Los críticos de EA se declaran en «rebeldía» contra la dirección pero evitan la escisión

Un partido fracturado en dos corrientes aún más aferradas a sus posiciones y un duro intercambio de reproches. Es la resaca que dejó este domingo el XIII Congreso de Eusko Alkartasuna, un cónclave que evidenció que la tormenta desatada por la visión antagónica del encaje de EA en EH Bildu no tiene visos de amainar. Más bien al contrario.

En el mismo lugar, el Palacio Europa de Vitoria, y tan solo separados por unos tabiques, los dos sectores del partido fundado por Carlos Garaikoetxea celebraron este domingo por la mañana sendas asambleas y, a mediodía, una vez finalizado el congreso, dejaron claras sus posiciones y proclamas. Los críticos se declararon en «rebeldía contra las injusticias» de la dirección aunque evitaron la escisión, y el sector oficial, que eligió de nuevo a Eba Blanco como secretaria general, lamentó el «espectáculo» ofrecido por los anteriores.

El sector crítico fue más madrugador. Antes de mediodía y tras celebrar su asamblea paralela al congreso oficial, la corriente 'garaikotxeista' anunció la designación de un «grupo motor de democratización», cuyo objetivo será tomar el relevo de Maiorga Ramírez y el resto de miembros de este sector –suspendidos desde este domingo mismo de la militancia por la dirección–, para «rebelarse contra las injusticias» del sector capitaneado por Eba Blanco.

Los miembros de este nuevo equipo, en el que actuó como portavoz la exconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco Esther Larrañaga, son militantes sin puestos orgánicos en el partido y seguirán trabajando desde dentro de EA para defender las ideas del sector alternativo, es decir, una mayor «democratización de Eusko Alkartasuna y el refuerzo del peso y de la independencia de esta formación en el seno de EH Bildu».

Larrañaga lanzó duros ataques a la dirección actual de EA: «Ante las injusticias solo hay dos posibilidades: o claudicamos o nos rebelamos». Y destacó la labor realizada por Maiorga Ramírez y el resto de críticos suspendidos por la dirección, a los que calificó de «rebeldes», ante el aplauso de los asistentes a la asamblea. No obstante, los críticos no contemplaron la posibilidad de una escisión, que les dejaría fuera del paraguas de las siglas.

El sector oficial hizo lo propio. Reunidos en asamblea toda la mañana, a la una del mediodía anunciaron lo previsto, que Eba Blanco volvía a ser reelegida secretaria general de Eusko Alkartasuna con el apoyo del 54% de los 249 compromisarios que habían participado en el congreso. Un total de 135 personas, de las que 134 votaron a favor de la reelección de Blanco –cuya candidatura era la única que se presentaba– participaron en la votación para elegir también a los miembros de la nueva Ejecutiva Nacional. Maider Otamendi, Leire Pinedo, Iker Ruiz de Egino, Asier Gomez, Lorena López de la Calle, Lohitzune Txarola, Nerea Martínez, Iban Asenjo, Roke Akizu, Miren Urreiztieta, Iker Rahona, Estitxu Martínez de Iturrate, Nerea Gartzia, Mikel Arreseigor, Pili Robles, Aitor Llano, Eider Mitxelana, Javier Nuñez y Jokin Melida, conforman esa dirección.

La líder de la formación dedicó sus primeras palabras a reprochar a los críticos el «espectáculo» que habían ofrecido durante el fin de semana, y apeló a «la disciplina», aunque afirmó que ya daba por «cerrado» el «capítulo» protagonizado por ese sector 'garaikotxeista' en su empeño de dejar a EA «fuera» de EH Bildu.

Entre abrazos y felicitaciones, Blanco quiso agradecer la confianza y el respaldo de su militancia, y se felicitó por la aprobación de la ponencia política de la dirección, en la que se reafirmó el modelo actual de integración de EA en EH Bildu, de la que Eusko Alkartasuna forma parte junto a Sortu y Alternatiba.