Iván Redondo, cofrade del Queso de Ordizia
Idiazabal. El exdirector de gabinete de Sánchez reaparece en público el día 18 para ser premiado por su labor en pro de la denominación de origen
Iván Redondo vuelve el sábado 18 de septiembre a Gipuzkoa por la puerta grande, la de su entronización como miembro honorífico de la Cofradía del ... Queso Idiazabal de Ordizia. El que fuera fontanero mayor de la Moncloa, asesor de Pedro Sánchez hasta julio, se incorporará a esta orden en una ceremonia que revestirá todo el ritual de una investidura y que premiará así su labor como amante del queso y por haber promocionado esta variedad gastronómica. La ceremonia estaba prevista en principio en mayo pero se ha aplazado por la pandemia.
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Redondo ha mantenido un silencio sepulcral tras su salida del Gobierno y ha pasado varias semanas de vacaciones en San Sebastián para cargar pilas. Ahora prepara una vuelta a la actividad profesional –la consultoría política y de comunicación– tras unos años en los que ha estado en los fogones del poder en España. En la comunicación facilitada por la Cofradía a sus miembros se le cita como «consultor político y empresario». El acto se llevará a cabo en el Ayuntamiento de Ordizia.
Junto a Iván Redondo se entronizarán también al pastor Gerardo Garmendia, elaborador del queso de Zaldibia; a Goierriko Nekazari Koperatiba, por su centenario; al club Saskibaloia Ordizia en su 50 aniversario, y al cocinero del restaurante Mugaritz Luis Andoni Adúriz. La Cofradía nombró al lehendakari Urkullu como miembro de honor en 2016.
Tradición en la familia de Iván Redondo
«La enorme labor altruista que realiza la Cofradía es sencillamente fabulosa, para mí es como ganar el Balón de Oro. Ser guipuzcoano, ser amante del queso y que te nombren cofrade de honor es fantástico», señala a DV el propio Redondo. La tradición le viene de familia. «Mi abuelo Ildefonso, el abuelo de mi ama, y en algún momento todos mis tíos, eran precisamente pastores de oveja latxa. Conozco muy bien desde generaciones el protagonismo en su labor, el sacrificado cuidado del día a día, las jornadas de trabajo que lo hacen posible y la importancia en la gestión de su alimentación. Es la cultura de humildad y trabajo que hemos aprendido en casa», sostiene.
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Iván Redondo aseguró en su día que sobre su figura había más ficción que realidad. Su regreso refleja que si la política es el arte que no se ve, la cocina también puede ser una disciplina discreta pero fascinante, mezcla de sabores intensos y sensaciones, en la que los ingredientes, el apego a las raíces, la tradición y la fusión de sensibilidades son una fuente de sorpresas. Volver como cofrade de un producto como el queso Idiazabal alienta la imagen de un Redondo polifacético y rompe la profecía de que nadie es profeta en su tierra. Al menos a la hora de comer.
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