«Tuvo un papel clave para asentar la concordia yel consenso en este país»
Fallecimiento de nicolás redondo ·
«Tuvo claro en la Transición que habíaque llegar a acuerdos, aunque algunas huelgas contra el Gobierno fueron despiadadas»José Antonio Maturana (San Sebastián, 1948) conoció a Nicolás Redondo desde el comienzo de su dilatada carrera política, que le llevaría a ser parlamentario vasco, ... diputado en el Congreso y consejero en el Ejecutivo autónomo. Maturana ensalza la labor de Redondo como hombre clave en la Transición, al tiempo que califica de «despiadadas» las huelgas generales (1988, 1992 y 1994) que convocó UGT junto a CC OO contra los gobiernos de Felipe González.
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- ¿Cuándo se inició su relación con Nicolás Redondo.
- Desde el inicio de mi carrera política porque en esos principios de los años setenta él junto a Ramón Rubial y Enrique Múgica eran los que encabezaban la renovación del partido y de la UGT. En aquella época te afiliabas al partido y al sindicato. Nicolás era un líder sindical y ello le llevó a ser perseguido y a ingresar en prisión. Fue en España y en el País Vasco el alma del sindicalismo socialista.
- Coincidieron en 1974 en el histórico Congreso de Suresnes.
- Así es. Él era uno de los candidatos a liderar el PSOE, pero Nicolás ya había decidido que no se iba a presentar a secretario general, dando paso a Felipe González, que era menos conocido que él tanto en el interior de España como fuera.
- ¿Le quiso fichar a usted para el sindicato?
- Me propuso entrar en la ejecutiva de la UGT, pero le dije que no, porque prefería seguir el camino de la política, aunque no sé si le sentó muy bien. En esa ejecutiva entró, por ejemplo, Manuel Chaves.
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- ¿Qué papel jugó en la época de la Transición del franquismo a la democracia?
- Fue un hombre clave. Tras la muerte de Franco los sindicatos convergieron en lo que se llamó la 'platajunta'. Nicolás tuvo un papel muy importante en los Pactos de la Moncloa. Aquel fue un acuerdo necesario para dar estabilidad política y económica a un país que se nos venía abajo por la crisis tan brutal que padecíamos con una inflación y paro enormes, y una industria en fase de desaparición. Su papel al frente de la UGT, junto a CC OO, fue determinante para crear un espíritu de consenso y concordia en este país.
- Pero no le tembló el pulso a la hora de montarle a Felipe González tres huelgas generales...
- Fue una época desgraciada, por decirlo así, pero era inevitable que esas cosas pasaran. En las clandestinidad todo el mundo estaba unido, porque el enemigo era común: la dictadura. Cuando llega la democracia el Gobierno tiene una visión más amplia y está obligado a atender a la situación económica. Y ahí no hubo entendimiento entre el PSOE y la UGT, porque los sindicatos no pueden ser sumisos a lo que dice el Gobierno, aunque sean afines. Cada uno tiene sus obligaciones.
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- Redondo fue líder de UGT, pero también diputado del PSOE por Bizkaia en el Congreso. ¿Esta doble función fue contradictoria?
- No era una situación sostenible, excepto en tiempos excepcionales. Si eres diputado estás obligado a una disciplina de partido y los sindicatos, por su parte, tienen otros intereses en función de sus afiliados. Lo ideal es llegar a acuerdos, como se hizo en la Transición, con la excepción de las huelgas generales.
- ¿Qué lecciones podría extraerse hoy de la trayectoria de Nicolás Redondo para este país donde la política se basa en al ataque sistemático?
- En primer lugar la honradez. Fue una persona íntegra y no sujeto a presiones. Tuvo claro que en la época que le tocó vivir había que llegar a acuerdos, aunque creo que en determinados momentos se excedió en sus planteamientos porque algunas huelgas fueron un ataque despiadado y excesivo al Gobierno. En su haber hay que destacar que contribuyó a llevar a cabo una legislación laboral democrática inexistente entonces en España.
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