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«Arancel» es la palabra favorita del nuevo presidente de los EE UU, Donald Trump. Al menos, en esos términos se pronunció durante la campaña ... electoral, mientras que este martes aseguró, entre otras proclamas contra el pacto climático y la inmigración, que dejaría de «enriquecer a otros países a costa de los ciudadanos americanos para enriquecer a los americanos a través de impuestos y aranceles a otros países». Unas reivindicaciones que provocaron el «desconcierto» en el Gobierno Vasco, en palabras de su portavoz, Maria Ubarretxena, quien este martes subrayó que el Ejecutivo «defenderá» los intereses económicos de Euskadi en la otra orilla del Atlántico ante la vuelta del proteccionismo trumpista. Unos intereses que se cifran en 1.800 millones de euros en ventas al gigante americano, lo que le convierte en el cuarto cliente de las empresas vascas y el tercero de las guipuzcoanas. Un «socio comercial clave para el País Vasco» como valoró el foro Zedarriak en su sexto informe.
Ubarretxena, no obstante, apostilló que «todavía es pronto para lanzar cualquier valoración sobre el nuevo presidente de Estados Unidos», y señaló que en el Gobierno Vasco quieren «esperar a ver cuáles van a ser realmente las decisiones que vaya tomando». Esto es, si finalmente Trump impone aranceles de entre el 10% y el 20% a todos los productos procedentes de cualquier país del mundo, y en qué medida. Por el momento, el republicano se abstuvo de firmar ningún decreto al respecto, pero afirmó que ordenará a las agencia federales que inicien una investigación sobre las prácticas comerciales desleales, con el foco puesto en los países con los que EE UU tiene déficit comercial.
Lo cierto es que la economía guipuzcoana y vasca, como la del resto del mundo, afronta un año cargado de incertidumbre. Las ventas internacionales de las compañías de los tres territorios suponen casi el 38% del PIB de la CAV, y su tasa de apertura supera a la de países como Francia o Italia. Esta exposición, que sienta su base en un tejido industrializado y orientado al comercio exterior, deja a Euskadi en una posición más vulnerable a los vaivenes de las economías mundiales que a, por ejemplo, España, donde los dos principales sectores son el turismo y los servicios.
Por ello, en un contexto con las economías de Alemania y Francia al ralentí -entre los dos alcanzan el 22% del total de compras a Euskadi-, la imposición de un gravamen aduanero de EE UU al producto vasco no sería del todo positivo. De esta manera explica el Ejecutivo de Pradales el menor crecimiento previsto para el PIB vasco en 2025, de en torno al 2%, respecto al español, que se expandirá en cerca del 2,3%.
Cabe añadir que la economía vasca mantiene un buen comportamiento -crecerá más que la media de la Eurozona-, además de que los números del comercio exterior no son aún del todo preocupantes. Sin embargo, los últimos datos de las exportaciones vascas -referidos al mes de noviembre- reflejan un cierto estancamiento, con una caída del 5% en comparación a los once primeros meses del año pasado, que se movió en cifras récord. Es decir, 1.500 millones de euros menos. Es en este preciso punto donde EE UU saca músculo puesto que es uno de los destinos que más ha crecido en los últimos años. Las ventas de las empresas vascas hasta noviembre ascendieron a los 1.500 millones, y su peso relativo en el total del comercio exterior es del 5,8%. Eso sí, con un retroceso del 13% respecto a 2023, que cerró el ejercicio con 1.800 millones en ventas.
Un peso que en el caso de Gipuzkoa asciende incluso hasta el 8,2% -el tercer cliente sólo por detrás de Alemania y Francia-, y con una factura de 754 millones o, lo que es lo mismo, la mitad de las ventas de Euskadi a Estados Unidos. Por ahora, las empresas guipuzcoanas se mantienen expectantes para ver en qué se materializan las amenazas proteccionistas de Trump, mientras que los expertos coinciden en que el mercado norteamericano mantendrá su atractivo. Además, el tejido vasco cuenta ya con una considerable implantación en Estados Unidos, tal y como se puede observar en el gráfico adjunto a esta información. En concreto, 137 empresas vascas tienen presencia en EE UU en alguna forma, y éstas suman 99 fábricas y 140 oficinas comerciales. Las compañías con implantaciones productivas allí evitarían los aranceles del Trump y se beneficiarían de las iniciativas enmarcadas en el proteccionismo.
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