Errenteria

La final de Copa también se juega en Errenteria

Si la Real estuviera en la final, otro gallo cantaría, claro está. No será lo mismo ver este sábado (a partir de las 22.00 horas en La 1 o ETB1) una final de Copa del Rey entre el Athletic y el Mallorca que ver un derbi vasco con aficiones, algo que no pudo suceder en 2020 por la pandemia y que finalmente se jugó en abril de 2021 en un estadio vacío. Habrá muchos guipuzcoanos que incluso se distraigan esta noche con una película o serie antes que ver al eterno rival levantando posiblemente su primera Copa (parte como gran favorito en todas las quinielas) cuarenta años después.

Los errenteriarras tienen una gran excusa para ver la gran final de esta noche y es que uno de sus ciudadanos como lo es el meta titular del conjunto bilbaíno Julen Agirrezabala defenderá la meta rojiblanca en los 90 o 120 minutos que dure el partido o quien sabe si la final se decidirá desde el punto de penalti. A cuantos hemos escuchado decir durante estos días por las calles eso de «si gana el Athletic me alegraré por Julen»... Con razón.

Y es que el joven jugador que será hoy uno de los veintidós protagonistas del choque copero se formó en las categorías inferiores del Touring antes de marcharse en 2014 al Antiguoko y de ahí pasar en juveniles a la cantera de Lezama. El errenteriarra ha ido subiendo escalones con todo merecimiento hasta ser el segundo portero del Athletic (tras el portero titular de la selección Unai Simón) y el titular en competición copera gracias a la confianza del técnico Ernesto Valverde.

Por el momento no se habla de su futuro –tiene contrato hasta junio de 2025 con los vizcaínos–, pero el cancerbero que hizo sus primeras grandes paradas en el antiguo césped de Fanderia estaría perfectamente capacitado para jugar en un Primera división como titular indiscutible. Tras su buen hacer en la cantera del Athletic y tras la marcha de Iago Herrerín en junio de 2021, el club rojiblanco anunció que sería uno de los cinco futbolistas que realizaría la pretemporada con el Athletic Club. No dudaron en él. El 16 de agosto debutó en Primera, frente al Elche (0-0) en el Martínez Valero, convirtiéndose en el cuarto portero más precoz en debutar en el equipo rojiblanco en el último medio siglo.

A esta final llega después de haberlo jugado todo en la presente edición de la Copa del Rey. Encajó un gol en la primera ronda ante el modesto Rubí (1-2), dejó la portería a cero en segunda, tercera ronda y octavos ante Cayón (0-3), Eibar (0-3) y Alavés (2-0) respectivamente y en cuartos tuvo que defender la portería en San Mamés ante el Barcelona. Cumplió con su deber pese a encajar dos goles en los que no pudo hacer nada y apareció en los momentos clave para sostener a los rojiblancos con grandes paradas.

En semifinales le tocó enfrentarse a los hombres del Cholo Simeone y le dio igual. Tanto en Madrid, que mostró una seguridad total con la sensación de ser un portero veterano y curtido en mil batallas, como en la vuelta en Bilbao, que apareció en los intentos finales del Atlético para dejar la eliminatoria a cero, fue uno de los más destacados.

Hoy quiere poner la guinda para conquistar su primer título con el Athletic y además ser parte de ello de manera directa. Su familia se ha trasladado hasta Sevilla para estar cerca y mostrarle su apoyo. Antes de levantar la Copa al cielo andaluz tendrá que parar a los Muriqui, Larín, Prats y compañía. No será tarea fácil, pero una vez llegado a este punto, no quiere desaprovecharlo.