente del EBB señalaba que el relevo de Iñigo Urkullu (62 años) por Imanol Pradales (48) obedece a la necesidad de contar con un lehendakari con recorrido para doce años. Otegi (65 años), por su parte, indicaba que él renuncia a ser el cabeza de lista porque «hay una nueva generación que se está incorporando al independentismo de izquierdas», aunque sí optará a seguir siendo el coordinador general de la coalición. Entre los valores emergentes de EH Bildu se sitúan, entre otros, la hondarribitarra Oihana Etxebarrieta (36 años) y Pello Otxandiano (40 años).

En este reportaje cuatro expertos conocedores del escenario político vasco reflexionan sobre los cambios que se están produciendo, cuáles son sus motivaciones y si apuntan a que nos adentramos en un nuevo ciclo en la política vasca.

Javier Tajadura, catedrático de Derecho Constitucional de la UPV, señala que el cambio de candidatos, tanto en el caso del PNV como de EH Bildu, responde a circunstancias distintas. En su opinión, los jeltzales han optado por el relevo generacional «porque tienen la sensación de que el partido se está haciendo 'viejo' y que pierden votantes jóvenes. De ahí que hayan apostado por una persona que conecta mejor con una franja de la población que se preocupa por temas nuevos, como puede ser el cambio climático».

La situación de EH Bildu, según Tajadura, es distinta. «Esta coalición conecta ya bastante con la juventud y por tanto no necesita rebajar la edad de sus candidatos. En su caso lo que ocurre es que sus dirigentes mayores son personas vinculadas directamente con el terrorismo. Esta realidad les obliga a cambiar a sus cabezas de lista».

Respecto a si nos adentramos en un cambio de ciclo, el catedrático de la UPV se muestra prudente. «No se pueden hacer profecías. Se producirá si EH Bildu supera al PNV y mediante acuerdos con el PSE o con Podemos se hace con el Gobierno Vasco. Esto supondría una revolución».

María Silvestre, catedrática de Sociología de la Universidad de Deusto, estima que más que ante un relevo de la vieja guardia generalizado nos encontramos ante una apuesta por nuevas caras. «El cambio en el PSE se produjo hace ya unos meses; en Elkarrekin-Podemos, por ahora, permanece Miren Gorrotxategi; en EH Bildu, Otegi sigue moviendo los hilos, aunque vaya a haber una nueva aspirante a lehendakari, y en el PP se ha traído de vuelta a un candidato de la vieja guardia. Todo ello sin olvidar que las estructuras y órganos de los principales partidos apenas se han modificado».

Ahora bien, añade Silvestre, «sí es cierto que se está apostando por nuevas caras para liderar las listas a las autonómicas y eso viene motivado por la necesidad de adaptarse a los cambios sociales y políticos, entre ellos la incidencia de los resultados en las elecciones municipales y forales y la situación política en el Gobierno de España, con la participación de los partidos nacionalistas y soberanistas en los acuerdos de gobernabilidad».

Silvestre considera que los resultados del 28-M, con el PNV en descenso y EH Bildu al alza, entre otras razones por su penetración en el electorado más joven, han sido determinantes en la apuesta de los jeltzales por Pradales. «Puede ser un intento – explica la catedrática– por acercarse a otras generaciones sin alterar demasiado el modelo de liderazgo ni el mensaje político».

En la decisión del PNV también ha influido, señala la directora del Deustobarómetro, el desgaste del poder y de la gestión pública. «En el último año hemos visto cómo la preocupación por Osakidetza se incrementaba significativamente en la sociedad y también cómo se acrecentaba la conflictividad social en determinados sectores».

Ahora bien, todo ello en opinión de Silvestre, no tiene por qué desembocar en un cambio de ciclo político. «Las autonómicas es muy posible que nos deparen la reedición de un gobierno de coalición PNV-PSE. Si eso fuera así, no podríamos hablar de cambio de ciclo». Lo que sí es cierto, admite la catedrática, es que el crecimiento de EH Bildu y su nueva posición y actitud en la política española abre potenciales nuevos escenarios todavía no recorridos en Euskadi, «como un posible pacto PNV-EH Bildu o un acuerdo de izquierdas EH Bildu-PSE-Elekarrekin Podemos».

No obstante, la directora del Deustobarómetro advierte de que aunque los números permitan esas nuevas alianzas, ello no quiere decir que vayan a producirse. «La política no la dicta solo la matemática, hay otras variables a considerar antes de aventurarnos a hablar de cambio».

Antonio Rivera, catedrático de Historia Contemporánea de la UPV, considera que los políticos que llevan en activo desde la época de aprobación del Estatuto de Gernika y de la Constitución «ya son sesentones» y por tanto cada vez son menos representativos de una sociedad que se ha transformado extraordinariamente.

En el caso del PNV, Rivera lo califica de partido «envejecido» y «desnortado». Añade que la mayor parte de los servicios públicos se han ido debilitando a partir de la pandemia «lo que se traduce en protestas que el PNV interpreta como acoso. Su victimización en ese sentido aparece ahora finalmente ridícula porque quien te acosa y te exige no es 'Madrid', sino tu propia ciudadanía». El catedrático concluye que este escenario les ha llevado a ejecutar un relevo «forzado» de Urkullu «desde la opacidad del sanedrín de su partido».

El catedrático de la UPV sí estima que están coincidiendo el cambio generacional con el cambio del ciclo político, dibujándose un escenario más propicio para EH Bildu que para el PNV. No obstante, añade que esto no significa que en las próximas elecciones autonómicas vaya a producirse un cambio en el liderazgo del Gobierno Vasco. En su opinión, «todavía conoceremos otra legislatura de tránsito» antes de que tal relevo se materialice en el Ejecutivo autónomo.

Itziar García, profesora del máster de Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, explica que la Euskadi de 2024 difiere de la de 2012. En la actualidad, indica, la sociedad se muestra más interesada por la tecnología, los desafíos globales o el cambio climático que por la cuestiones identitarias. García señala que la opinión pública no percibe a Urkullu y a Otegi como políticos enfocados hacia esas nuevas inquietudes que priman entre las generaciones más jóvenes. No obstante, subraya que no se trata tanto de una cuestión de edad como de armar un discurso que conecte con un electorado alejado de los políticos y que toque la «fibra sensible».

La profesora de la Universidad de Navarra asegura que asistiremos a una «lucha de agendas mediáticas». Señala que en la de EH Bildu primarán los aspectos más sociales, como el ecologismo y el feminismo, al tiempo que se alejará del discurso independentista, «porque le funciona para aglutinar el voto de Elkarrekin Podemos». García indica que el PNV ha apostado por un candidato altamente cualificado para recuperar «ese aval de partido gestor».

Respecto a si estamos ante un cambio de ciclo político, la profesora señala que hay un votante joven que no ha vivido la lacra del terrorismo y que puede ver en EH Bildu un partido con una narrativa más ligada a inquietudes más sociales. Añade que la coalición independentista presenta una imagen «renovada en discursos, vestimenta y con un tono más constructivo, donde la independencia ha dejado de ser el eje de su propuesta». En este sentido, concluye que la conexión es más fácil con quienes han podido votar al PSE o a Elkarrekin Podemos.