El foco

El hombre tranquilo

Javier Roldán Moré

San Sebastián

Domingo, 11 de agosto 2024, 02:00

Salvador Illa aterrizó en Moncloa el 13 de enero de 2020 después de que Pedro Sánchez cerrara un gobierno de coalición con el entonces líder ... de Podemos, Pablo Iglesias. Era la primera vez que un presidente sumaba a otro partido a la acción de su gobierno en la reciente época democrática española. Nadie se imaginaba entonces las circunstancias casi imposibles que le esperaban al nuevo equipo de Moncloa. Dos meses después el Gobierno Sánchez decretaba el primer estado de alarma porque una inédita y mortal pandemia de Covid obligaba a encerrar en sus casas a toda la población ante la cascada de muertes que se registraban en los hospitales. Illa, que había recalado en el Ministerio de Sanidad para cubrir la cuota siempre influyente de la federación catalana del PSC, tuvo que encarar el mayor desafío sanitario que un gobierno jamás había afrontado en España en los últimos años. El entonces ministro, hoy proclamado nuevo president de la Generalitat, estuvo en la primera línea de aquel gobierno de crisis que pasaba casi las 24 horas del día en las instalaciones monclovitas.

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Illa nunca perdió los nervios. Jamás. Explicó las vicisitudes del proceso sanitario con flema británica y su tranquilidad transmitía confianza a los ciudadanos. Cerca de Sánchez y de Illa estuvo en aquella crisis sanitaria el donostiarra Iván Redondo, entonces director del gabinete del presidente. Redondo trenzó una estrecha amistad con Illa, en quien Sánchez ya se fijó para restañar las heridas secesionistas del procés que en aquel momento supuraban en todos los frentes. Esa relación del 'spin doctor' donostiarra y el actual president ha seguido en el tiempo hasta el punto de que Redondo hiciera un paréntesis en su alejamiento de la política activa para asesorarle en la pasada campaña electoral, con los resultados ya sabidos. El líder del PSC ganó las elecciones y ha conseguido que el socialismo catalán vuelva a la Generalitat catorce años después. Illa, que prometió su cargo por el Rey, la Constitución y el Estatut, volvió a mostrarse tranquilo, razonable, posibilista y pactista para defender un Govern para todos los catalanes en un acto al que no faltó el propio Redondo. El nuevo president entierra así el procés, que protagoniza sus últimos estertores con sainetes tan sonrojantes como el escenificado por Puigdemont.

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