Miles de personas piden en Bilbao la excarcelación de los presos de ETA tras el fin de la dispersión

Bajo el lema 'Llaves para la solución' fueron unas 20.000 personas las que abarrotaron la calle Autonomía de Bilbao. Por segundo año consecutivo, los convocantes tuvieron que modificar el formato de una protesta que se celebraba anualmente en estas fechas para reclamar que todos los presos de ETA estuvieran internados en cárceles vascas y navarras. Tras los últimos traslados aprobados en marzo por Instituciones Penitenciarias, Sare centra ahora sus reivindicaciones en «abrir las puertas de regreso a casa de los presos a través de la aplicación ordinaria de la ley, desterrando para siempre las excepcionalidades que durante décadas se les han aplicado».

De esta manera, Sare se desprendió el año pasado de la bandera que representaba esta petición y cambió el mapa de Euskal Herria rodeado por flechas con la por otro con la palabra 'Etxera' con las mismas flechas. Es una de las banderas que, junto a la de navarra, la ikurriña y la palestina, onderaron ayer entre La Casilla, Zabalburu y el Ayuntamiento de Bilbao.

Joseba Azkarraga, exconsejero de Justicia del Gobierno Vasco y portavoz de Sare, acusó a la Fiscalía y la Audencia Nacional de «guiarse por criterios políticos» a la hora de revocar terceros grados. «Deben ser las instituciones políticas y judiciales de Euskal Herria las que diseñen el camino de regreso a casa de los presos vascos. Y ello exige decisiones políticas, valientes y justas. Ahora nos toca abrir la puerta de las cárceles y traer a los presos a casa a través de la aplicación de una política penitenciaria sin exepciones», proclamó.

La primera plana de EH Bildu, encabezada por Arnaldo Otegi, asistió a la manifestación. Sin embargo, entre las ausencias destacó la de Pello Otxandiano, que ayer mismo se oficializó su candidatura a la Lehendakaritza. El PNV, que ya se desvinculó de la cita el año pasado, no secundó una protesta a la que sí se sumó Elkarrekin Podemos. Entre quienes apoyaron la marcha, destacó la presencia de partidos e instituciones catalanes como ERC, Junts, la CUP, Omnium y la Asamblea Nacional Catalana. El BNG también se adscribió a la protesta, lo que provocó que Alfonso Rueda, presidente de la Xunta de Galicia lo calificara como «repugnante».

Entre otros dirigentes ajenos a la política vasca, ayer recorrieron las calles de Bilbao por parte de ERC Teresa Jordá, diputada y exconsejera de la Generalitat, y Joan Tardá, exdiputado; en representación de Junts acudió Josep Rius, vicepresidente del partido; por la CUP asistió Montserrat Vinyets, diputada de la formación independentista en el Parlament catalán.

Por su parte, los sindicatos ELA y LAB también apoyaron la reivindicación, mientras CC OO se desmarcó, al igual que el año pasado, al entender que no estaba justificada una vez que la política de dispersión ha terminado.

La manifestación de Sare ha tenido lugar un día después de que la Fiscalía pidiera juzgar a 'Kubati' y varios dirigentes de Sortu por un delito de humillación a las víctimas en la organización de un centenar de homenajes a presos de ETA entre 2016 y 2019. En los minutos previos a que arrancara la protesta, Julen Arzuaga, parlamentario de la formación aber-tzale, se refirió a esta solicitud del Ministerio Público como una estrategia «del Estado profundo que aún nos amenazan con traer nuevas causas y expandir el dolor y sufrimiento en este pueblo».

Estas declaraciones tuvieron lugar después de que el viernes el Ministerio Público pidiera al juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón que procese a los exmiembros de ETA Antón López Ruiz, 'Kubati'; Carlos Sáez de Eguilaz; y Felipe San Epifano, 'Pipe'; así como a dirigentes de Sortu como Haimar Altuna, Oihana Garmendia y Oihana San Vicente. Todos ellos forman parte de la denominada 'comisión de presos' que puso en marcha la izquierda abertzale.

Altuna en estos momentos es responsable de la 'comisión para la resolución de las consecuencias del conflicto' de Sortu y San Vicente es responsable de la Coordinación Interna de la formación abertzale.

El Ministerio Público observa que detrás de todos los 'ongi etorris' se escondería una «organización criminal de carácter no terrorista». La Fiscalía habría descartado que los hechos investigados sean constitutivos de un delito de enaltecimiento al terrorismo, pero recalca que no fueron actos esporádicos, sino que se organizaron siguiendo unas normas muy estrictas.

Asimismo, añade que si bien la organización de un caso aislada puede considerarse amparada por la libertad de expresión, la organización sucesiva de 'ongi etorris' produce «una constante humillación a las víctimas».