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Fotograma de la película.

Las vacaciones del arruinado Colomo

El realizador se reinventa con 'Isla bonita', una comedia rodada sin guion ni dinero con la que recupera la frescura de sus inicios

Oskar Belategui

Jueves, 5 de noviembre 2015, 17:29

A Fernando Colomo le ha tocado reinventarse a los 69 años. Y no solo creativamente. El realizador se ha divorciado y ha tenido que cerrar su productora acuciado por las deudas. Colomo apadrinó las óperas primas de directores como Fernando Trueba, Icíar Bollaín, Mariano Barroso y Daniel Calparsoro. Debutó en 1977 con 'Tigres de papel', un filme icónico para una generación de 'progres' que inventó la comedia madrileña. A lo largo de veinte películas -la mayoría comedias- ha reflejado los cambios sociales de este país.

En definitiva, Colomo era una vaca sagrada de nuestra cinematografía, que en 1985 se atrevió con la ciencia-ficción y firmó 'El caballero del dragón', el largometraje más caro del cine español hasta entonces con un presupuesto de 300 millones de las antiguas pesetas. Su último largo, 'La banda Picasso', se estrenó hace tres años y recaudó poco más de 300.000 euros, según datos del Ministerio de Cultura. Ahora presenta 'Isla bonita', rodada en peores condiciones incluso que su primera película. "Entonces tuve cuatro veces más gente en el equipo de rodaje: éramos veinte y ahora solo cinco personas", contó a EL CORREO en el pasado Festival de San Sebastián.

Programada en la sección no competitiva Zabaltegi, 'Isla bonita' recupera la ingenuidad y frescura de sus primeras comedias sentimentales. Uno de sus grandes aciertos -fruto quizá de ahorrarse el salario de un actor- es que Colomo interpreta al protagonista, un veterano realizador publicitario a dos velas en el amor y en el banco, que viaja a Menorca invitado por un amigo, el director creativo de una potente agencia que vive un retiro de lujo en una casa de ensueño.

Bajo la excusa de rodar un documental, este Woody Allen cañí se enamora de una escultora con una hija adolescente que también vive revolucionada por las hormonas. Comen, ríen, se bañan en pelotas y acaban contagiándose de la calma insular de aquella tierra, el 'poc a poc', como manera de afrontar los problemas. El filme se ha rodado con tres cámaras, dos técnicos de sonido y uno de producción. Con un guion abierto a la improvisación y actores no profesionales. Llega a los cines gracias a la pequeña distribuidora Surtsey Films.

Colomo recordaba en San Sebastián la "magia" de su desembarco en el festival con 'Tigres de papel'. "Recibimos la copia del laboratorio la noche anterior, ninguno la habíamos visto. El público se empezó a reír desde el principio. '¿Por qué se ríen tanto?', me preguntó Carmen Maura. Ninguno pensábamos que habíamos hecho una comedia". Uno de aquellos 'tigres de papel' bien podría ser el protagonista de 'Isla bonita'.

"Aquella tenía un lado autobiográfico y esta también", consiente el director. "Han pasado cuarenta años y este tipo está en la ruina más absoluta. Quería hacer la película por una necesidad vital. Evidentemente no ha sido por un tema económico, porque ninguno hemos cobrado". Colomo hace treinta años que conoce Menorca y siempre ha tenido ganas de rodar en sus calas. "Ha sufrido pocos desastres urbanísticos. En vez de seguir el proceso habitual -escritura de guion, larga búsqueda de financiación, casting de actores- decidí seguir un camino más directo, que ya había probado treinta años atrás en Nueva York con 'La línea del cielo': rodar directamente con los personajes que me habían inspirado, que de esta forma se convertían en actores para representarse a si mismos".

Así, Nuria, la escultora, es efectivamente pintora y escultora. Miguel Ángel, el publicista, no es otro que Miguel Ángel Furones, el ejecutivo que ha ocupado el puesto más alto en la publicidad española: director creativo mundial de Leo Burnett. La hija de Nuria, Olivia Delcán, ya era actriz y es el gran descubrimiento del filme, tanto que ya trabaja en la serie 'Vis a Vis'. Marcos de Quinto, número dos de Coca-Cola en el mundo y viejo amigo de Colomo, interpreta un pequeño papel. De paso, puso 20.000 euros en el proyecto. "Marcos es hijo de actores. Medio en broma dijo que quería salir, y yo le tomé la palabra porque andaba buscando un villano".

No es la primera vez que Colomo se reserva un papel en sus películas. "No soy exactamente yo, pero el personaje tiene muchas cosas mías. Le he añadido otras para que resulte más patético todavía", matiza. 'Isla bonita' incluye fragmentos de títulos anteriores del realizador en los que este aparece cuando se habla de sus anteriores matrimonios. Como si fueran películas caseras. El autor de 'Los años bárbaros' echaba de menos "la libertad" de rodar sin que productores, televisiones o distribuidoras metieran baza. "Tenía muchas ganas de rodar sin guion escrito, con el de 'La banda Picasso' me tiré siete años".

El precio a pagar es no ver un duro, aunque al final las cosas no han ido tan mal e 'Isla bonita' conocerá una distribución más o menos normalizada. "Pero no es un camino que pueda seguir, porque no soy millonario". Pese a todo, Colomo es optimista cuando se le pregunta por el estado de salud creativa del cine español. "Salvando cuatro excepciones, me asombra que con las condiciones económicas que hay se sigan haciendo películas con tanto grado de compromiso y riesgo. A poco que se apoyara saldría una cinematografía muy potente".

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