Iturgaiz aborda los congresos territoriales del PP vasco para dar carpetazo a la crisis interna
Gipuzkoa y Álava renovarán sus ejecutivas sin pugnas internas, mientras Bizkaia afronta un cónclave dividido en dos que amenaza con desestabilizar al partido
El PP vasco ya tiene toda su maquinaria engrasada para iniciar un nuevo ciclo en su estructura orgánica y actualizar su organigrama después de un ... año convulso. Este próximo fin de semana, y envueltos en una vorágine pandémica que alterará por completo las dinámicas habituales, el PP de Álava abrirá la espita a un periodo congresual que perseguirá la renovación de las tres direcciones territoriales. El 9 de mayo será el turno del cónclave del PP de Gipuzkoa y el día 15 el de los populares vizcaínos.
Serán tres citas cruciales para Carlos Iturgaiz, que buscará desde su liderazgo reforzar su proyecto y allanar el camino para que dentro de cuatro años se propicie un relevo generacional. Pero también para enterrar el hacha de guerra y restañar cualquier herida abierta que aún pudiera supurar desde la salida forzosa de Alfonso Alonso. Aunque el camino para alcanzar un remanso de calma y placidez tampoco será del todo fácil para el presidente del PP vasco. Al menos, en Bizkaia.
El territorio vecino se ha convertido en la nota discordante de un periodo de renovación que se intuía tranquilo; una etapa para restablecer sin disputas la unidad del PP vasco, que ya parecía haber reparado sus grietas internas. Sin embargo, hoy la estabilidad del partido se tambalea en Bizkaia, territorio que amenaza con alterar la armonía de la formación vasca. El motivo: la pugna entre Raquel González, presidenta del PP de Bizkaia, y Luis Eguiluz, exportavoz en el Ayuntamiento de Bilbao que ha dado un paso al frente para dar la batalla, «si nos dejan y no hay trucos», apuntan fuentes críticas con la gestión de González. «Van a intentar echar abajo la candidatura por tierra, mar y aire», aventuran con indignación desde el sector discrepante, que asegura que cuentan con los avales necesarios (75) para aspirar a la presidencia. Tienen hasta este miércoles de plazo para presentarlos.
Desde su regreso a Euskadi, Iturgaiz había logrado atemperar los ánimos revueltos y dar estabilidad a un partido noqueado que estaba sufriendo las secuelas de la destitución de Alonso por parte de Génova. Un escenario al que sumaba el revés electoral en las últimas autonómicas. Pero la paz interna ahora peligra en Bizkaia, con dos bloques totalmente divididos. Escenario similar al que vivió el exministro de Sanidad en el último congreso de 2017, cuando la entonces parlamentaria Nerea Llanos y la propia González protagonizaron un cónclave en el que prácticamente volaron los cuchillos. Y parece que la historia está a punto de volverse a repetir.
La falta de una ponencia política y la sustitución del modelo asambleario por el de compromisarios ha puesto en pie de guerra a un sector del PP vizcaíno
De nada están sirviendo los llamamientos de Iturgaiz de consensuar una lista integradora. Eguiluz, que tiene el apoyo de rostros conocidos en el partido como Antón Damborenea, Nerea Llanos, Carmen Carrón o Carlos Olazabal, medirá el día de San Isidro sus fuerzas con González, que tiene el respaldo de la actual dirección y cuenta, además, con el aval explícito de Génova. Dos candidaturas que, de momento, no plantean fusionarse en una única plancha que evitaría guerras internas.
La falta de una ponencia política para contrastar programas, la novedad aislada de sustituir solo en Bizkaia el modelo asambleario –un afiliado, un voto– por el de compromisarios, o la exigencia de estar al corriente en las últimas cuatro cuotas resumen los motivos que han puesto en pie de guerra a un sector del PP vizcaíno.
El contraste
La convulsión en Bizkaia, sin embargo, choca de frente con el sosiego que se espera en los congresos del PP de Gipuzkoa y Álava, con Muriel Larrea e Iñaki Oyarzábal llamados a liderar, sin contestación interna, ambos partidos respectivamente.
El actual presidente de los populares alaveses aspirará a renovar su cargo este sábado. Su perfil moderado, y muy reconocible, sigue siendo la apuesta de Iturgaiz para tratar de resituar al PP en la cúspide del poder, tanto en Vitoria como en las Juntas Generales del territorio. El partido conservador ha ido perdiendo fuerza en su principal bastión y buscará de nuevo hacerse un hueco relevante en las principales instituciones alavesas bajo el liderazgo de Oyarzábal, uno de los pocos dirigentes de peso que sobrevive a la era 'post-Alonso' y afín a sus postulados.
La renovación más destacada, no obstante, llegará el 9 de mayo de la mano del PP de Gipuzkoa. La parlamentaria de la coalición PP+Cs está llamada a liderar un partido que atraviesa sus horas más bajas. Y aunque hubo debate interno sobre quién debía coger las riendas para darle un revulsivo a la formación –el portavoz y coordinador general del PP vasco, Mikel Lezama, estaba también en la quiniela–, Larrea será finalmente la única candidata en liza en el congreso, que se celebrará en el Kursaal y combinará la presencialidad con las vías telemáticas.
En Gipuzkoa, Larrea sigue sin configurar su equipo y espera consensuarlo para evitar agravios
En apenas dos años, la exconcejala de Irun ha visto despegar su carrera política. Y ahora le toca lidiar con la ardua tarea, ya no solo de reconstruir los cimientos de un partido que cada vez pierde más presencia institucional, sino de buscar la cohesión interna para no despertar los recelos de ningún sector del partido guipuzcoano.
Su talante apaciguador busca a toda costa «que nadie se sienta desplazado». De ahí que aún no haya moldeado su equipo y esté todavía tratando de consensuar una ejecutiva en la que aunar las diferentes sensibilidades que afloran en el PP de Gipuzkoa. En resumen: que haya cohesión para que todas las corrientes internas encuentre su sitio después de convivir más de un año en la interinidad, desde la dimisión de Borja Sémper.
El ciclo se cerrará el año que viene con el cónclave regional
Mientras en los tres territorios vascos el PP ya tiene todo preparado para renovar sus ejecutivas, Carlos Iturgaiz tendrá que esperar hasta el próximo año para poder celebrar el congreso regional del partido y someter su liderazgo a la votación de la militancia. Nadie pone en duda su continuidad como presidente del partido, pero lo cierto es que Iturgaiz fue designado como máximo representante del PP vasco a través de la junta directiva. Fue en octubre del año pasado, cuando Génova activó la convocatoria de la junta para terminar con la provisionalidad en la que estaba sumido el partido desde la destitución de Alfonso Alonso. Hasta entonces, estaba Amaya Fernández al frente del partido en funciones. Ahora, no obstante, Iturgaiz tendrá que ser ratificado en un cónclave que se esperaba para finales de este año, pero que finalmente se pospondrá a 2022.
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