Garmendia homenajea a los 113 policías nacionales asesinados en Euskadi: «No estáis solos»
«La vigencia de la memoria de las víctimas del terrorismo es la semilla de la libertad de hoy», expresa la delegada del Gobierno en un emotivo acto en la comisaría de Donostia
«La vigencia de la memoria de las víctimas del terrorismo es la semilla de la libertad que hoy disfrutamos los vascos». Con estas palabras ... la delegada del Gobierno en Euskadi, Marisol Garmendia, reivindicó este lunes en San Sebastián el recuerdo de los 113 policías nacionales pertenecientes a unidades de la Jefatura Superior del País Vasco asesinados por ETA, en el homenaje que se les brindó en la comisaría provincial. El Ejecutivo central hizo extensivo el tributo a los 188 policías nacionales que en total han sido víctimas mortales del terrorismo, incluidos las causados por el yihadismo, y les dedicó por primera vez un día para su memoria en la comisaría donostiarra. Marciana de Paz García, Eva Pato Hernández y María Aránzazu Meneses Olarreaga, viudas de tres de estos agentes que ejercieron su trabajo en Euskadi asistieron emocionadas al tributo. «Llega tarde, pero llega», compartieron agradecidas.
Garmendia enfatizó la necesidad de mantener viva la memoria, porque «sobre ese dolor infinito de las familias de los agentes asesinados se asientan hoy más fuertes que nunca los pilares del Estado de Derecho que triunfó sobre la banda terrorista y marcó el final de un camino que nuestra sociedad jamás debió recorrer».
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En un sencillo y emotivo acto, se proyectó un vídeo con las fotografías de todos los agentes asesinados y se depositó una corona de laurel ante la placa con los nombres de todas estas víctimas del terrorismo. En el tributo participaron Jesús Herranz, el jefe superior de Policía del País Vasco, y Guillermo Echenique, subdelegado del Gobierno en Gipuzkoa. También asistieron el Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil, el subdelegado de Defensa, el Coronel del Regimiento de Infantería, el Comandante Naval, el Jefe Territorial de la Ertzaintza, el Jefe en San Sebastián, el director de la Guardia Municipal de San Sebastián, comisarios y policías de la Jefatura y de las comisarías provinciales de Gipuzkoa y Álava.
Garmendia aprovechó el acto para expresar su apoyo y el del Gobierno español a las familias de las víctimas. «Hoy os digo que no estáis solos, que contáis con el cariño y la cercanía de la inmensa mayoría de la sociedad vasca. Asumimos nuestra responsabilidad colectiva como sociedad y como país como corresponde a nuestro deber moral y democrático», expuso.
Recordó también que la última víctima de ETA en Euskadi fue el inspector de la Policía Nacional Eduardo Puelles, asesinado en Arrigorriaga el 19 de junio de 2009, «y hoy hago mías las palabras que entonces pronunció el lehendakari Patxi López: ETA ha matado a uno de los nuestros. Como nuestros son esos 112 agentes más de la Policía Nacional que perdieron la vida a manos de ETA a los que hay que añadir centenares de heridos y familias destrozadas».
La delegada del Gobierno remarcó la necesidad de mantener vivo el relato de las víctimas y combatir «las mentiras» sobre lo sucedido en los tiempos del terrorismo de ETA. «Defiendo el derecho a pensar y a sentirse diferente porque el País Vasco es una tierra plural, tolerante y donde pueden convivir los distintos». Denunció, sin embargo, a «los que falsifican las palabras para tratar de imponer un relato que no se corresponde a lo que pasó» porque, tal y como aseguró, «este país se construirá sobre la memoria de las víctimas y no sobre la de sus verdugos, porque es importante que no se olviden los tiempos, que parecen ahora tan lejanos pero que no lo son, del miedo y del terror en Euskadi y en el conjunto del país».
La delegada recordó también que San Sebastián es «una de las ciudades más azotadas por el terrorismo» e insistió en reivindicar la memoria «de estos servidores públicos» y en agradecerles «el sacrificio que hicieron y que hoy permite que la sociedad vasca y la sociedad española podamos vivir en paz, en libertad y con una normalidad democrática que paso a paso vamos conquistando».
«Un sufrimiento perdura»
Reiteró la importancia de que el relato se construya «entre todos para que no se olvide lo que aquí sufrimos y quién provocó ese sufrimiento». «Creo que se lo debemos a las víctimas, a la Policía Nacional y a las casi mil personas, civiles, militares, de cualquier estamento de la sociedad vasca que dieron su vida por defender lo que hoy tenemos», les dedicó.
Jesús Herranz recordó que la amenaza del terrorismo generó «unos daños irreparables y un sufrimiento que perdura en el tiempo» a pesar del cese de la actividad armada de ETA. «La Policía Nacional ha estado en primera línea de esta batalla que se inició hace más de medio siglo y el dolor de las familias de todas las víctimas debe estar presente en la institución y en la memoria colectiva de la sociedad, y seguir siendo considerado y valorado por todos nosotros», afirmó.
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