«No estamos detrás de los pancarteros, sino en las instituciones haciendo propuestas»

– Usted es parlamentaria vasca desde 2016, pero se estrenó como portavoz en el debate de política general de la semana pasada mostrando una actitud de mano tendida que llamó la atención. ¿Es el nuevo signo de los tiempos de EH Bildu?

– Quien me conoce sabe que me gusta hablar en ese tono, el mismo que utilizó mi predecesora, Maddalen Iriarte. En este Parlamento a veces hay que bajar la voz para que te atiendan. Hay unas formas de hacer en la política convencional bastante masculina, incluso con actitudes verbales y corporales que hacen que quienes las utilizan crean que así tienen más razón.

– ¿El 'espíritu Rubiales'?

– Son formas que corresponden a unos tiempos en los que la masculinidad estaba muy presente.

– ¿Va a ejercer una oposición constructiva o pisará el acelerador dado que estamos enfilados ya hacia las autonómicas?

— Somos el grupo que más propuestas ha presentado en el Parlamento Vasco. El propio lehendakari reconocía que muchas de las leyes han salido adelante contando con la participación de EH Bildu. Son tiempos en los que necesitamos modelos de gobernanza cooperativa, una actitud constructiva que practicamos, aunque no encontramos la misma receptividad en la otra parte respecto a nuestras iniciativas. Más allá de los intereses electorales, hay que poner por delante el futuro de nuestro país.

– En el citado pleno ofreció a Urkullu un acuerdo histórico de país para avanzar en la soberanía, pero la propuesta no fue atendida. ¿Le sorprende?

– Me parece curioso, porque él hizo una propuesta de hoja de ruta a la que respondimos señalando que había algunos elementos que podíamos compartir. Trasladamos al lehendakari que debíamos actuar no como partidos, sino como país. Primero hay que abordar estas cuestiones aquí para luego plantearlas donde sea necesario, pero no obtuvimos ninguna respuesta.

– ¿Qué opinión le merece la iniciativa de convención constitucional del lehendakari?

– Puede haber elementos con los que estemos de acuerdo, pero insisto en que antes de ir a Madrid hay que llegar a acuerdos aquí. En el Estado se ha abierto un momento histórico muy interesante y tenemos que aprovecharlo como país, cooperando y dejando el protagonismo a la sociedad civil. Muchos de los retos a los que nos enfrentamos los vimos durante la pandemia y pasan por contar con una mayor soberanía. Lo mismo pasa con la transición energética y otras cuestiones. Ya hay acuerdos en el Parlamento Vasco en relación al nuevo estatus y ese es el camino a seguir.

– ¿Cuando el PNV pulsa la tecla identitaria, lo hace con convencimiento o es mera retórica?

– No lo sé. Lo que si sé es que EH Bildu tiene muy claro que somos una nación, que tenemos derecho a elegir nuestro futuro democráticamente y que los retos a los que nos enfrentamos requieren de soberanía, es decir, poder tomar decisiones aquí.

– ¿Cree que la sociedad está interesada por la soberanía, a la vista de que las encuestas indican que el independentismo está a la baja en Euskadi y en Cataluña?

– Las encuestas también reflejan que la gente está a favor de decidir aquí muchas cuestiones. Toca hacer pedagogía para que se sepa que buen número de las decisiones que debemos adoptar para dar respuesta a las necesidades de los ciudadanos lamentablemente no están en nuestras manos.

– ¿Está EH Bildu en el 'agitprop' para trasladar a los ciudadanos una imagen catastrofista del país, como dice el PNV?

– El cuento de Caperucita y el lobo ya no se sostiene. El PNV, Egibar o el lehendakari pueden querer insinuar que los problemas en Osakidetza están auspiciados por EH Bildu, pero la realidad es que cuando los ciudadanos van a los ambulatorios se los encuentran allí, es una vivencia propia. Hay relatos que no se sostienen. Son excusas. Los ciudadanos han hablado y quieren que hagamos las cosas de otra manera. Osakidetza en diez años ha pasado de ser el servicio más valorado a convertirse en una de las máximas preocupaciones de la gente. Era la joya de la corona y ahora recibe un suspenso. Estar buscando permanentemente excusas o culpar a los demás alivia la foto, pero no ofrece soluciones ni a las personas en lista de espera ni a unos trabajadores muy saturados

– Egibar ha acusado a EH Bildu de estar detrás de los pancarteros, de usar una 'estrategia perversa' para acceder al poder...

– No es cierto. Estamos donde tenemos que estar, haciendo política y articulando respuestas en el Parlamento, en las Juntas Generales y en los ayuntamientos. Estas respuestas han sido avaladas por los ciudadanos, como ha quedado de manifiesto en las últimas elecciones. Con lo cual, teorías de la conspiración... Lo que se necesita son diagnósticos certeros, rigor y menos autocomplacencia.

– ¿El PNV se escuda en teorías de la conspiración?

– Urkullu ha hablado de que practicamos una estrategia dual y de forma parecida se ha expresado Egibar. Plantean que existe todo un entramado para acosar al Gobierno, eso son excusas. Nuestra actitud es exigente y a su vez constructiva. Lo que dice el PNV puede servir para alimentar un relato, pero ya no cuela. La realidad es que solo existen dos modelos, la continuidad de Urkullu, que nos ha llevado a esta situación, y el de EH Bildu, que propone otra forma de hacer política poniendo las necesidades de los ciudadanos en el centro.

– A la vista de los últimos resultados electorales. ¿EH Bildu le ha tomado la medida al PNV? ¿Estamos en un cambio de ciclo?

– Así es y obedece a la situación que estamos viviendo y a unos ciudadanos que quieren que sus necesidades se pongan en el centro de la actividad política.

– ¿Las autonómicas del próximo año serán el test definitivo?

– El cambio de ciclo ya se está produciendo y las autonómicas serán otro hito.

– ¿Otegi será el candidato a lehendakari?

– El proyecto de EH Bildu es colectivo, repleto de gente preparada. Ahora estamos a lo prioritario, trabajar a fondo en lo que queda de legislatura con leyes tan importantes como la de educación o transición energética y en articular respuestas que sirvan para mejorar la vida de la ciudadanía. Lo de elegir candidatura a lehendakari vendrá más adelante.

– ¿Ve a su formación como un partido con capacidad de gobernar?

– Evidentemente. Hemos presentado propuestas en las que abordamos cómo debe ser la Euskadi de la próxima década. Además, ya estamos gobernando y nuestra forma de hacer ya se puede comprobar en muchísimos ayuntamientos. Allí donde hemos gobernado hemos vuelto a ser refrendados por la ciudadanía. No tenemos ansiedad para gobernar este país, pero sí ambición para hacerlo. Poquito a poco.

– En la Diputación de Gipuzkoa, sin embargo, no revalidaron el gobierno en 2019. ¿Perdieron una ocasión de oro?

– Estamos en 2023.

– Ya, pero ha sido la institución más potente que han gobernado, pudo ser un referente, pero pincharon.

– Son ciclos. Ahora tenemos un proyecto muy consolidado para llevar a este país tan lejos como quiera la gente y los resultados lo avalan. Contamos con un proyecto y gente muy preparada.

– Un tema muy polémico cuando gobernaron en la Diputación y que ha resurgido ahora ha sido el de Bidegi. ¿Deben pedir perdón, como les ha reclamado el lehendakari, por la denuncia que presentaron y que ha sido desestimada por los tribunales?

– Estamos hablando de un tema de transparencia acerca del uso del dinero público. Ha habido un sobreseimiento parcial y lo vamos a recurrir. Además, hemos solicitado que se realice otro informe pericial independiente porque ha quedado acreditado que la Fiscalía no ha contado con medios para investigar.

– Usted, que es guipuzcoana, recordará la polémica que se generó a cuenta de los residuos. ¿Cerraría la incineradora de Zubieta para volver a instalar la recogida puerta a puerta?

– Muchos de esos municipios en los que está implantado el puerta a puerta registran los mejores datos de reciclaje y han sido premiados en Europa. Tenemos que buscar las formas más eficientes de reducir los residuos en lugar de alimentar fantasmas. Los sistemas de recogida hay que adaptarlos a cada sitio, por eso también apoyamos el quinto contenedor en Donostia.

– ¿Cerraría la incineradora?

– Requiere un control público y transparencia en su gestión.