«Tras el atentado mi madre me dijo: 'Elige o vivir amargadas, maldiciendo a los terroristas o decidir que tu vida empieza hoy'»
Irene Villa, víctima de un atentado de ETA, comparte su testimonio en 'Memories', la primera exposición al aire libre sobre terrorismo en San Sebastián, inaugurada este jueves en Alderdi Eder
«Cuando me desperté en el hospital, estaba en la UCI, rodeada de tubos, sin saber lo que había pasado. Mi madre sin una pierna ... y sin un brazo, y después a mí me faltaban las dos piernas y tres dedos en una mano. Fue todo terrible. No existía el apoyo de los psicólogos que hay hoy en día a víctimas del terrorismo. Entonces mi psicóloga fue mi madre. Ella dijo: 'Hija, esto es lo que hay, con esto tenemos que vivir siempre, así que elige vivir amargadas, frustradas, maldiciendo a los terroristas, que tienes todo el derecho del mundo para hacer esto, o decidir que tu vida empieza hoy y vamos a mirar adelante con optimismo y con alegría'. Lo que tú decidas, te seguiré. Yo le dije: 'Mamá, he nacido sin piernas'». El testimonio de Irene Villa, la niña de 12 años que sufrió un atentado de ETA en Madrid cuando viajaba en coche con su madre para ir al colegio el 17 de octubre de 1991, es uno de los 22 recuerdos que recoge la exposición 'Memories' que se ha inaugurado este jueves en los jardines de Alderdi Eder de San Sebastián. Por primera vez la ciudad en la que ETA causó el mayor número de asesinatos, acoge en plena calle una exposición sobre víctimas del terrorismo.
Organizada conjuntamente por el Memorial, la Fundación Víctimas del Terrorismo, la Oficina de Lucha contra el Terrorismo de la ONU y el Ayuntamiento de San Sebastián, la muestra permanecerá abierta al público hasta el próximo 11 de junio. Consta de seis grandes paneles en forma de cubo que recogen el testimonio de 22 víctimas del terrorismo de todo el mundo, con el dolor y el daño como nexo de unión entre ellas, pero con conmovedoras voces de coraje y resiliencia que sirven para la deslegitimación de los terroristas.
La inauguración, a cargo del alcalde de Donostia, Eneko Goia; el director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Dominguez; y el director en España de la UNOCT, Ignacio Ibáñez, ha servido para conocer los detalles de esta exposición que comunica a través de una narrativa visual, cómo el terrorismo ha cambiado la vida de estas personas. Los promotores de la exposición consideran que «los recuerdos de las víctimas pueden servir de herramientas para su recuperación, mostrando a víctimas que representan una comunidad del dolor que reflejan el daño causado por la violencia terrorista en distintas partes del mundo, pero que a través de su testimonio trasmiten un mensaje poderoso al usar la palabra y su sufrimiento para cuestionar cualquier razón que pudieran invocar quienes emplean las armas con pretensiones políticas».
Paneles con testimonios
Los paneles con los testimonios de víctimas están organizados en cubos que muestran unas historias que dan la vuelta al mundo, con episodios terroristas ocurridos en países de América, África, Asia y Oceanía, incluyendo también una parada en España para poder leer y escuchar -a través de código QR- los recuerdos de Irene Villa, víctima de ETA; así como el de Vera de Benito, cuyo padre fue asesinado en los atentados yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, donde sobrevivió con heridas la ecuatoriana Sandra Lescano.
Esta iniciativa busca acercar el testimonio de las víctimas a la ciudadanía «de una manera sencilla pero poderosa» para que el público se identifique con ellos, sienta su pérdida y comprenda mejor «la importancia de recordar y rendir homenaje a los damnificados por el terror».
En el acto de inauguración, el alcalde Goia ha explicado que se trata de una exposición que «nos traslada en el tiempo y también en el espacio a esos lugares y momentos en los que personas y grupos violentos decidieron ejercer esa violencia contra otras personas». Ha apuntado que San Sebastián es «un buen lugar para realizar esta exposición» y ha recordado que en esta ciudad el Ayuntamiento lleva años haciendo «un ejercicio de memoria que va unido con nuestra voluntad de ayudar en la reparación del daño causado, a través de la colocación de placas memoriales en aquellos lugares donde se produjeron vulneraciones del derecho a la vida». «Es nuestro particular y humilde pero sincero y verdadero ejercicio de memoria porque creo que es necesario recordar lo que ha ocurrido en nuestra ciudad», ha expresado.
La muestra se inauguró en Málaga y ha pasado de forma itinerante por Nueva York, Vitoria, Valladolid, Pamplona y Madrid
Florencio Domínguez ha explicado que esta muestra que se inauguró en Málaga, ha pasado de forma itinerante por Nueva York, Vitoria, Valladolid, Pamplona y Madrid, convierte en protagonistas a los que han sufrido el ataque de la violencia y que «son capaces de sobrellevar esa situación adversa y que aportan su testimonio para explicar el sinsentido de la violencia y el terror». «El testimonio de los supervivientes y de los allegados a los que han sido asesinados se convierten en una herramienta principal para combatir el discurso del odio que hay detrás de cada expresión terrorista», ha añadido.
«Se trata de voces autorizadas para deslegitimar el terrorismo presente y el pasado. Son testigos creíbles y es esencial que los jóvenes conozcan de primera mano qué supone la violencia, fundamentalmente el dolor y esa vulneración de los derechos humanos. Son testimonios que pueden contribuir a combatir el peligros recuerdo o imagen romántica del terrorismo», ha afirmado Domínguez.
Ignacio Ibáñez ha confesado que cada vez que ve el vídeo de la exposición no puede «dejar de sentir un nudo en la garganta, un nudo de profundo respeto y admiración». Ha destacado además que «es una plataforma para dar voz a las víctimas y mostrar la importancia que tiene seguir escuchándolas y apoyándolas, tanto en el plano nacional como en el internacional. Es una llamada a la acción».
Ha citado que desde su oficina han desarrollado recientemente una guía modelo de medidas legislativas para que cualquiera de los 193 estados miembros de la ONU puedan reforzar su ordenamiento jurídico con el fin de apoyar a las víctimas.
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