La fuga de película de Sarri, 40 años después de aquella Euskadi bajo el túnel de ETA
Los presos Sarrionandia y Pikabea lograron huir de la cárcel de Martutene el 7 de julio de 1985 escondidos en los bafles del cantante Imanol
El 7 de julio de hace 40 años los presos de ETA Joseba Sarrionandia e Iñaki Pikabea lograron escapar de la cárcel de Martutene escondidos ... en los bafles del equipo de música del cantante Imanol Larzabal, que había ofrecido un concierto en la prisión. La huida tuvo un enorme impacto social y se convirtió en un acontecimiento de celebración lúdica para el mundo radical porque ridiculizaba al Estado y permitía una 'victoria' simbólica en un terreno muy sensible.
Aquel día, al mediodía y en plena fiesta de San Fermín, los dos presos se preparaban para protagonizar uno de los episodios más cinematográficos. Pikabea, vecino de Errenteria, y el escritor de Iurreta Joseba Sarrionandia, cumplían penas por ser miembros de ETA, y habían sido trasladados desde Herrera de la Mancha poco tiempo antes.
La fuga se produjo al filo del mediodía pero no fue detectada hasta el recuento de la comida. Así lo relataba la canción de Fermín Muguruza, entonces líder del grupo 'Kortatu': «Ez dakit zer pasatzen den/ azken aldi hontan/ jendea hasi dela dantzatzen sarritan/ zerbait ikustekoa du bi falta direlakoz/ rekuento generalean/ Sarri, Sarri, Sarri...».
El propio Imanol –ajeno a la operación– fue detenido, y con él otras cinco personas, entre ellas, el escritor y periodista Josu Landa, que era trabajador del semanario Argia y de la revista literaria Susa. La detención se llevó a cabo al día siguiente de que se produjeran los hechos cuando el mismo Landa, sabedor de que la Policía le buscaba, se presentó voluntariamente en el Gobierno Civil de Gipuzkoa.
La escapada se llevó a cabo en una operación en la que la Policía siempre vio la mano de Mikel Albisu (Mikel Antza), que ocho años más tarde sería el jefe político de ETA. Según esa versión, 'Antza' hizo meter a ambos presos en sendos bafles del equipo de Imanol Larzabal, el cantante euskaldun que, paradojas de la historia, con el tiempo acabó siendo un activista comprometido contra la violencia de ETA El asesinato de Dolores González Catarain, 'Yoyes', le abrió los ojos. Imanol cayó en desgracia en el mundo radical y terminó autoexiliado en Torrevieja, proscrito durante años por la izquierda abertzale oficial.
Durante más de tres meses, los dos fugados y 'Antza' estuvieron ocultos en un piso de la calle Aldakonea de Donostia, antes de lograr pasar a Francia. Albisu era compañero de Landa en la revista Susa y un escritor que ya despuntaba. El donostiarra había cosechado varios premios literarios, como el Ciudad de Irun de cuentos, que ganó en 1983, y participaba también en actividades teatrales. A él le atribuyó la Policía la preparación de la fuga, y tras aquella acción él mismo tuvo que pasar a la clandestinidad. En 2021 quedó libre tras haber pasado quince años en prisiones francesas.
Después de la escapada, la pista de Sarrionandia se diluyó. Las únicas señales de su actividad fueron los libros de novela, poseía, ensayos, literatura infantil y traducciones que publicaba con periodicidad. En 1998, con motivo de la tregua de ETA, Sarrionandia publicó un artículo en el que aportaba argumentos para una estrategia política alternativa a las armas: «Mantener la guerra, y habría que llamarla así aunque haya sido de baja intensidad, se ha demostrado negativo para todos, tanto estratégicamente como moralmente», señaló. «Sólo ha sido rentable para algunos cargos policiales españoles que han hecho del antiterrorismo su negocio particular», agregó.
En secreto en Cuba
Sarrionandia emprendió asi una fuga por la que permaneció fuera de España hasta febrero de 2021, cuando regresó desde Cuba, el país donde estuvo escondido durante 36 años. Su primera aparición pública desde aquella huida de Martutene fue en La Habana. El secreto lo conocía, entre otros, Muguruza.
El autor de 'Sarri Sarri' explicó en una entrevista con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, que el tema fue compuesto tan solo un mes después de la fuga. Muguruza había conocido a Sarrionandia «un mes antes» de que se escapara, cuando en la cárcel tocaron Kortatu y Barricada. «Nadie sabía exactamente dónde estaba; sí que cada año enviaba un libro y se publicaba para la feria de Durango. Lo leíamos. Ya fuera narrativa, poesía, ensayo... cuando fui a tocar con Negu Gorriak a Cuba, ni rastro», recordaba. Fue más adelante, en una gira con la banda Dut, cuando se produjo el encuentro.
Mikel Albisu y Joseba Sarrionandia se conocían desde antes y tenían una considerable relación artística. Y es que Antza se encontraba dirigiendo la obra de teatro de Fernando Pessoa 'O Marineiro', una obra cuya traducción al euskera había realizado el propio Sarrionandia.
Muguruza actuó el pasado 18 de noviembre en Martutene y destacó que después de 40 años en los que la canción estaba prohibida en las cárceles, la volvería a cantar. Es lo que hizo 39 años después en el interior de la prisión, en un polémico concierto que llevó al Gobierno Vasco a endurecer los requisitos de este tipo de eventos en prisión.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.