«Abrir el melón del nuevo estatus en una situación de crisis es un puntito irresponsable»
«La guerra de Putin nos ha colocado en una situación complicada y hay que tomar medidas de choque para facilitar liquidez o los ERTE»
Estabilidad. Esta es la palabra que más repite José Ignacio Asensio cuando explica la contribución del PSE al Gobierno foral de coalición con el PNV. ... En su calidad de segundo teniente de diputado general; diputado foral de Obras Hidráulicas y Medio Ambiente, y de secretario general del PSE en Gipuzkoa, destaca la labor de su partido para rebajar las pulsiones soberanistas del PNV. En este sentido afirma que ahora, en plena crisis provocada por la guerra de Putin, no toca abrir el debate del nuevo estatus, una cuestión que fue rescatada por el lehendakari el mes pasado después de una fase de hibernación.
–¿Cómo se está percibiendo desde la Diputación el impacto de la guerra en el tejido económico guipuzcoano?
–Con muchísima preocupación, porque al incremento del coste de la energía se suma el de los suministros, agravado por la conflictividad en el sector del transporte. Sería esencial que en Europa se aceptara la propuesta del presidente Sánchez de desacoplar el gas respecto del precio de la energía eléctrica. Y, además, habilitar todo tipo de ayudas de choque para facilitar la liquidez, los ERTE o la flexibilidad en el cobro de impuestos, como se hizo para afrontar el Covid.
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–¿En qué sectores detectan mayor preocupación?
–Las empresas electrointensivas están soportando incrementos que están condicionando sus contratos. Además, se está disparando la inflación y, aunque de momento no repercute en el empleo, hay que estar alerta.
–¿De qué manera la Administración puede paliar el problema?
–Soy más partidario de las ayudas directas que de tocar la fiscalidad en su conjunto. Hay que ir a medidas más puntuales y concretas.
«Nos está colocando en una situación muy complicada, cuando estábamos en plataforma de despegue»
–La guerra ha trastocado todos los planes, a solo un año de las elecciones...
–Nos ha colocado en una situación muy complicada. Estábamos remontando el Covid, con un paro por debajo del 7% en Gipuzkoa y con una previsión de crecimiento del 6,5-7%. Estábamos en plataforma de despegue y con algunos índices pre-Covid. La guerra de Putin ha provocado una crisis internacional. Esperemos que sea corta.
–¿Cómo afecta esta crisis al Gobierno foral de coalición?
–Nos pilla entrenados y unidos, porque veníamos de la del Covid.
–¿El PSE no está perdiendo perfil al gobernar conjuntamente con el PNV?
–El perfil de este Gobierno es muy socialista, porque ha aprobado el presupuesto más expansivo de la historia de la Diputación, superando los 1.000 millones, lo nunca visto en Gipuzkoa. Más del 50% se ha destinado a políticas sociales. Los principios socialdemócratas de este Gobierno están fuera de toda duda. Por eso es un Ejecutivo muy cómodo para el PSE, porque se han cumplido todas nuestras previsiones y máxime viniendo de una situación de Covid.
«Los principios socialdemócratas del Gobierno foral son claros, por eso nos sentimos cómodos»
–¿No ha perdido el PSE la oportunidad de marcar perfil propio en algunos conflictos, como en el de las residencias o en el de las limpiadoras?
–Estamos en un Gobierno de coalición. Estos conflictos tienen más que ver con las condiciones empresariales y laborales, así que corresponde a cada una de las partes llevar a cabo las negociaciones. Es verdad que desde la Diputación debemos mostrar sensibilidad en estos temas y hacer cumplir los contratos y los convenios sectoriales, y lo estamos haciendo. La conflictividad es muy puntual.
–La encuesta de la Diputación detecta una bajada del PSE en Gipuzkoa de 2,1 puntos, lo que se traduce en perder un juntero, de 9 a 8. ¿Por qué se ha producido este descenso?
–Otras encuestas, como la del Sociómetro vasco, nos da un crecimiento de dos puntos en Gipuzkoa. Estamos en una buena senda y el PSE logrará unos resultados óptimos en las elecciones municipales y forales. Nuestros alcaldes están muy afianzados y hemos logrado una sintonía con la sociedad guipuzcoana.
–¿Teme que ayuntamientos ahora con alcalde socialista, como Eibar, Pasaia, Andoain, Irun, Lasarte-Oria o Zumarraga, pasen a manos de EH Bildu o del PNV?
–Son alcaldías muy consolidadas. Vamos a repetir en esos ayuntamientos y, además, recuperar Errenteria y mejorar posiciones en San Sebastián.
«Es pronto para aventurar su composición, pero el PNV no nos va a encontrar en aventuras independentistas»
–¿La pugna electoral no quedará restringida al PNV y EH Bildu?
–No, no estamos ante una pelea entre nacionalistas y ultranacionalistas. Las encuestas indican que el número de personas que se declaran independentistas cada vez es menor. Esto quiere decir que la sociedad es muy plural y que las políticas que lanzamos desde el PSE son las que mejor encajan con los ciudadanos. Debemos conseguir que esa mayoría sociológica esté representada por el PSE. Más allá de que algunos quieran una disputa solo entre nacionalistas, quien da estabilidad y garantiza la pluralidad somos los socialistas. Así ha quedado patente en la Ley de Educación, en la que hemos conseguido que haya varias lenguas vehiculares y no solo una.
–¿Prevé que el próximo Gobierno foral vuelva a ser un bipartito PNV-PSE?
–En esta legislatura nos hemos sentido cómodos. Hemos dado estabilidad, máxime en una etapa de pandemia y ahora de guerra. Para firmar acuerdos de legislatura ponemos por delante que hay que enfrentar los problemas reales y olvidarse de aventuras independentistas e identitarias. Que el PNV no cuente con nosotros para eso. Y, por encima de todo, es necesario que exista un suelo ético.
«Hemos llegado a acuerdos puntuales, pero para alcanzar pactos globales les queda un largo recorrido ético»
–¿Si el PNV dentro de un año, cuando se celebren las elecciones, es el mismo de ahora, el PSE repetiría el acuerdo?
–Ahora no aventuraría un acuerdo. Con el cumplimiento del actual estamos satisfechos, pero veremos lo que deparan las elecciones y la fuerza de cada uno.
–¿Sería posible un acuerdo del PSE con EH Bildu?
–Hemos llegado a acuerdos puntuales, pero es demasiado pronto para alcanzar pactos globales. EH Bildu está en un proceso de evolución, pero le queda por delante un largo recorrido ético.
–¿Ve factible un pacto del PNV con EH Bildu?
–Ellos sabrán hasta dónde quieren llegar. Últimamente han desempolvado el tema del derecho a decidir, cuestiones identitarias, participan en debates sobre cómo alcanzar la independencia... En ese camino a nosotros no nos van a encontrar.
«Los socialistas evitamos las derivas ultranacionalistas, una tendencia que se ha visto en la Ley de Educación»
–¿Será usted el candidato socialista a diputado general?
–Hay que respetar los tiempos y no estamos en esa fase. Yo estoy dispuesto a hacer lo que decida mi partido.
–¿El papel de contrapeso al nacionalismo que ha ejercido el PSE en la Diputación lo han trasladado al Gobierno Vasco?
–Los socialistas aportamos estabilidad y evitamos las derivas ultranacionalistas, una tendencia que se ha visto en la Ley de Educación. Cuando estamos hablando de la defensa de la enseñanza pública, de eliminar la segregación y de que haya tres lenguas vehiculares, nuestro papel ha sido clave. Si el acuerdo hubiera sido solo entre el PNV y EH Bildu el resultado sería muy diferente.
–¿Toca abrir ahora el debate del nuevo estatus?
–No, pero Urkullu, el PNV y EH Bildu están empeñados en ello. No toca. Los ciudadanos están preocupados por otras cuestiones, como el empleo, la economía, los servicios públicos, la reforma laboral, la actualización de las pensiones... En situaciones de crisis como esta abrir el melón del nuevo estatus, un debate en el que la ciudadanía no está y no es su preocupación, resulta un puntito irresponsable. Centremos los esfuerzos en los problemas reales. Además, nos hace más fuertes pertenecer a un Estado que cuenta con cierto liderazgo en Europa. Para ir a Bruselas hay que pasar por Madrid.
«Vox ha entrado en el Gobierno de Castilla y León, una carta de presentación bastante dudosa de Núñez Feijóo»
–Hablando de Madrid. ¿Teme que Feijóo, como presidente del PP, pueda pescar votos entre los socialistas moderados?
–Se ha estrenado con un acuerdo con Vox en Castilla León que muestra justo lo contrario, metiéndolos ni más ni menos que en el Gobierno. Algunos, como Andoni Ortuzar, estaban muy contentos con la llegada de Feijóo, pero cuando alguien mete al fascismo en el Gobierno su carta de presentación es bastante dudosa.
–¿No le parece creíble su propuesta de alcanzar pactos de Estado?
–A los hechos me remito. No puede excusarse en que todavía no es presidente del PP, cuando todos los barones ya lo han elegido a dedo.
–El PNV es socio preferente de Sánchez pero, ¿su reclamación constante de transferencias les resulta irritante?
–Hay que mirar esta cuestión con perspectiva. Si analizamos la trayectoria de las transferencias, estas se han producido solo cuando ha habido gobiernos socialistas. Se podrá discutir si han tardado más o menos en producirse, pero el hecho cierto es que hemos tenido voluntad de cumplir el Estatuto de Gernika. A los últimos ejemplos me remito, como el IMV o Prisiones. Es verdad que el discurso del PNV siempre es el mismo y a veces falaz.
–Luego le resulta irritante...
–Bueno, es el juego al que nos tiene acostumbrados el PNV. El nacionalismo necesita un puntito de reivindicación y de victimismo.
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