El valor de nuestro Estatuto
Tribunas ·
Este viernes, 25 de octubre, el Estatuto de Gernika cumple 40 años. DV ha convocado a los líderes de los cinco partidos con representación parlamentaria a hacer balance y proyectarlo en el futuro del autogobiernoALFONSO ALONSO
Domingo, 20 de octubre 2019, 08:44
A medida que la Transición alumbraba una incipiente democracia de la mano de la Constitución, nacía una España asentada sobre los valores del pacto y ... la concordia. El tesón de los diferentes sectores políticos y sociales culminó en una norma fundamental que articuló nuestra convivencia y arbitró cauces para que los derechos y libertades de los españoles tuvieran su protección, y para que nuestro país expresase su diversidad. Es precisamente en la Constitución donde se consagra la España de las Autonomías y encuentra su engarce jurídico, menos de un año después, el Estatuto de Gernika, que integró las tres provincias vascas en una comunidad política. Es también la Constitución la que ampara los derechos históricos de los territorios forales, que dan lugar al elemento más característico de nuestro autogobierno a través del Concierto Económico.
Nuestro marco de convivencia es sinónimo de estabilidad y progreso. Representa la victoria de la libertad frente al terror y de la seguridad frente a la incertidumbre. La resistencia moral de esta sociedad ha estado amparada por nuestro estatuto, que refleja la mejor versión de nosotros mismos, porque simboliza el espacio de encuentro entre vascos y la unión entre el País Vasco y el resto de España. En definitiva, la expresión de una pluralidad que algunos quisieron dinamitar por la vía de la violencia y que todavía no hemos sido capaces de recuperar plenamente.
En el 40 aniversario del Estatuto de Gernika, es necesario reivindicar su vigencia y garantía de futuro frente a un nacionalismo vasco que quiere darlo por superado y declarar su acta de defunción. Se equivocan quienes han decidido despreciar su valor político y el mayoritario respaldo que sigue suscitando entre los vascos, para lanzarse a un intento de liquidación del Estatuto que puede acarrear graves consecuencias. El mejor homenaje que podemos brindar al Estatuto es reiterar nuestra confianza en lo que nos ha unido y exigir la renuncia a un irresponsable proceso soberanista que, invocando el derecho de autodeterminación, venga a dividir a la sociedad vasca y a empobrecerla económica y socialmente.
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