La izquierda lo ha vuelto a hacer. En un contexto en el que España parecía el último dique de contención ante la ola de autoritarismo ... de ultraderecha que avanza por Europa, y que aquí amenaza al propio PP de Feijóo, que no quiere asumir que no se puede ir de la mano de Vox, el PSOE, con Pedro Sánchez a la cabeza, comete otro grave error que debilita al sector progresista. El presidente no ha sido capaz de detectar la corrupción en el seno de su partido y su respuesta, por ahora, no ha logrado devolver la confianza al electorado socialdemócrata que le tenía como una de las últimas esperanzas.
El 'y tú más' con el que trata de despachar el caso Koldo-Abalós-Cerdán no solo no es suficiente sino que es un error estratégico que implícitamente supone asumir la culpa. Toca recobrar la confianza con un proyecto atractivo, que sea capaz de garantizar la seguridad de los ciudadanos con la cohesión social, para no perder la confianza de las clases medias que la extrema derecha quiere llevarse a su redil.
La tocada imagen de Sánchez ha puesto sobre la mesa el dilema de si es suficiente mantener al PSOE en el poder solo con la excusa de frenar a la ultraderecha. Pero lo cierto es que, volviendo de nuevo a los errores de la izquierda, formaciones como Podemos y Sumar, con sus luchas intestinas y de egos, ya estaban agrietando bastante el llamado 'bloque de investidura'. La suma de la denominada 'izquierda crítica' es esencial para Sánchez y ahora mismo ese espacio electoral está en caída libre. De Junts y Puigdemont poco puede esperar Sánchez, que ha encontrado en PNV y EH Bildu a sus aliados más responsables, aunque también su paciencia se agota.
Con este escenario, a un Sánchez acorralado solo le queda conseguir sacar unos Presupuestos si quiere alargar, de alguna manera, la vida de esta legislatura. Eso y rezar para que los audios de la UCO no terminen de meterle en un callejón sin salida.
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