Bildu defenderá el pacto con el PNV en Gipuzkoa sobre el derecho a decidir para el nuevo estatus

Otxandiano abogó en Radio Euskadi por el derecho de la mayoría soberanista a plantear su reivindicación, que situó en un terreno de defensa del principio democrático. «Sobre las bases que se han firmado en el acuerdo en Gipuzkoa se debe elaborar un nuevo estatus», manifestó.

En su opinión, «el reconocimiento nacional y el respeto a los derechos nacionales pueden ser el punto de encuentro» con los socialistas, «al igual que se ha hecho en Cataluña y donde está el PSC. Veo más a Andueza más cerca de Ciudadanos que del PSC», criticó irónico.

Para Otxandiano, «hay que revisar la relación que se mantiene con el Estado, esa tiene que ser la cuestión central, que parte del reconocimiento nacional». En su opinión, «hay agua suficiente para abordar el cambio de estatus» y «para dar el paso», concluyó.

La posición de EH Bildu presiona a Ortuzar al inicio de su diálogo con los partidos vascos en busca de un nuevo pacto estatutario que, según el acuerdo firmado entre los jeltzales y los socialistas para el Gobierno Vasco, debe respetar la legalidad.

A su vez, la izquierda independentista se envuelve en la bandera de la mayoría soberanista en el Parlamento Vasco para abordar un cambio de modelo de relación con el Estado que supere la fórmula autonómica, lo que tropieza con el rechazo frontal del PSE y del PP.

Ortuzar, sin embargo, defiende la consecución de un acuerdo más amplio de autogobierno que implique, al mismo tiempo, al PSE y a la izquierda independentista y sitúa el reconocimiento nacional vasco, el blindaje de competencias, la bilateralidad y un sistema de garantías como piezas a encajar en el puzle sin una alusión explícita al derecho a decidir, que es una línea roja para los socialistas vascos.

La burukide guipuzcoana del EBB y portavoz en las Juntas, María Eugenia Arrizabalaga, limitó el alcance del acuerdo, «que no es del todo nuevo, que refleja la existencia de una amplia mayoría abertzale que reclama la revisión del actual estatus sobre la base de la bilateralidad, de un aumento del quantun competencial y otro modelo de relación jurídica-política». Arrizabalaga recomendó «tranquilidad» al PSE. «Nadie tiene derecho de veto», aclaró. En su opinión, ha habido otras declaraciones similares o iguales en defensa de un modelo bilateral. En ese sentido, recordó que se trata de «un camino ya abierto» por el acuerdo de investidura que permitió el apoyo del PNV a la elección de Pedro Sánchez.

El acuerdo soberanista en Gipuzkoa devuelve en la práctica la ficha a la casilla del tablero en la que se encontraba el debate del estatus después de que el PNV y EH Bildu acordaron unas bases en mayo de 2018 para reformar el Estatuto.

Aquel redactado, de sesgo soberanista, recogía el principio del derecho a decidir y la celebración de una consulta habilitante para sancionar un eventual acuerdo alcanzado en Euskadi, antes de que este fuera negociado con las instituciones del Estado y sancionado en referéndum. Aquel texto de bases quedó aparcado porque Sabin Etxea y Ajuria Enea optaron por enfriar el debate para no romper todos los puentes con el PSE. La ponencia parlamentaria puso entonces en marcha un grupo de expertos que elaboraron un articulado de nuevo Estatuto. La controvertida defensa del derecho a decidir se quedó fuera del entendimiento mayoritario.