Editorial

Sobrevivir al Covid

Cinco años después del estallido del coronavirus, somos una sociedad más vulnerable pero a la vez con capacidad de resistencia

Domingo, 16 de febrero 2025, 01:00

El Covid más terrible llegó hace cinco años a nuestras vidas y provocó una gigantesca revolución cotidiana que dejó decenas de miles de fallecidos y ... consecuencias de todo tipo, entre otras, un significativo incremento de los trastornos mentales. La enfermedad nos desnudó e hizo vernos como una sociedad bastante más vulnerable de lo que pensábamos. A pesar de ello, exhibimos una resistencia que nunca hubiéramos imaginado en favor del interés general y para frenar la voracidad de los contagios. Los planes de choques, basados en una vacunación masiva y la eficaz política de ERTEs para salvar empleos, mostraron dos herramientas claves para hacer frente a un inédito fenómeno que inoculó un miedo extremo, que no estuvo exento de zancadillas políticas pese a la gravedad de lo que acontecía en el mundo y que puso a prueba en Europa el equilibrio entre la salud y la economía. No tuvimos más remedio que recurrir al cierre de filas para hacer frente al golpe a la moral colectiva y a la actividad productiva. No salimos siendo una ciudadanía más fuerte, como se pensaba en un principio con ingenuidad, sino bastante más insegura por la crueldad de una epidemia que se propagó por todo el planeta. La vida se sintió amenazada y no salimos con un sentido de más comunidad sino de un mayor individualismo. El actual escapismo que reflejan determinados comportamientos es una derivada de aquel brutal impacto psicológico. El Covid también descubrió una vertiente épica; que sigue siendo necesario el sentido de comunidad y del compromiso, y que la inversión en la innovación y en la ciencia es imprescindible para blindarnos. También hubo colectivos que demostraron lo mejor de sí mismos como los profesionales de la medicina y del sector sanitario, además de todos aquellos cuyo trabajo se demostró útil en aquella coyuntura tan dramática. El Covid nos ha hecho una sociedad más sensibilizada con la investigación contra la enfermedad, con el aumento de las políticas sociales y ha puesto a la Sanidad pública en el foco de las prioridades ciudadanas. Lo ocurrido en muchas residencias de ancianos con los contagios masivos de coronavirus tendría que servir como antídoto de lo que nunca debiera volver a ocurrir. El Covid dejó también una ola de negacionismo científico que hay que combatir con firmeza e inteligencia. Se cuestionan valores que parecían asentados y emergen voces que vuelven a las tinieblas que no podemos tolerar sin combatirlas.

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