'No me rindo'
El capitán no se desentiende cuando viene mala mar. Pedro Sánchez ha recurrido a esta metáfora marinera para expresar su apuesta. «Tengo el corazón tocado ... pero mi determinación sigue intacta». Resistencia y resiliencia, según ha dicho, por responsabilidad para «mirar hacia adelante». El mensaje de Sánchez -ha venido a decir 'no me rindo'- busca el cierre de filas interno en un contexto de máxima tensión ante el Comité Federal.
De hecho, la renuncia de última hora de Francisco Salazar a incorporarse a la dirección federal como secretario de Acción Electoral y adjunto a Organización, tras una denuncia de extrabajadoras de Moncloa por comportamiento «inadecuado» y acoso, ha eclipsado la apertura de un cónclave que pretende proyectar un revulsivo al Partido Socialista. El escándalo del caso Cerdán ha sumido a la militancia del PSOE en una enorme crisis de ansiedad que necesita más que medidas estéticas para taponar una herida bien profunda.
La decisión de Salazar de renunciar a la Ejecutiva pone de manifiesto la gran fragilidad interna que atraviesa el partido, con una militancia desconcertada que pide actuaciones enérgicas, un secretario general que anuncia medidas contundentes, una necesidad de ser ejemplarizantes y una sensación de cacería interna en la que pueden pagar justos por pecadores y en la que se mezclan verdades y mentiras. El acoso ultra al Comité Federal ha sido bien sintomático de la situación que se vive. A estas alturas ninguna salida va a ser buena.
En este contexto, Sánchez busca desesperadamente encontrar un asidero que le permita mantener su proyecto a flote, aun cuando es muy consciente de que debe luchar a brazo partido y contra corriente frente a una sensación de fin de ciclo con factores que inducen a pensar en una lenta agonía. Las próximas semanas se comprobará si hay ya indicios de descomposición o si los aliados, que están en una posición muy crítica y exigente, están también por unas nuevas elecciones. Dependerá, en buena medida, de la intervención de Sánchez en el Congreso el próximo 9 de julio. Pero ya no va ser suficiente un listado concreto de medidas de regeneración, por imprescindibles que resulten para limpiar la vida pública y oxigenar el sistema. No podemos obviar que la verdadera ganadora de este clima es la desafección hacia la política, además de la extrema derecha.
En todo caso, Sánchez lo ha dejado claro. Va a pelear hasta el final y no se va a rendir. Lo hace, asegura, por compromiso y por responsabilidad. Ata la suerte del PSOE a su suerte política y personal. Todas las cartas están sobre la mesa y la batalla va a ser feroz.
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