Marlaska reconoce «la deuda eterna» del Estado con las víctimas por su contribución a la democracia
El ministro condecora con una Gran Cruz al ertzaina Mijangos, asesinado por ETA en Beasain, y niega que el Gobierno haga una «instrumentalización» de los damnificados
El Ministerio del Interior reconoció ayer «la deuda eterna» del Estado con las víctimas del terrorismo por haber perdido sus proyectos de vida «en defensa ... de los derechos y libertades de vuestros conciudadanos». Fernando Grande-Marlaska destacó «la contribución» de las afectados por el terrorismo «al sostenimiento de la democracia» y lo hizo durante la entrega de dos grandes cruces, concedidas a título póstumo, una de ellas a Javier Mijangos Martínez de Bujo, uno de los dos ertzainas asesinados por ETA en Beasain el 23 de noviembre de 2001 cuando regulaba el tráfico en el cruce de Zaldizurreta. La segunda gran cruz fue entregada a los familiares de Ángel Moral Moral, soldado fallecido en mayo de 1975, tras un atentado terrorista en el antiguo Sáhara español.
En el acto, que tuvo que ser pospuesto el pasado año por la pandemia y se desarrolló ayer en el Monasterio de San Juan, en Burgos, Grande-Marlaska negó cualquier «instrumentalización» de las víctimas del terrorismo por parte del Gobierno central y ensalzó los valores que transmiten como «un referente ético» de la sociedad.
El ministro hizo también entrega de veintidós encomiendas de la Real Orden de Reconocimiento Civil a las Víctimas del Terrorismo y recordó en su discurso el atentado perpetrado por ETA contra la casa cuartel de Burgos en la madrugada del 29 de julio de 2009, que causó 160 heridos. Muchos de ellos estaban entre los honrados con las citadas condecoraciones. Marlaska remarcó que la memoria de aquel atentado «nos sirve para recordar que ETA fue solo violencia irracional» y que hoy «podemos decir que fue derrotada sin paliativos por la fortaleza del Estado de derecho».
Interior defiende el testimonio de las víctimas como «elemento clave para construir la memoria colectiva» sobre la violencia
Defendió también el testimonio de las víctimas como «elemento clave» para construir la memoria colectiva sobre el terrorismo. «El relato debe ser el vuestro, el de vuestro sufrimiento y el de vuestro triunfo final. Esa es la única narración que fortalece el discurso democrático, la única en la que podemos reconocernos y encontrarnos para convivir», citó.
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