Adarra, el guardián de la prehistoria

Adarra es la joya del macizo que conforma esta conocida cima que llega a Mandoegi. Está situada entre los ríos Urumea, al norte y este, Leitzaran al sur, que recorre 20 kilómetros a lo largo del valle de igual nombre, y Oria al oeste. En sus cordales se cuentan más de una cincuentena de crómlech y dólmenes repartidos por el herboso cresterío entre el pico Oindi (544 m.) y el pueblo de Arano (360 m.). Se sitúan a lo largo del macizo y se reparten dentro de los terrenos de los municipios de Andoain, Elduain, Hernani y Urnieta. La estación megalítica del Adarra la componen 34 cromlechs, 4 dólmenes, 3 cistas y 2 menhires. Los dólmenes se encuentran en Aballarri, Altxista, Otsolepo y Pozontarriko Lepoa, mientras los cromlechs son los de Altxista, Amunola, Arleorko Zabala, Elurzulo, Eteneta I y II, Mulisko Gaina, Tximista y Tximistako Egia. Los menhires de Eteneta y Usobelartza destacan entre todos ellos. Cabe destacar los cromlechs de Eteneta que se encuentran en el amplio collado de Agerreko Zabala, al sur del Adarra. Según los expertos son de diámetro reducido, pero en uno de ellos destaca un magnífico ortostato, que es un elevado monolito de 2 metros de altura. Hasta hace unos años, este monolito se encontraba tumbado y recubierto de tepe, dejando ver solamente una pequeña parte de su extremo aéreo, a unos dos metros del crómlech. Fue descubierto por K. Mariezkurrena y puesto en pie al poco tiempo, dado que se veía su posición inicial. El monolito completo mide 3 metros y su ubicación es privilegiada por la belleza que existe en el lugar donde se encuentra y la tranquilidad que irradia el lugar elegido para el descanso eterno de aquellos antiguos pobladores de Buruntzaldea.

Las cistas se denominan Onddi, Musli y Marizulo. Precisamente esta última, Marizulo, 'agujero de Mari', es una pequeña cueva habitada por los antiguos pobladores de Buruntzaldea. En ella, los estudiosos han encontrado cuatro niveles de distintas épocas de habitabilidad. En el primer nivel se hallaron restos del Eneolítico o Calcolítico, en el nivel II, del Neolítico y nivel III y IV del Mesolítico, que van desde 6500 al 3.35 a. C., utilizada en esta última época como cueva sepulcral.

Dentro de la cueva «se encontró un enterramiento individual cerca de la entrada en una cista con tres losas formando un rectángulo, con el cráneo y varios huesos de un hombre de unos 25 años dentro, junto a los de un perro y un cordero, datados en el 3350 a. C. Además, se localizó otro enterramiento colectivo en el que se identificaron al menos restos de cuatro individuos. Los huesos se encontraban en el interior de la cueva dispersos y revueltos junto a diversos objetos como raspadores o buriles de silex, trozos de cerámica, punzones o cuentas, que según han determinado los especialistas pueden ir desde el Neolítico hasta el Bronce.

La subida a Adarra se puede realizar desde Andoain, desde Fagollaga, en Hernani, o desde el barrio urnietarra de Xoxoka. Si elegimos la vía más popular que realizan a diario decenas de personas, desde el parking de Besadegi en Urnieta, debemos seguir el camino señalizado que asciende por el caserío Montefrio (353 m.), donde nos desviamos a la derecha para continuar hacia la regata Sorotxota (440 m.). Más adelante se cruza una segunda regata, Belabietako erreka (500 m.) y se llega el llano de Belabieta (548 m.), desde donde comenzará la última y engañosa pendiente hasta la misma cima.

Desde Belabieta es posible rodear la montaña por su vertiente occidental encontrando la fuente Agerreazpiko iturria (650 m.) en el camino que conduce al collado Eteneta o Agerreko zabala (693 m.). Una posible variante es encaminarse desde la regata Sorotxota (440 m.) para llegar al collado Arlegorko Zabala (536 m ) y rodeando la peña Aballarri (635 m.) salir al collado Mantale (577 m.). En él veremos las dos neveras, entre las cuales está el crómlech de Elurzulo (604 m.), en el rellano de Leiako. Tomando la empinada ladera herbosa hacia el sur se encuentran varias neveras en Tximistako hegia (710 m.) acompañadas de un conjunto de cromlechs. La cima nos espera a 200 metros al este.

Un acceso interesante, aunque más largo, consiste en partir de Besadegi (302 m.) hacia el collado Zulueta (392 m.) al sur del Oindi (545 m.) y tomar dirección sur por la cresta hacia el collado Arlegorko zabala ( 537 m.). Rodeando el Aballarri (635 m.) se llega al collado Manttale (577 m.) enlazando con el itinerario habitual. Ascendamos por uno o por otro itinerario, la satisfacción del esfuerzo de superar las pendientes que rodean al Adarra, compensan. Los días soleados o en los que la niebla no lo impide, las vistas que ofrece la cima son más que bonitas. Larrun, Aiako Harria, la bahía del Txingudi, Donostia, la isla, Gazume, Erlo, Hernio y otros muchos puntos de interés se pueden disfrutar desde su cima.

El silencio, el viento y la grandeza se mezclan en las estampas que ofrece Adarra. Una excusa perfecta para acercarse hasta ella y conocer así, otro bonito rincón de Gipuzkoa.