Enrique Santiago: «Con la entrada de Unidas Podemos al Gobierno concluye la Transición»

-¿La dimisión de Lander Martínez va a complicar la apuesta electoral de Podemos en Euskadi?

-No debe haber el menor problema. Respetamos la decisión de las bases de Podemos Euskadi.

-¿Hay condiciones en Euskadi para un futuro pacto de gobierno entre EH Bildu, Elkarrekin Podemos y PSE?

-Números sí hay, ya los hubo en las elecciones de 2016 y así lo propuso Ezker Anitza-IU, pero no fue posible por falta entonces de voluntad de EH Bildu y PSE. Queremos un Gobierno Vasco basado en políticas sociales y de igualdad, de justicia fiscal y medioambiental. Vemos ahora el desastre del vertedero de Zaldibar, en el que no ha existido ningún tipo de control público previo y se ha apreciado una clara desidia posteriormente. Tampoco hemos visto una denuncia activa de la corrupción que ha salpicado a las administraciones del PNV.

-¿Cuál es el primer balance del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos?

-Ha dado primeros pasos muy importantes e ilusionantes como la subida del SMI, la recuperación del diálogo social, el incremento de las pensiones y del salario de los funcionarios o la derogación del artículo 52 del Estatuto de los Trabajadores, que posibilitaba el despido procedente por bajas legales justificadas. Son medidas adoptadas al servicio de la clase trabajadora y con la rapidez que exige la actual emergencia social.

-¿La luz verde de ERC al techo de gasto vislumbra un acuerdo para los Presupuestos?

-Es un buen paso para iniciar su tramitación. Será un proceso de debate largo y complejo, pero confío en que todos centremos esfuerzos en revertir los recortes sociales de toda una década.

-¿Cuál es la salud de Unidas Podemos ante Vistalegre III?

-Unidas Podemos es una confluencia que ha logrado un amplio respaldo social y político en apenas seis años, además de conseguir que la izquierda alternativa entre en el Gobierno de España después de 84 años. Somos conscientes de los problemas que tiene una convergencia política tan joven.

-¿Le preocupa la salida de Anticapitalistas?

-Me preocupa que sectores que deberían estar objetivamente interesados en la mejora de condiciones de vida de la clase trabajadora opten por estrategias estériles y tiren la toalla sin que haya transcurrido un prudencial tiempo para valorar los resultados del gobierno de coalición. Y la tendencia de un sector de la izquierda a desaprovechar ocasiones únicas que quizá no se repitan en mucho tiempo y buscar siempre argumentos que justifiquen la división de las fuerzas populares.

-Pablo Iglesias defiende el 'constitucionalismo democrático' que blinde derechos sociales...

-En el PCE defendemos también un amplio bloque de fuerzas democráticas que garanticen todos los derechos constitucionales, y me refiero a los derechos sociales y económicos de los débiles.

-¿Han pasado de ver la Constitución como el 'cerrojo del régimen del 78' a defenderla?

-Cuando el PCE habla del 'régimen del 78' hace mención al acuerdo del bipartidismo para repartirse el poder en alternancia, renunciando a garantizar todos los derechos humanos para todas las personas y vaciando la Constitución de todos esos derechos por los que los comunistas dimos nuestro apoyo al consenso. Nos hemos sentido muy engañados por quienes rompieron el pacto constitucional de garantía de todos los derechos, en especial de los que son más necesarios para la clase trabajadora.

-El PCE fue clave en la defensa de la Constitución. ¿Volvemos a esa época?

-Con la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno podemos dar por concluida la Transición política o, mejor dicho, el pacto bipartidista para que la izquierda alternativa y transformadora no pudiera acceder al Gobierno de España.

-¿Cree que la ley de Amnistía es un obstáculo para luchar por la memoria frente a la impunidad de los crímenes del franquismo?

-Que la amnistía de 1977 sea un impedimento para juzgar los crímenes del franquismo no se lo creen ni los jueces del Tribunal Supremo que lo han declarado de forma infundada en Derecho. Son los primeros que saben que los crímenes internacionales, como los crímenes de lesa humanidad, las torturas o el genocidio, son imprescriptibles y no amnistiables.

-¿Confía en la vía del diálogo político de Cataluña?

-En una democracia todos los problemas políticos deben solventarse mediante el diálogo.

-Se ha abierto un debate sobre la reforma del Código Penal que podría rebajar los tipos penales de la sedición. ¿Ayudaría a rebajar la tensión en Cataluña?

-Tenemos un Código Penal excesivamente volcado en el punitivismo, un código que no se corresponde con un país como España, que tiene unos índices de criminalidad de los más bajos del mundo. El PP reformó el Código Penal cada vez que pudo y siempre con una visión autoritaria y punitivista. Los delitos de enaltecimiento del terrorismo, los delitos de odio, los delitos de desórdenes públicos, la sedición y la rebelión, los delitos de injurias a la Corona, la criminalización del derecho de huelga, etc, todos son delitos que en su actual regulación limitan las libertades civiles y la libertad de expresión. Hay un tratamiento sospechosamente beneficioso para delitos de altísimo impacto social como el maltrato animal, la corrupción o los delitos de cuello blanco. El Código Penal necesita un repaso de arriba a abajo. Una buena reforma ayudará a rebajar la tensión en Cataluña y fortalecerá derechos básicos.