España es un país con valores, sobre todo valores volumétricos: ande o no ande, burro grande. Chifla lo magno, lo colosal, que se identifica con ... lo supremo y concluyente, aquello que no deja margen a relativismos ni a cualitativismos: sacamos el metro y demostramos que lo tenemos mayor que nadie. ¿El qué? Encontramos infinidad de ejemplos: el hotel más alto de Europa (en Benidorm), la discoteca con mayor capacidad del mundo (Ibiza), el lago artificial más grande del continente (Murcia), un jardín de cactus sin competencia (San Sebastián de los Reyes) y hasta una tableta de chocolate de inconmensurables dimensiones (Santander), por citar solo algunos de los muchos y enormes atributos de que se presume en las webs turísticas.
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Y aún hay construcciones hiperbólicas en lista de espera. Últimamente se ha presentado un monumento a Jesús de Nazaret a ubicar en Boadilla del Monte que con 37 metros de altura y 60 de envergadura mirará por encima del hombro a su famoso gemelo de Río de Janeiro. Atracción «inmersiva y sensorial», según se publicita, el público podrá pasear por dentro en contacto con un sagrado corazón con polea que sube y baja (detalle que no suena muy espiritual, la verdad).
Como es obligado en estos casos, dicen que «no costará ni un euro a los contribuyentes» más allá de que se edifique en suelo público (como si este no valiera nada). Lo mismo se argumenta para la noria más alta del mundo, superior a la de Dubai, que después de vueltas y mareos sigue buscando emplazamiento: recién, la idea de erigirla en el parque Tierno Galván de Madrid se ha venido abajo por la negativa vecinal (descanse en paz el 'viejo profesor').
Pero el premio a la especiota se lo lleva sin discusión 'El Toro de España', aspirante a ser proclamado icono turístico internacional al mismo nivel que la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad o el Coliseo romano; ¡ahí es nada! Con sus 300 metros, el morlaco dejará canija a la catedral de Burgos, una de las ciudades candidatas a su erección, proyectando una imagen de «tradición, innovación y orgullo nacional». El diseño contempla en el interior de la cornamenta miradores panorámicos, un centro cultural y tiendas de souvenirs relacionados con la tauromaquia. ¿Y en sus colgajos testiculares que, a no dudar, serán los más grandes del mundo? No se nos ocurre mejor emplazamiento para una sede de Vox.
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Hasta aquí por hoy los megaproyectos de los trumpistas patrios que parecen inspirados en la consigna 'Demos Pelotazos a lo Grande Otra Vez'.
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