La legislatura del coronavirus arranca con un acercamiento de Podemos a PNV y PSE

La XII legislatura vasca ha dado el pistoletazo de salida esta mañana con la constitución del Parlamento autonómico conforme a los resultados de las elecciones del 12 de julio. Una sesión que deja como detalle político más relevante el acercamiento de Elkarrekin Podemos-IU a los socios de gobierno PNV y PSE después de que la coalición de izquierdas centrase la campaña electoral en la necesidad de desalojar a los nacionalistas del poder y criticar al PSE por su acuerdo con estos, y abogar por una alternativa conformada por un tripartito junto a los socialistas y EH Bildu.

En cualquier caso, esta aproximación no ha sido una sorpresa. La sesión venía precedida de un acuerdo previo entre jeltzales, socialistas y podemitas para la conformación de la Mesa de la Cámara, según el cual el partido de los círculos asume uno de los cinco puestos, la Secretaría segunda, a pesar de contar con tan solo seis escaños después de haber perdido cinco tras los últimos comicios. Un pacto que da continuación a la Mesa de la legislatura anterior, con dos miembros del PNV, y uno para EH Bildu, PSE y Podemos, y que ha sido duramente criticado por los independentistas, que lo califican de «pacto anti-Bildu». La formación soberanista entiende que ese puesto le correspondería como segunda fuerza más votada y 21 representantes.

En virtud del acuerdo, PNV y PSE han apoyado al candidato de Podemos, Gustavo Angulo, y la formación de los círculos se ha abstenido en la votación de la presidencia (Bakartxo Tejeria, del PNV) y las dos vicepresidencias (Eba Blanco, de EH Bildu, y Txarli Prieto, del PSE).

El entendimiento ofrece varias lecturas. Por un lado, PNV y PSE, que suman mayoría absoluta (la primera en 22 años) y no necesitan el apoyo de ninguna otra formación para sacar adelante sus propuestas, amplían su acuerdo a un tercer grupo y desinflan las eventuales críticas de la oposición de «aplicar el rodillo». El acuerdo a tres compromete a la mitad de los partidos de la Cámara y al 62% de los parlamentarios (47 de 75). Solo quedan fuera EH Bildu, PP-Cs y Vox.

Por otro, en clave extraparlamentaria, abre una brecha entre Podemos y EH Bildu, socios de gobierno en varios ayuntamientos vascos tras las elecciones municipales de 2019. Una entente que tanto PNV como PSE pretenden cortocircuitar y evitar así que pueda extenderse a otros ámbitos, atrayendo a sus posiciones a la formación que en Euskadi lidera Pilar Garrido. En este sentido, un estado de armonía entre los socios de gobierno y el partido de los círculos corrige la anomalía que supone que socialistas y podemitas, aliados en el Gobierno de España, estén enfrentados en Euskadi. Un escenario que, además de al PSE, contraría al PNV, socio «prioritario» del Ejecutivo de Pedro Sánchez, en el que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, es vicepresidente.

El parlamentario de Elkarrekin Podemos-IU Iñigo Martínez ha rechazado en cualquier caso que el acuerdo con PNV y PSE suponga distanciarse de EH Bildu. En una entrevista radiofónica previa a la sesión parlamentaria, ha subrayado que su grupo ha intentado «desde el primer momento» que los independentistas se sumaran a un pacto que «permite que en la Mesa estén representadas las cuatro principales formaciones vascas», y ha anticipado que a lo largo de la legislatura habrá ocasiones en las que «los escaños de izquierdas servirán para desarrollar políticas de izquierda».

Y es que el entendimiento a tres se ha circunscrito únicamente a la constitución de la Mesa del Parlamento. Habrá que ver si tiene recorrido en una legislatura en la que PNV y PSE aspiran a lograr acuerdos amplios en un escenario tan difícil como inédito, marcado por la crisis sanitaria y económica originada por la pandemia de coronavirus, que obligará a tomar decisiones audaces, atinar en el desarrollo de las leyes y normativas, y a priorizar más que nunca el destino de cada euro de los Presupuestos.

Así las cosas, cuatro de los cinco miembros de la Mesa del Parlamento Vasco repiten respecto a la legislatura anterior: Bakartxo Tejeria (PNV) como presidenta; Eba Blanco (EH Bildu) como vicepresidenta primera; Txarli Prieto (PSE) como vicepresidente segundo; e Iñigo Iturrate (PNV) como secretario primero. El único cambio es el de Gustavo Angulo como secretario segundo, que sustituye a Cristina Macazaga, también de Podemos, pero que quedó fuera de las candidaturas al ser integrante del equipo del ex líder de Podemos en Euskadi, Lander Martínez, dimitido tras perder las primarias del partido para el 12-J.

El pleno ha estado marcado por las medidas de seguridad por el coronavirus, con los parlamentarios separados por mamparas transparentes y todos protegidos con sus correspondientes mascarillas. También por la novedad que supone la presencia de la primera diputada de Vox en la historia de la Cámara vasca, Amaia Martínez, quien ha presentado su candidatura a todos los puestos de la Mesa, obteniendo en todas las votaciones el apoyo de sí misma. Otras candidaturas rechazadas han sido las de la parlamentaria de PP-Cs Laura Garrido, que ha optado a las dos secretarías, logrando únicamente el respaldo de sus compañeros de grupo.

La reelegida Bakartxo Tejeria, que afronta su tercera legislatura como presidenta del Parlamento, ha apelado a la «responsabilidad» de los miembros del legislativo autonómico para tratar de buscar «acuerdos amplios» a través de la «colaboración» que hagan posible responder a la «primera prioridad» de esta legislatura: «reactivar la economía y el empleo y atender a los colectivos más vulnerables».

La dirigente peneuvista no ha obviado el principal asunto que divide a su partido con el PSE. Cuando las negociaciones para reeditar el acuerdo de gobierno están aún en marcha, Tejeria ha defendido que esta legislatura debe ser también la que culmine la «actualización de nuestro autogobierno» y alumbre «una nueva relación con el Estado basada en la bilateralidad y el pacto». Por ello ha defendido que «ha llegado el momento de culminar el trabajo de la Ponencia de Autogobierno» y de que «se respete lo que los vascos decidan».

Una aspiración que choca con la pretensiones del PSE, que defiende que los próximos cuatro años deben dedicarse a «reconstruir Euskadi» de los efectos de la crisis sanitaria y económica que dejará la epidemia, y que rechaza que el nuevo estatuto incorpore el derecho a decidir.

Tras la sesión constitutiva, el Parlamento Vasco volverá a reunirse el jueves, día 6, a las 11 de la mañana, para celebrar el pleno en el que se designará la Comisión Provisional de Incompatibilidades. Este órgano debe dictaminar que los 75 parlamentarios electos pueden acceder al cargo sin ningún problema, y el dictamen final de la comisión de Incompatibilidades debe ser aprobado por un nuevo pleno, que podría celebrarse el día 13 de agosto. Sería en esa sesión cuando la presidenta fijaría la fecha para el pleno de investidura del lehendakari, que volverá a ser Iñigo Urkullu. Se espera que ese pleno de investidura pueda producirse a principios de septiembre, alrededor del día 3, con lo que se lograría el objetivo de reducir los dos meses habituales desde la celebración de las elecciones autonómicas hasta la elección del lehendakari.