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Frente al 'borrokak aurrera darrai', sí a la industria

Es legítimo que el Ayuntamiento de Azpeitia se pronuncie contra la reapertura de Corrugados, pero debe asumir su decisión sin cargar responsabilidades en los demás

Miércoles, 9 de junio 2021, 07:15

Considero necesario hacer memoria y compartir la gravedad con que la crisis azotó de forma especialmente agresiva a la comarca de Urola Kosta hace pocos ... años. Desconozco la razón, pero parece que hoy existiera una corriente de pensamiento hacia la desmemoria, hacia la ruptura con aquella época; señal de que, afortunadamente, esta comarca vive una nueva realidad industrial que da por superadas las amenazas de entonces. Soy optimista por naturaleza, pero no olvido lo que sucedió entre los fatídicos 2013 y 2016 en Azpeitia. Lejos de anclarnos en el recuerdo, debemos ser conscientes de que han sido necesarios siete años para recuperar lo que perdimos con la desaparición de Muebles Azkue, Lasao Muebles, Grumal, ISEQ o TS Fundiciones.

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Supuso una importante destrucción de empleo, aunque ningún cierre resultó tan sonado como el de Corrugados. Se destruyeron 300 puestos de trabajo de un golpe, y en su cierre cabría revisar el papel que jugaron los sindicatos en general y ELA en particular. Las reacciones del comité de trabajadores sonaron en la línea habitual: «Las instituciones matan la industria»; «Borrokak aurrera darrai». El Gobierno Vasco intervino hasta el máximo de su capacidad con el despliegue de herramientas de política industrial, ejecutando la devolución del aval de cinco millones concedido al Grupo Gallardo, propietario entonces de Corrugados. Aquello sucedía en un contexto de crisis económica muy dura, en que el entonces diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano (Bildu), insistía en que no hacía falta elaborar ningún plan anticrisis para el territorio ya que esos planes, decía, «no sirven para nada». Así fue como durante los años 2014 y 2015, muy preocupantes en esta comarca, el Gobierno Vasco trabajó, una a una, todas las oportunidades posibles de recuperación. Una época difícil de olvidar. Hubo una dedicación plena con los comités y plantillas de empresas en dificultades y con la búsqueda permanente de agentes inversores que atendieran las empresas inmersas en concurso de acreedores. Aquella situación pudo superarse con cierto éxito. Visto con perspectiva, el tiempo nos ha transportado no por 'arte de birlibirloque', sino gracias a unas políticas intensivas en lo industrial y tecnológico, a este presente en el que los indicadores macroeconómicos de Urola Kosta han mejorado por encima de la media de Euskadi.

Pero repasado lo anterior, vuelvo a la situación del hoy y a sus oportunidades y amenazas. Después de casi seis meses de incertidumbre, ante la posible reapertura de Corrugados, y tras las acusaciones vertidas contra el Departamento que dirijo, es momento de compartir y aclarar algunos aspectos, empezando por el merecido reconocimiento a la colaboración interinstitucional impulsada a comienzos de año y truncada con el paso del tiempo. Es un acto de justicia mostrar mi respeto y agradecimiento a las personas de los equipos técnicos de Industria y Medio Ambiente que han trabajado con total profesionalidad respondiendo a la consulta planteada por el Grupo Cristian Lay. La verdad ha estado presente en las comunicaciones emitidas por esta consejera y existen pruebas públicas de ello. El Gobierno Vasco ha actuado con criterios de transparencia, responsabilidad administrativa y lealtad institucional.

Las instituciones éramos conocedoras de la propuesta de Cristian Lay. Una empresa con actividad en Lasao, y un plan por escrito que pasa por 50 millones de inversión, 270 empleos directos y una capacidad de producción con claro impacto económico en el entorno. Con pleno respeto al ámbito municipal, es legítimo que el Ayuntamiento de Azpeitia se pronuncie como considere oportuno. Pero debe asumir su decisión sin excusas, con sinceridad y sin cargar responsabilidades en los demás. El Gobierno Vasco se ha centrado en la prosperidad de Azpeitia con iniciativas de calado, y a las pruebas me remito: convenio para el desarrollo del Polígono de Larrin; primer proyecto EKIOLA para constituir una cooperativa de energías renovables; y nuevas oportunidades de crecimiento a empresas habiendo entrado, incluso, en el capital de Elmubas, posibilitando nuevas inversiones con importante creación de empleo.

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Vistas las imágenes recientes en algunas plazas de Gipuzkoa, la reapertura de Corrugados se ha convertido en un referente político. En realidad, esta cuestión ha evidenciado la contraposición de dos modelos de entender y gestionar el desarrollo económico-social ligado a proyectos empresariales, pero la responsabilidad institucional ha de situarse por encima de cualquier posición política. El proyecto cuenta con los mimbres suficientes para que se le otorgue una oportunidad que a día de hoy pasa por un acuerdo entre el Ayuntamiento y la empresa, y en el que pueden contar con la máxima colaboración del resto de instituciones.

El Gobierno Vasco reitera a Azpeitia y al conjunto de Euskadi que seguiremos trabajando por una Euskadi industrial, inclusiva y sostenible. Un modelo en el que cada empleo cuenta y contribuye a la dignidad y bienestar de las familias y de la sociedad. Cada cual, desde sus competencias, ha de contribuir al reto del futuro de la industria y a asumir los proyectos desde el realismo. El compromiso del Gobierno Vasco seguirá siendo trabajar por una Euskadi que dice «sí a la industria y sí al empleo».

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