El exetarra Pikabea a alumnos de la UPV: «No hagáis lo que hicimos quienes ejercimos la violencia»
El 'Encuentro de encuentros' restaurativos reúne en la UPV en Donostia a víctimas y víctimarios de Euskadi y Europa protagonistas de diálogos transfronterizos
La iniciativa 'Encounter of the Encounters', organizada por el Instituto Vasco de Criminología (IVAC) y la Universidad del País Vasco, en colaboración con varias ... organizaciones internacionales reunió ayer en San Sebastián a protagonistas de los diálogos restaurativos transfronterizos, más de una veintena de víctimas y victimarios que comparten haber experimentado acontecimientos vitales radicales y extremos en contextos de violencia política y extremismo violento. Uno de los participantes por primera vez en esta experiencia, el exetarra Kepa Pikabea, miembro de lo que fue la vía Nanclares, tomó la palabra en uno de los diálogos públicos de ayer y se dirigió a los estudiantes de la UPV: «Tengo un hijo de 23 años y me gustaría transmitiros lo mismo que he intentado transmitirle a él. Por favor, lo más grande que podéis hacer en la vida es no hacer daño. No hagáis lo que hemos hecho los que hemos ejercido la violencia». Pikabea, de 68 años, pasó 25 de ellos en la cárcel, recordó el tiempo en que tomó la decisión de abandonar ETA y cómo se sumó a los primeros talleres restaurativos. «Cuando empecé a insistir en que había que dejar la lucha armada, los compañeros me decían que lo que me pasaba era que no soportaba la cárcel y que buscaba una salida personal», relató.
Entre las víctimas, Pili Zabala, recordó el secuestro, torturas y asesinato a manos de los GAL de su hermano Joxi Zabala y de Joxean Lasa y leyó ante los estudiantes la carta que le envió al exgeneral de la Guardia Civil Enrique Rodríguez Galindo, condenado por esos hechos, para darle «una oportunidad de que se hiciera responsable del daño causado y los delitos cometidos» e invitarle «a que pidiese perdón a la familia». «Se que la carta estuvo en su casa, pero nunca la leyó», relató. Desde los asientos reservados al público, Juanjo Mateos el guardia civil que propició la experiencia restaurativa de Pili Zabala en el cuartel de Intxaurrondo y en el palacio de la Cumbre desveló que fue él quien hizo llegar el escrito. «Galindo accedió a que yo fuera a su casa, pero él no te pudo pedir perdón porque lo que se hizo (con Lasa y Zabala) es imperdonable. Ni el criminal más cruel del mundo puede tener un final así».
Otra víctima, la exeuroparlamentaria socialista Barbara Dührkop, explicó a los alumnos que su llegada a Euskadi «fue en 1978, casándome con un andaluz que vivía en el País Vasco y soy víctima del terrorismo». La viuda del senador socialista Enrique Casas, académica de la Universidad de Upsala, en Suecia, destacó que «en los tiempos que corren es esencial dar importancia a la universidad. Es un baluarte contra la violencia y el no diálogo».
«Galindo no te pudo pedir perdón porque lo que se hizo es imperdonable. Ni el criminal más cruel puede tener un final así»
También se escucharon testimonios de Bélgica, Alemania, Italia o Irlanda del Norte. Entre ellos Franco Bonisoli, exterrorista de las Brigadas Rojas, y Agnese Moro, hija de Aldo Moro, el líder democrata-cristiano italiano asesinado en 1979, se sentaron juntos en el auditorio Antonio Beristain de la UPV y ambos destacaron la importancia de la palabra «escuchar» que es justamente lo que han hecho mutuamente y hoy comparten en numerosos foros.
País Vasco, Navarra y Cataluña
Por la tarde, junto a la directora del Instituto Vasco de Criminología, Gema Varona, impulsora del encuentro, y Aitor Zurimendi, secretario general de la UPV, la consejera Nerea Melgosa, su homóloga navarra Amparo López Antelo y la catalana Gemma Ubasart suscribieron una declaración que se basa en el principio de que «la justicia restaurativa supone un nuevo enfoque en la justicia penal, pero también en otros ámbitos donde se pueden producir daños o conflictos». País Vasco, Navarra y Cataluña se proclamaron con el IVAC «territorios restaurativos en materia de justicia».
Palestinos e israelíes remarcan que «el dolor de la pérdida es igual para ambas partes»
«Entendemos que el dolor de la pérdida es igual para ambas partes y que las lágrimas que brotan de los ojos de israelíes y palestinos son del mismo color». Estas palabras, de miembros del Círculo de Padres que trabaja en la reconciliación de israelíes y palestinos, a través de encuentros restaurativos, y que estaban invitados al 'Encuentro de encuentros' cerraron ayer la sesión matinal de la jornada de reflexión en la UPV en Donostia. Los miembros de esta asociación no pudieron conectarse ayer vía internet como estaba previsto y en su lugar la directora del Instituto Vasco de Criminología, Gema Varona, leyó en su nombre un escrito en el que expresaron que seguirán haciendo «todo lo posible» para garantizar que «el odio y la venganza no tomen las riendas» sino que se trabaje en colaboración «para crear un futuro mejor para todos». Tras remarcar que seguirán trabajando desde el terreno, tanto en Israel como en Palestina, explicaron que son ciudadanos «de una región que ha sufrido demasiado dolor y mucho derramamiento de sangre y lágrimas». «Nuestro dolor, nuestro sufrimiento nunca puede ser vuestra arma vuestra venganza», resumió Varona en su nombre.
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