EH Bildu aboga por un cambio de gestión de los proyectos de renovables en lugar de paralizarlos
La ponencia aprobada por la coalición abertzale abre las puertas a un consenso amplio en el que quiere integrar a los grupos ecologistas
El posicionamiento de EH Bildu sobre los proyectos de energías renovables ha provocado tiranteces internas en la izquierda independentista, tanto por la gestión en sus ... gobiernos locales como por sus relaciones con los grupos ecologistas que censuran la colocación de parques eólicos o fotovoltaicos en los montes de Euskadi y Navarra. A pesar de los complicados equilibrios que tiene que mantener, la coalición abertzale ha marcado una clara dirección en su apuesta por la transición energética: «cambiar las condiciones para la implantación de estos proyectos en lugar de paralizarlos». Un compromiso adquirido en el proceso interno que ha realizado con su militancia y que ha concluido recientemente con un respaldo mayoritario (76,67%) a la ponencia base 'Bizigintza', a la que ha tenido acceso este periódico, para impulsar una transición energética «justa y ordenada».
La izquierda independentista considera primordial abordar este debate estratégico, tanto en Euskadi como en Navarra, junto a diferentes sectores para «iniciar este proceso social con un amplio consenso». En ese proceso, explican, «deberían participar instituciones públicas de diferentes niveles, partidos políticos, sindicatos, representantes empresariales, grupos ecologistas y universidades». Precisamente, a los grupos activistas les piden, como ya adelantó este periódico el martes, que no tengan postulados «cerrados y rotundos» en contra de la expansión de los proyectos de energía renovable y que se hable del «cómo, cuándo y dónde».
Con estas formaciones activistas la coalición abertzale ya ha vivido encontronazos. La plataforma 'Proiektu Honi Ez' acusó a la formación de Otegi de «perder el norte» con su «política de moqueta» y de ser una «marca blanca» del PNV por no poder parar un macroproyecto solar que el Gobierno Vasco y la empresa Solaria tienen pensado impulsar 90.000 paneles y que suscita un importante rechazo vecinal. La contestación a estos proyectos también se ha visibilizado en Oion, en la Rioja alavesa, por la instalación de una infraestructura eólica en el barrio de Labraza. EH Bildu justificó su decisión por «imperativo administrativo». Aunque en Azpeitia, Zestoa y Errezil, también gobernados por los soberanistas, sus ayuntamientos presentaron el año pasado alegaciones contra el parque eólico de la empresa noruega Statkraft.
El diputado en Madrid y secretario de Transición Ecológica de EH Bildu, Mikel Otero, reconoce a este periódico que «hoy en día existe una inquietud importante» en la sociedad respecto a estos proyectos, pero también recuerda que «estamos en una emergencia climática» y que hay una «necesidad» de reducir el uso de los combustibles fósiles. «Nuestro problema es el tiempo», explica, «porque si en 2025 paralizásemos los proyectos en marcha y nos tomásemos cuatro años para debatir el modelo, llegaríamos al 2035 sin poner nada». «La tramitación de un parque eólico, desde los inicios hasta que produce energía, tarda unos siete años», apunta Otero. Y a eso, dice, en «términos científicos se le conoce como retardismo».
«Una transición torpe»
La clave, para EH Bildu, está en el sistema de tramitación y gestión de estos proyectos, y así lo subraya en su documento. «Teniendo en cuenta el papel fundamental que juegan las energías renovables en la descarbonización y la necesidad de reducir las emisiones de CO₂, más que paralizar los proyectos, el objetivo será adaptar los proyectos que ya están en trámite a la visión y a las condiciones recogidas en esta ponencia». En esa línea, Otero recuerda que se ha llevado a cabo «una transición torpe» y que «hay que pelear las condiciones con los promotores».
El diputado de la coalición abertzale pone en valor que en algunas zonas, como en Debagoiena, donde todos los consistorios están gobernados por EH Bildu, ya han iniciado algunos proyectos piloto para la gestión local del modelo energético. En todo caso, resalta que, a pesar de los acuerdos políticos que se puedan alcanzar a nivel local o en el Parlamento Vasco, hay un marco estatal que deja «la energía en manos de la administración central por considerarse una actividad económica de interés general». Y eso, añade, impide que se puedan tomar todas las decisiones desde Euskadi.
Lo que pide la izquierda soberanista en su ponencia es que la tramitación «sea transparente y limpia» y que se cumpla «estrictamente la legislación administrativa y la normativa medioambiental», que los «promotores tengan en cuenta las aportaciones derivadas de las deliberaciones de la administración local/comarcal y de la ciudadanía», «ofrecer la electricidad generada a los consumidores del entorno a un precio justo», «plantear esquemas valientes de propiedad compartida» y «establecer medidas de compensación medioambientales».
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