El oficio de vivir

Vincennes, 1969-1980

La universidad, brutalmente destruida, se transformó en símbolo del pensamiento crítico, la libertad en acción y la innovación educativa

Domingo, 31 de agosto 2025, 06:00

El campus universitario fue arrasado en la madrugada del 28 de agosto de 1980, días antes del inicio del nuevo curso. Grandes bolas de acero ... echaron abajo las instalaciones docentes; los buldócers asolaron jardines, árboles y cualquier elemento que pudiera recordar que en aquel lugar durante once años se habían ensayado nuevas formas de investigación, de convivencia y de resistencia. Tal atentado contra la inteligencia se produjo hace 45 años no en una dictadura comunista ni en una tiranía latinoamericana, sino en el corazón mismo de la culta y democrática Europa.

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La Universidad París-VIII, Centro Universitario Experimental de Vincennes, fue una iniciativa del gobierno gaullista para alejar a los estudiantes del barrio Latino, palestra en Mayo del 68, confinándolos en un bosque al extremo este de la ciudad. Ese aislamiento favoreció la formación de un microcosmos sólidamente comunitario en torno a un proyecto con visos utópicos.

Alternativa ultramoderna, interdisciplinar y asamblearia al rancio y jerárquico academicismo de la Sorbona, mera 'fábrica de titulados', Vincennes nació como laboratorio de estudio, creación y análisis en torno al mundo presente, y como lugar donde imaginar y experimentar otras maneras de transmisión del conocimiento y de sociabilidad. Aceptaba matrículas de estudiantes sin bachillerato y de trabajadores que en clases nocturnas buscaban su reconversión laboral o sencillamente saciar un afán de saber, así como de numerosos extranjeros huidos de las dictaduras, como la española.

Oficialmente asignada a la enseñanza de Letras y Humanidades, sus programas superaban la vieja escisión entre ciencias duras y sociales al incluir materias como psicoanálisis, matemáticas aplicadas, economía política, ciencias políticas (bien que la política lo impregnara todo), urbanismo, informática, geografía humana... Vicennes atrajo a profesorado de las tendencias entonces punteras que negociaban contenidos y métodos con su alumnado, combinando el pensar con el hacer.

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La aventura terminó vencida por dos enemigos: uno interno, el de estudiantes y profesores drogados de ideología y de ritos con su violencia imbécil; y otro externo, el poder giscardiano que ya en sus estertores encontró en aquel desorden argumentos políticos para 'guillotinar' al sector más brillante de la intelligentsia académica.

Por ironía de la historia, la universidad de Vincennes destruida por los buldócers ha quedado como un potente símbolo del pensamiento crítico, la libertad en acción y la innovación educativa. Ejemplo de utopía práctica.

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