Programa programa

Imanol Pradales recibió ayer el apoyo mayoritario del Parlamento Vasco para liderar un nuevo ciclo político en Euskadi. El nuevo inquilino de Ajuria Enea –aunque ... no vivirá en la residencia oficial– se presentó en la tribuna con un programa de más cien folios bajo el brazo, con más de mil propuestas e iniciativas. La hoja de ruta del gobierno de coalición PNV-PSE hubiera colmado de satisfacción al mismísimo Julio Anguita, quien repetía hasta la saciedad que para llegar a acuerdos con su formación –la entonces pujante Izquierda Unida– solo había que poner encima de la mesa las propuestas presentadas a los electores. «Programa, programa y programa», respondía sin descanso. La coalición PNV-PSE desveló ayer su particular cuaderno de bitácora, con un despliegue de acciones para relanzar Osakidetza, su flanco más débil en la pasada legislatura. Pradales armó su discurso en prometer que la vida de los vascos mejorará en sus ámbitos más terrenales, como salud, vivienda, seguridad y cuidados, mientras los socialistas exhibieron su mayor peso político, ayudado por una posición pujante de su líder Eneko Andueza, que fortalece más al PSE. El pleno de investidura mostró detalles de interés. Tanto Pradales como el líder de los socialistas vascos entraron al cuerpo a cuerpo con Pello Otxandiano, a quien le acusaron de no llevar a la Cámara un programa como candidato. Quizá tenía que haber mostrado algo más de espíritu de alternativa de gobierno. Al líder de EH Bildu, que no dejó de abrirse a acuerdos inclusivos, le volvieron a restregar su falta de determinación para condenar el terrorismo de ETA. Es su lastre.