Sortu plantea iniciar el Estado vasco solo con Gipuzkoa, Bizkaia y Araba
Dibuja una nueva hoja de ruta más pragmática en la que Navarra e Iparralde tendrían la opción de sumarse como Estados a una República confederal
JORGE SAINZ
Jueves, 26 de enero 2017, 07:12
Recién refundada tras su congreso del pasado sábado, Sortu quiere dar un acelerón al proceso independentista con una nueva vía. La formación de la izquierda abertzale defiende, como primer paso y ante los diferentes ritmos de cada territorio, iniciar la creación del Estado vasco independiente solo con la Comunidad Autónoma Vasca (Gipuzkoa, Bizkaia y Araba). Posteriormente, a futuro, se sumarían, como Estados confederados, Navarra y el País Vasco francés, si así lo deciden sus habitantes. Este planteamiento, recogido en la ponencia Zohardia, se basa en la filosofía de que es mejor tener un Estado en un solo territorio que «no tener nada».
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Esta hoja de ruta de Sortu supone una novedad, según reconocen sus propios dirigentes, respecto a la tradicional reivindicación de una Euskal Herria independiente de siete territorios unificados a la vez. La meta final de un Estado vasco con Navarra y el País Vasco francés se mantiene, pero asumiendo los distintos ritmos y realidades de cada espacio administrativo, más lentas en estos dos territorios que en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). En el Parlamento de Vitoria las dos fuerzas abertzales, PNV y EH Bildu, suman mayoría absoluta en la Cámara. Una suma todavía mayor si se tiene en cuenta a Elkarrekin Podemos, formación no nacionalista pero partidaria del derecho a decidir.
Sortu cree que la creación de un Estado vasco en la CAV favorecería la futura incorporación de Navarra o Iparralde, ya que ambos tendrían una «referencia». El plan para la comunidad foral y el País Vasco francés pasa por que desarrollen su autogobierno hasta convertirse en sendos Estados, uno navarro y otro de Iparralde, que se «confederarían» a la República vasca si, respectivamente, sus habitantes lo aprueban en las urnas.
El partido de la izquierda abertzale entiende que ahora, con la ebullición del proceso independentista en Cataluña, se dan condiciones para iniciar este viaje en la CAV y que, probablemente, si se espera a Navarra o Iparralde, se correría el riesgo de que la pulsión independentista se enfriara. Esta estrategia se enmarca en la vía independentista escalonada o con estaciones que han venido defendiendo en las últimas semanas distintos dirigentes independentistas, desde el nuevo portavoz de Sortu, Arkaitz Rodríguez, hasta el exsecretario general del sindicato LAB, todavía preso, Rafa Díez Usabiaga.
El reto de 2026
El planteamiento se ha desarrollado en la ponencia Zohardia, ratificada el pasado sábado en Bilbao, que fija el año 2026 como el de la posible creación de la República Vasca confederal, aunque desde la formación abertzale se insiste en que en el caso de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba esos plazos podrían acortarse muchísimo, incluso a esta legislatura si el PNV se implicara y ambas fuerzas hicieran efectiva su mayoría absoluta en el Parlamento Vasco, que suma 46 sobre 75 escaños.
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Esta renovada hoja de ruta de la formación independentista se conoce en vísperas de la creación de la ponencia de autogobierno en el Parlamento Vasco, en la que Sortu participa dentro de la coalición EH Bildu que integra con EA, Aralar, Alternatiba e independientes. En principio, la intención de EH Bildu en la ponencia se centraba en la defensa del derecho a decidir y la petición de una consulta popular sobre el futuro estatus político que se celebraría en 2018. Ahora, Sortu tiene intención de compartir con sus socios este nuevo matiz.
La formación de la izquierda abertzale no confía demasiado en la actual dirección del PNV ni en el lehendakari Iñigo Urkullu. Es por ello que intentará atraer a su proyecto a las bases peneuvistas y a los sectores que, entienden, son más soberanistas, en alusión por ejemplo al exlehendakari Juan José Ibarretxe. El partido independentista también quiere embarcar a los sindicatos mayoritarios en Euskadi, ELA y LAB, igual que se hizo en el frustrado proceso de Lizarra de 1998.
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Sortu tiene depositadas grandes esperanzas en Navarra y el País Vasco francés. En la Comunidad Foral destacan el hecho de que exista un Gobierno de fuerzas partidarias del derecho a decidir con mayoría absoluta. Y en Iparralde, confían en que la nueva Mancomunidad, la primera institución única en la historia de los vascofranceses, pueda ir abriendo camino.
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