El artificiero asesinado por ETA en el barrio de Gros

Aniano Sutil Pelayo, Tedax de la Policía Nacional, fue asesinado en San Sebastián el 27 de marzo de 1983. El joven artificiero intentaba desactivar, junto a su compañero, el cabo Juan Manuel Martínez Aguiriano, una bomba colocada por ETA junto al comercio Portobello del barrio donostiarra de Gros.

La Policía Municipal de San Sebastián recibió a la una de la madrugada una llamada telefónica anónima alertando sobre la ubicación del artefacto en el citado establecimiento textil del barrio donostiarra de Gros, que ya había sufrido un atentado dos meses atrás. Varios agentes de la Policia Local y Policía Nacional acudieron al lugar, localizaron la bomba e instalaron un cordón de seguridad. Se avisó a un equipo de artificieros de la Policía Nacional y sobre las dos menos diez de la madrugada, cuando se disponían a desactivar el artefacto compuesto por kilo y medio de dinamita, estalló alcanzando de lleno a los dos agentes. La onda expansiva mató a Aniano Sutil en el acto, quedando su cuerpo destrozado, e hirió gravemente a Juan Manuel Martínez Aguiriano. Fuentes de la investigación, afirmaron en aquel momento que su hipótesis era que los miembros de ETA utilizaron un mecanismo trampa, porque su verdadero objetivo era «asesinar a los artificieros de la Policía encargados de la desactivación». Ambos efectivos iban equipados con casco y escudo protector de acero, pero dada la potencia del artefacto no sirvió para nada.

Las mismas fuentes indicaron entonces que Aniano Sutil había sido «un héroe», ya que «vio el explosivo, se arrimó solo, y al ver que si se explosionaba a distancia podía causar muchos daños materiales a establecimientos y viviendas de las inmediaciones y comenzó a desactivarlo». A continuación, el joven agente «quitó unos cables y llamó a su compañero Juan Manuel Martínez Aguiriano para que le ayudara a terminar la labor, momento en el que se produjo la explosión».

Martínez Aguiriano, natural de Álava, soltero y de 31 años, fue trasladado a la residencia Nuestra Señora de Aranzazu de San Sebastián, donde quedó ingresado con fuerte shock traumático, contusión craneofacial, amputación traumática de la pierna izquierda, heridas incisocontusas con pérdida de sustancia, y abrasión de partes blandas en pierna derecha, extremidades superiores y rostro.

La onda expansiva causó importantes daños en la puerta del comercio afectando. Ramón Jáuregui, que era entonces el delegado del Gobierno en el País Vasco, dirigió su mensaje «a los ciudadanos de San Sebastián, a los de la calle Carquizano y adyacentes» para que supieran que Aniano Sutil había muerto y que Juan Manuel Martínez estaba gravemente herido porque había «arriesgado su vida a fin de que los ciudadanos y sus bienes no se viesen afectados por las bombas». «Podían haberla hecho estallar a distancia, pero no lo hicieron y perdieron ellos», manifestó Jáuregui.

Sutil Pelayo tenía 26 años y era natural de La Hiniesta (Zamora) igual que su mujer Chelo y era padre de Tania, una niña de apenas 3 años. Desde enero de 2015, dos placas, al inicio y al final de la calle Torre de La Hiniesta, vinculada a la familia Sutil, inmortalizan el recuerdo del joven artificiero asesinado por ETA. «Que hoy su nombre permanezca en esta placa es muy importante para toda su familia. Y lo es porque significa recuerdo, porque significa mantener viva la memoria de mi padre», aseguró Tania Sutil en un acto de recuerdo del agente asesinado. Tania relató que a su padre lo recuerda «como un héroe, pero que la heroína ha sido mi madre: una niña que se quedó viuda con otra niña a su cargo. Nunca rehizo su vida. Sigue enamorada de él».