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El lehendakari posa con el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, que aplaudió su apoyo a la estabilidad de Rajoy.

Bruselas aplaude el papel de Euskadi en la estabilidad institucional de España

Urkullu traslada a Juncker la necesidad de construir una «Europa más social y con alma» con más peso de las regiones

ADOLFO LORENTE

Jueves, 11 de mayo 2017, 07:03

No se trata de una foto más, es la foto. Una imagen cargada de un enorme simbolismo, capaz de contar un sinfín de historias. Ahí están. Sonrientes, satisfechos... La protagonizaron ayer por la tarde el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, e Iñigo Urkullu. Una foto que convierte al lehendakari en el primer presidente autonómico que es recibido por Juncker y que ahonda aún más si cabe la indiferencia institucional que sufre Cataluña. La foto de Urkullu es esa por la que tanto suspira Carles Puigdemont, un 'president' que sólo conoce la palabra portazo cuando viene a Bruselas. La imagen simboliza «la estabilidad institucional» y supone un sonoro espaldarazo de la UE al papel estabilizador del PNV en España con la aprobación de los Presupuestos, como el presidente de la Comisión y el comisario Pierre Moscovici reconocieron, según desveló el lehendakari.

La foto se produjo minutos antes de las cuatro de la tarde, después de que el líder jeltzale se reuniese con el comisario francés de Asuntos Económicos. Preguntado sobre si el acuerdo con Rajoy había estado encima de la mesa, el lehendakari explicó que «en la reflexión sobre reactivación económica, la generación de empleo o el peso de la economía productiva en el PIB, subyacía la necesidad de tener estabilidad institucional y tanto uno como otro han reconocido la importancia como consecuencia de unos presupuestos 'ad hoc' para este año 2017 en el conjunto del Estado español». Es decir, sí.

Además, fuentes comunitarias consultadas por este periódico explicaron que en la reunión con Moscovici, además de tratar la situación de Euskadi, España y la Eurozona, «el comisario tomó nota de que se había alcanzado un acuerdo entre el PNV y Gobierno español para apoyar el Presupuesto de 2017, y expresó su deseo de que se apruebe en el plazo previsto, en aras de la estabilidad».

  • las claves

  • Iñigo Urkullu

  • «Desconozco si Bruselas quiere lanzar un mensaje a Cataluña, yo estoy muy satisfecho con la reunión»

  • Jean-Claude Juncker

  • «El lehendakari ha mostrado un fuerte apoyo en favor de la inversión y una Europa más social»

  • Pierre Moscovici

  • «Tomó nota del acuerdo presupuestario y deseó que se apruebe pronto en aras a la estabilidad»

Si hay algo que sobra en esta Unión Europa son problemas y con las aguas económicas de la cuarta potencia de la Eurozona más que calmadas, Bruselas no quiere ni oír hablar de aventuras secesionistas o debates sobre la integridad territorial de sus Estados miembros. Ellos son los que mandan y ellos deciden quién es bienvenido. Y Euskadi, ahora, lo es. Porque habla de economía, de refugiados, del pilar social, de una mejor Europa... Bastante tiene la UE con reinventarse a 27 tras la mazazo del 'Brexit'.

Y es que avalar los Presupuestos del Gobierno central supone, 'de facto', contribuir a que en España no se produzcan sobresaltos electorales ni económicos durante los próximos dos años. Bruselas adora la tranquilidad y España, ahora, es un bálsamo tras ese año en funciones que tanto preocupó a la Comisión.

Sin menciones a ETA

Urkullu, que a última hora de la tarde se reunió con el jefe de filas de los liberales (ALDE) en la Eurocámara, el belga Guy Verhofstadt, aprovechó su visita a la Comisión Europea para reivindicar la necesidad de «construir una Europa más social y con alma» en la que «las regiones o las denominadas naciones sin Estado». «Existe la conveniencia de una gobernanza multinivel, en la que los poderes locales tengamos nuestro papel fundamentado en un principio de corresponsabilidad y subsidiariedad», recalcó ante los medios en lo que definió como «una Europa que se construya de abajo a arriba».

Como adelantó este diario, el desarme de ETA no estuvo encima de la mesa. Ni lo planteó Urkullu ni fue preguntado por ello. Lo que sí dijo el lehendakari al salir es que todo el debate referido al pilar social y «la necesidad de tener una sociedad cohesionada está entroncado con valores humanistas». «Nos identifican con unos principios humanistas reconocibles y reconocidos ya desde el pasado», remarcó. De hecho, uno de los principales puntos trasladados por la delegación vasca fue la necesidad de apoyar más a los refugiados y «crear corredores humanitarios».

Más allá de la agenda de la reunión y ya en su intervención ante los corresponsales comunitarios, la comparación con Cataluña era obligada. Eludió entrar en polémicas y aseguró desconocer si lo que pretendía Bruselas era lanzar un mensaje contrario a las aventuras independentistas de la Generalitat. «Lo que puedo decir es que estoy muy satisfecho de que me hayan recibido, como en su día lo hizo el anterior presidente Durao Barroso. Creo que hay una interpretación correcta en la UE del sistema de autogobierno vasco y su vocación europeísta», enfatizó.

Por su parte, fuentes del Gabinete Juncker se felicitaron de que el lehendakari mostró un «fuerte apoyo» a las prioridades que la Comisión ha puesto encima de la mesa para relanzar la Unión «impulsando la inversión y construyendo una Europa más social».

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