El relato pendiente del emprendimiento
La 'fase de impacto social' en el proceso de construcción de este relato es clave y está aún por descubrir por gran parte de los agentes económicos e institucionales
Cualquiera podría pensar que el emprendimiento es una cuestión perfectamente comprendida, con un relato articulado y cerrado en todos sus extremos, dado que se ha ... convertido en un lugar común al que todo el mundo se refiere. Sin embargo, creo que es un relato pendiente. El relato del emprendimiento se construye de la mano de la figura del emprendedor, de gran relevancia en la revolución de la sociedad de la información, que puso de moda la innovación tecnológica, las startups y las empresas 'puntocom'. Son años en los que la competitividad transita de la calidad a la innovación, adquiriendo importancia la figura del emprendedor y el emprendimiento. El nuevo estadio de una competitividad basada en la innovación puede explicar el auge del emprendimiento, si bien no se llega a establecer, a mi juicio, la necesaria identificación entre innovación y emprendimiento.
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En todo caso, la importancia del emprendimiento de la mano de la competitividad construye un relato muy primario, que se identifica con una 'fase intuitiva' de la construcción del mismo. Hablamos del emprendedor como si fuese la solución a todos los problemas y construimos discursos que lo ensalzan, sin saber muy bien de qué estamos hablando. Lamentablemente, todavía hoy, estamos rodeados de discursos de esta naturaleza que, además, se hacen acompañar del discurso del talento para construir un relato vacío, la mayoría de las veces.
Esta fase intuitiva da paso a una fase más práctica, más hacedora, en la que se articulan programas para acompañar al emprendedor. Entre ellos proliferan las 'incubadoras', espacios físicos para que el emprendedor se vea arropado en sus primeros pasos. Una estrategia trufada de una cultura de ladrillo, que necesita ser revisada desde un paradigma más relacional y menos espacial. Esta 'fase hacedora' está impregnada de una perspectiva en la que se identifican diferentes elementos que componen el relato del emprendimiento y da como resultado actuaciones muy variadas –business angels, programas de formación especializados...–, además de las citadas incubadoras. Una fase de acción que resulta positiva en la medida en que se pasa a los hechos.
Hablamos del emprendedor como si fuese la solución a todos los problemas, sin saber muy bien de qué hablamos
La cuestión es que, la mayoría de las veces, esa fase deriva en un cúmulo de actuaciones diversas que pronto ponen de manifiesto una cierta sobreactuación con un exceso de actividades –incubadoras por todos lados, programas de diferentes agentes...– y, también, una falta de hilo conductor que ponga en valor el conjunto de las actuaciones. De ahí que la búsqueda de la eficiencia en las actuaciones aparezca como una tarea insoslayable; lo que nos lleva a una 'fase de eficiencia' en la construcción del relato del emprendimiento que, aunque asume el valor de la diversidad, demanda la asignación adecuada de los recursos para garantizar su eficiencia.
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La siguiente fase, de una mayor comprensión del fenómeno del emprendimiento, busca analizar las conexiones entre las diferentes actividades que se han puesto en marcha, estableciendo relaciones y dando un sentido integrado al conjunto de las mismas. Se trata de una 'fase de modelización' en la que el emprendimiento responde a un modelo articulado que proyecta un relato que da sentido a las partes y al todo. La construcción de un modelo de emprendimiento es capital para que la comprensión del fenómeno permita, además, su socialización. Creo que, al día de hoy, existen pocos agentes situados en esta fase del relato del emprendimiento.
Por último, el relato debe transcender del propio emprendimiento y plantearse el sentido del para qué del mismo, en una cierta vuelta al origen. Esto nos lleva a entender y valorar el emprendimiento en términos de su impacto social, de la mano de los procesos de innovación y transformación, lo que abre el relato a una mejor comprensión del fenómeno desde una perspectiva más amplia y holística. La 'fase de impacto social' es clave, constituye una verdadera demanda social y está por descubrir por gran parte de los agentes económicos, sociales e institucionales.
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En realidad, todo el proceso de construcción del relato del emprendimiento es un proceso de discernimiento permanente, en el que primero buscamos identificar las partes del todo a través de la observación –que identifica las diferencias entre las cosas que parecen iguales– y, después, encontrar las relaciones entre esas partes a través de la comprensión –que identifica las similitudes y relaciones entre las cosas que parecen diferentes–. Todo este proceso de observación y comprensión camina de la mano de un aprendizaje transformador –haciendo, transformando, aprendiendo– que no termina nunca y en cada vuelta al origen, para replantearse lo conocido a la vista de los nuevos aprendizajes, hac e crecer el relato. Un relato, el del emprendimiento, que necesita crecer porque estamos muy lejos de haberlo construido mínimamente.
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