Saioa, de camino al fin del mundo

Hasta ella nos hemos acercado en esta ocasión desde el puerto de Belate. Partimos del parking que se encuentra junto a la carretera y desde el que nos dirigimos a la ermita de Santa María. Un lugar con una energía especial, junto a un riachuelo que naja con fuerza y cuyo sonido marca el ritmo de nuestro paso, mientras un bosque de hayas desnudas envuelve al edificio religioso. La calzada pedregosa guarda impresos en sus piedras los pasos de los caminantes, pastores, peregrinos, contrabandistas, soldados y otros muchos que pasaron por delante de este precioso un monasterio-hospital de fundación catedralicia, que aparece en el siglo XII. El Monasterio-hospital Santa María fue fundado en 1160, aunque se desconoce quien fue el donante se sabe que años después, en 1165 el papa Alejandro III lo menciona en una bula entre los bienes del obispado de Pamplona.

Nos impresionan sus enormes muros de la edificación de piedra, situada en un camino secundario de la Ruta Jacobea. Destaca su portada románica en el hastial entre dos pequeños contrafuertes y al observar desde los espacios abiertos de la puerta, podemos descubrir que en su interior pueden verse los restos de la antigua ermita del siglo XII. Está prácticamente vacía, aunque envuelta en un manto creemos apreciar alguna imagen religiosa.

Junto a la iglesia de una sola nave, en cuyo exterior destaca una enorme chimenea, así como los contrafuertes en el lado Norte que parecen de construcción posterior, ya que parece que tenía a los dos lados ambos atrios no conservados. Sus muros rezuman la historia de la que han sido testigos, ya que en 1513, las tropas del rey D. Juan de Labrit destruyeron el conjunto antiguo. El último rey consorte de Navarra fracasó en su intento de mantener el reino, sus tropas, al retirarse hacia la frontera, saquearon el monasterio-hospital.

La historia recoge que este templo de montaña fue muy protegido por reyes y obispos navarros. El monasterio tuvo gran importancia y llegó a gozar de importantes posesiones: en Elvetea el hospital de Santa Cruz de Asco (Baztan), las iglesias de San Martín de Unx, Beire, la basílica, albergue de Santiago, iglesia de Lekaroz, Almandoz...

El monasterio de Santa María de Velate, situada en el valle de Ultzama pertenece al concejo de Alkotz, aunque solo tenía cuatro camas, siempre mantuvo su carácter caritativo. De hecho, los estudiosos destacan que era habitual el paso de peregrinos por la zona en verano y a todos los que tocaban sus puertas recibían sidra y pan, y seguían su camino. Sin embargo, en invierno, algunos llegaban a quedarse veinte días y no les faltó nunca fuego, cama, ropa, buen caldo, sidra ni pan. Está recogido que en el s. XIV había una persona que se encargaba por mandato del prior, de la administración de sus bienes, se llamaba receptor y a la vez racionero del hospital. En 1325, sabemos que gobernaban un comendador llamado don Aimeric y una priora llamada doña Jurdana.

Otros episodios que destacan en la historia de este edificio nos trasladan en el tiempo al siglo XVIII. El 23 de abril de 1764, se incendió inexplicablemente como según cuenta D. J. Goñi Gaztambide: «...en breves horas se quemó y redujo a cenizas toda su fábrica interior con cuantos muebles, ropas...» y en 1793, la devastación francesa durante la Guerra de la Convención y sus respectivas reconstrucciones, hace que del antiguo conjunto apenas queden partes.

A partir de la Guerra de la Convención (1793-95), la imagen de la Virgen que allí se veneraba, fue trasladada a Alkotz y las romerías que se hacían hasta el monasterio el día de San Agustín (28 de agosto), fueron suprimidas.

Los miembros de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago por Urdazubi-Baztan velan por mantener en pie esta edificación y han realizado importantes trabajos para lograr ese fin. De hecho, en 2010, en ese cometido encontraron en el interior del monasterio balas, monedas, clavos antiguos... algunos restos son de los siglos XI y XII.

El recorrido de esta semana nos ha encantado. A pesar de la fuerza del viento que en algunos puntos nos dificultaba incluso nuestro avance, mereció la pena por la belleza de ríos, bosques y las magníficas vistas. Tras aparcar en el parking de Belate, seguimos la ruta de GR-12.

Poco antes de llegar al monasterio, el GR se desvía a la izquierda para ir tomando altura por la antigua calzada hasta alcanzar el collado de la Ermita o Ermitako lepoa. Seguimos ascendiendo por terreno despejado, dejando a la derecha, la ermita de Santiago (siglo XII) cercada con una alambrada, Avanzamos hasta llegar al refugio de Etxola bajo el collado de Azkenatz. Desde aquí el sendero continúa ascendiendo por las laderas de Gartzaga hasta alcanzar su collado en el que encontramos varios crómlech y el humedal de Okolim.

Desde el collado de Gartzaga seguimos el cordal ascendente hacia el E/NE por zona herbosa con pendiente constante hasta alcanzar la cima del Okolin. Antes de la cima vemos una senda que evita la cima por la ladera norte de la montaña sobre la Selva de Saioa. Llegamos a la cima de Okolin, desde ésta descendemos hacia el collado que le separa de Saioa (1.418 m). Una vez en Okolingo lepoa iniciamos la ascensión a Saioa y vemos que poco después el GR 12 se dirige a la derecha por la ladera sur de esta montaña en dirección al collado de Sagardegi. Seguimos el GR hasta que se inicia el descenso hacia ese collado. Nos hemos colocado sobre el collado de Sagardegi y ascendemos por la ladera herbosa en dirección Noroeste, caminando sobre los entramados herbosos que aportan sus aguas subterráneas a los manantiales que conforman el nacedero del río Arga.

La cima redondeada del monte Saioa se erige majestuosa sobre el resto de cimas del sector. Hacia el norte se dirige el cordal que va descendiendo hacia Ziga. Al este podremos ver los blancos picos del Pirineo. Al oeste la divisoria sobre Belate y al sur, en torno al monte Xuriain, las regatas que se dirigen hacia Eugi. Descenderemos hacia el suroeste buscando la bifurcación donde el GR 12 busca la ladera sur de Saioa. Una vez en este punto regresamos al punto desde donde partimos.