No es para menos
No sorprende pero sí se ha hecho notar la clamorosa tibieza con la que ha reaccionado la política vasca al escándalo Cerdán. El presidente del ... PNV ha llegado a verbalizar que le sorprende que Pedro Sánchez dé valor a un informe de la Guardia Civil «como si fuera una sentencia». Parece el reproche del veterano que se las sabe todas al advenedizo. También, el aviso al otro lado del hemiciclo de que no hay dos mociones de censura iguales, por si alguien se precipita con las analogías. La izquierda abertzale ni se ha molestado en entrar al debate.
El socialismo navarro y el nacionalismo vasco no son, históricamente, grandes amigos. Las decisiones que se tomaron en Pamplona al inicio de la transición aún las recuerdan los viejos del lugar. En Euskadi, la práctica de hacer circular dosieres se conoce bien, lo que explicaría las precauciones. La confrontación directa que se desarrolla en España entre las instituciones representativas y la administración del Estado, sus cuerpos especiales, amenaza con hacer saltar todo por los aires. El cuadro es siniestro, con jueces que se sueltan la melena a meses de su jubilación, policías patrióticos y tribunales excepcionales, a los que han hecho el trabajo sucio Ábalos, Cerdán y su banda de presuntos.
Los papeles de los guardia civiles especiales y el auto de un juez (la administración del Estado) han probado en cuatro días su superioridad sobre la manifestación en Madrid para pedir elecciones (instituciones), lo que abriría un camino más rápido al poder al PP, pero le dejaría en posición de subordinación respecto a estas fuerzas intervencionistas. Con este panorama, Euskadi se mesa los cabellos. No es para menos.
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