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Desalojan a 42 vecinos en Pasai Antxo tras reventar una viga maestra de la estructura de un edificio
La veintena de familias que reside en el número 6 de la calle Blas de Lezo no podrá volver a sus casas, al menos en varios días, y se aloja con familiares y amigos, salvo 13 personas que desde esta noche se reubican en el Hotel Lintzirin
El día de Reyes terminó este viernes con el peor regalo posible para los 42 vecinos de un inmueble de la calle Blas de Lezo ... de Pasai Antxo: fuera de sus casas y sin saber cuándo podrán volver a ellas. El reventón, a media tarde, de una viga maestra de la estructura del edificio obligó a desalojar a todos los residentes, una veintena de familias, que han sido realojados en casas de familiares, amigos o en el Hotel Lintzirin, y que, lo peor, no saben cuándo podrán regresar a sus viviendas. La afección en el inmueble parece grave, según el primer análisis realizado anoche por la arquitecta municipal, que determinó que habrá que apuntalar el edificio y realizar un informe técnico. En principio, parece que las obras que se estaban realizando en la fachada, cubierta por un andamio, no tendrían relación con el reventón de la viga, que fue reforzada hace 20 años, pero que ahora, por causas que se investigan, se ha desplazado.
La propia alcaldesa de Pasaia, Izaskun Gómez, informó de que según esa primera inspección técnica, el inmueble no está como para «volver», solo para permitir que los vecinos puedan recoger alguna pertenencia, como también les permitieron ayer por la tarde los bomberos, antes de ser realojados.
El susto, en forma de gran estruendo, sobresaltó a los vecinos a media tarde, cuando ya se habían terminado las celebraciones y comidas de Reyes y probablemente la mayoría se disponía a retomar la rutina posnavideña. Sobre las 19.10 horas, una enorme explosión hizo hasta «temblar todas las casas». Sacudió las seis plantas que tiene el inmueble, y obligó a abandonar enseguida el edificio a todos los vecinos, que salieron con lo puesto. Hasta el lugar se acercaron guardias municipales, bomberos, Ertzaintza y una ambulancia para evaluar lo ocurrido y atender, si fuera necesario, a alguna persona, aunque por fortuna nadie resultó herido.
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«Han temblado las casas»
El estruendo había sido provocado al reventar una viga maestra que sostiene de arriba abajo la estructura del inmueble, a la altura del primer piso, por lo que según indicó la alcaldesa tras la primera evaluación de la arquitecta municipal, el daño es muy importante para la seguridad de las seis plantas del inmueble, que deberá ser apuntalado. La técnico municipal, además, realizará un informe técnico en próximos días, sobre la afección al edificio del número 6, pero también al colindante, ya que el primero se apoya en el segundo y los técnicos deben evaluar si esta rotura compromete también al edificio contiguo.
«Se ha oído un estruendo tremendo», aseguraba una vecina, que acababa de salir a la calle y se encontraba junto al portal comentando con el resto lo que había ocurrido mientras observaban el trabajo de los equipos de emergencia. «Han temblado las casas», apuntaba otra, que esperaba obtener más información sobre cómo estaba el edificio y dónde iban a tener que pasar la noche.
La alcaldesa de Pasaia se acercó hasta el lugar para preocuparse por los vecinos e ir informándoles de las decisiones técnicas que, al final, obligaron a buscar un realojo que puede prolongarse durante un tiempo. «Han venido los servicios sociales de la Diputación y, de las 42 personas afectadas, 13 han sido realojadas en el Hotel Lintzirin, donde permanecerán no solo los tres días de urgencia estipulados, sino que se prolongará su estancia más tiempo», indicó la primera edil, que estuvo acompañada por las concejalas de Bienestar social, Loreto Osa, y la de Seguridad ciudadana, Lore Suárez.
El caso de Donostia
Este incidente en el inmueble situado en el centro del distrito de Antxo se produce unos días después del que tuvo lugar en Donostia hace unos días, aunque en ese caso no tuvo repercusión en los residentes, que no tuvieron que ser realojados. El susto, en este caso, fue para los viandantes que vieron cómo de repente se desplomó un balcón de piedra de un segundo piso, del edificio de viviendas de la calle Easo, 31, en pleno Centro de la ciudad.
Por fortuna, ningún peatón pasaba en ese momento por debajo, ya que los bloques de arenisca cayeron a la calle. Los bomberos, tras inspeccionar el edificio, que se encuentra protegido por su valor arquitectónico, retiraron también el balcón del primer piso que resultó afectado por el derrumbe para garantizar la seguridad. El edificio había superado la ITE -Inspección Técnica de Edificios- en 2022 y por ello sorprendió este incidente.
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