Una acertada enmienda

Si el Gobierno de Pedro Sánchez cumple en tiempo y forma el acuerdo suscrito con el PNV en los primeros Presupuestos que va a sacar adelante y que le permitirán culminar la legislatura, la venta de la parcela de los actuales cuarteles de Loiola al Ayuntamiento donostiarra supondrá todo un logro histórico para el desarrollo y crecimiento de la ciudad en todos sus ámbitos. El actual alcalde donostiarra, el peneuvista Eneko Goia, ha logrado en su segundo mandato rematar una reivindicación que de manera insistente enarboló con tenacidad desde sus inicios como regidor el socialista Odón Elorza y que no pudo materializar en sus veinte años al frente de la casa consistorial, a pesar de que en ese periodo de tiempo dos socialistas presidieron los gobiernos de España en diferentes momentos: Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque hubo momentos en que Elorza llegó a acariciar con los dedos el codiciado objetivo -sobre todo cuando la desaparecida ministra Chacón dirigió el paso en Defensa- la anhelada reivindicación se ha materializado porque el PNV ha sabido jugar sus bazas hasta el máximo con una acertada enmienda presupuestaria, ya que sin los votos peneuvistas la pareja Sánchez-Iglesias nunca podía hacer mus. En política, tanto vales como decisivos sean tus votos. Y como los astros se alinearon, los jeltzales aprovecharon la ocasión para anotar en el casillero de Donostia una operación urbanística en blanco y azul que supondrá sumar cerca de dos mil pisos al parque de viviendas e integrar el islote donde se ubica el acuartelamiento al planeamiento de la ciudad junto al Urumea.

La reubicación de los cuarteles en otra parcela se abordará en otra negociación al margen porque Defensa ya ha avisado que no abandonará el municipio. Un mensaje obviado por quienes ya critican el acuerdo alegando argumentos 'patrioteriles'.