La Diputación de Gipuzkoa acudirá a Naciones Unidas para que se investiguen dos desapariciones de 1936

Florencia Olazagoitia Ceciaga, de 38 años de edad, militante socialista y vecina de Arrasate era madre de tres hijos y estaba embarazada cuando fue detenida el 28 de septiembre de 1936 al volver de uno de los caseríos a los que acudía a diario en busca de víveres. Fue fusilada cinco días después el 3 de noviembre, en Hernani u Oiartzun. Su cuerpo nunca se halló. El crimen se produjo «quizá porque era pariente de los soldados socialistas del batallón Dragones que paró el ataque franquista en Intxorta», señala el escrito de la Diputación de Gipuzkoa en una respuesta por escrito a las preguntas presentadas por el juntero de EH Bildu Ernesto Merino en relación a las citadas querellas interpuestas para hacer justicia a las víctimas del franquismo. En el caso de José Ariztimuño Olaso, 'Aitzol', se indica que el sacerdote y euskaltzale de 40 años, de ideología abertzale, resultó «atrapado en el buque postal Galerna y asesinado el 18 de octubre de 1936 tras ser torturado en la cárcel de Ondarreta».

Olazagoitia y Ariztimuño, una mujer y un hombre, cada uno de una ideología distinta, son la reclamación simbólica que eligió en 2019 la Diputación de Gipuzkoa para ir a los tribunales en representación de los 979 crímenes cometidos por el franquismo en Gipuzkoa entre 1936 y 1944, recogidos y documentados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi.

La Diputación presentó dos querellas, personándose como acusación popular en los casos de Olazagoitia y 'Aitzol' y se sumó a otras dos reclamaciones similares presentadas por los familiares como acusación particular. El escrito de respuesta a EH Bildu explica el recorrido judicial que arranca cuando el juez de Instrucción n.º 1 de San Sebastián dictó auto acordando la inadmisión de la querella presentada y el sobreseimiento libre de la causa. Con fecha 3 de abril de 2019, la Diputación interpuso recurso de apelación. Un mes y medio después, el 22 de mayo de 2019, la Fiscalía presentó escrito contra el recurso de apelación y ese 24 de julio, la Audiencia Provincial de Gipuzkoa desestimó el recurso. Como último paso judicial, el 10 de octubre de ese mismo año se acudió al Tribunal Constitucional donde se interpusieron dos recursos de amparo que no fueron admitidos. Agotadas todas las vías internas, ahora se pretende dar paso a las instancias internacionales.

Florencia y Aitzol son dos de los rostros de la represión franquista en Gipuzkoa, aunque hay otros casi mil nombres más de personas desaparecidas entre 1936 y 1944, para los que otras tantas familias buscan la verdad, el reconocimiento y la reparación del daño causado. Con estos casos se da continuidad al camino iniciado por la institución foral siguiendo el mandato de las Juntas Generales, que en octubre de 2016 le instó a que posibilitara que se abrieran en los juzgados españoles iniciativas judiciales para el esclarecimiento de responsabilidades penales o del tipo que procedieran «por crímenes contra la humanidad cometidos por la dictadura franquista en Gipuzkoa».