Oindo, un paseo con vistas al mar

Mendira, dentro de esos días mágicos, concretamente el sábado 22, propone una nueva salida a Oindo, pasando por Adarra y Eteneta. Un lugar considerado por muchos como mágico, con una energía especial que ya sentían los antiguos pobladores de la zona, ya que numerosos monumentos pueblan los alrededores de ambos montes.

Plazas circulares o cromlechs, menhires, túmulos,... se reparten por los terrenos de esta zona de Urnieta, en el que el testimonio más antiguo que se ha localizado se trata de la cueva de Marizulo. D. Manuel Laborde estudio el espacio en 1961, situado debajo del caserío del mismo nombre y ya citado por Gorosabel en su Diccionario - Descriptivo. Los estudiosos asegura que alcanza una antigüedad de 3.000 años antes de Cristo. El año 1961, D. Manuel Laborde explora esta cueva situada debajo del caserío del mismo nombre y ya citada por Gorosabel en su Diccionario - Descriptivo.

La cueva está ubicada a 200 metros sobre el nivel del mar, tiene varias entradas orientadas al sur en la parte meridional del monte conocido por Pardaki´ko Arkaitzak (peñas de Pardaki).

Excavaciones, realizadas entre los años 1962 y 1963 por D.Manuel Laborde, D. Miguel de Barandiarán, D. Tomás de Atauri y D. Jesús Altuna, demuestran su uso por humanos ya que encuentran los restos de un individuo de unos 25 años que pertenecen al Neolítico.

Algunos de aquellos hombres y mujeres que poblaron las tierras entre Oindi y Mandoegi descansan en algunos de los monumentos que se reparten desde Urnieta y Arano. El 'menhir de Eteneta', puesto en pie en 1978, destaca por encontrarse en un escenario espectacular, en el amplio collado, Agerreko zabala, entre los montes Adarramendi y Oindo a 704 m sobre el nivel del mar. El menhir cuenta con más de 2 m de altura, añadiéndose un metro más enterrado bajo tierra. Se sitúa en el conjunto de testigos que conforman el cromlech del mismo nombre que data de la Edad del Hierro.

Durante la salida del día 22 podremos contemplar este monumento funerario megalítico, así como algunos otros cromlechs como el de Elurzulo y Arleorko zabala. Son solo algunos de los monumentos que forman parte de la estación megalítica de Oindi-Mandoegi/Urepel, compuesta por 22 puntos funerarios que según los investigadores fueron construidos en la Edad del Bronce, e incluso en épocas posteriores (Edad del Hierro), que se reparte por tierras de Andoain, Berastegi, Elduain, Hernani y Urnieta en la zona guipuzcoana y de Leitza y Arano, en la navarra. Se tratan de los dólmenes de Aballarri, Altxista, Otsolepo y Pozontarriko Lepoa; de los cromlechs de Altxista, Arleorko Zabala, Elurzulo, Eteneta I y II, Etzela, Etzela O. Etzelako Arritxuriak, Ezioko Soroa, Ezioko Tontorra, Mulisko Gaina, Tximistako Egia y Unamene, Amunola, Tximista y Deskarga, del menhir de Usobelartza y la cista de Oindi.

Todos ellos están realizados con piedras irregulares areniscas del lugar, separadas entre sí con distancias variables, formando en conjunto de mayor o menor diámetro, distinguiéndose con facilidad las cuatro piedras indicadoras de los cuatro puntos cardinales.

Se desconoce su significación exacta. Podrían ser puntos señalados para celebración de reuniones, o bien para el encendido de hogueras conmemorativas. Cabe la posibilidad de que tuviesen un carácter religioso orando allí a sus dioses o a sus muertos. Don José Miguel Barandiaran nos dice que «estos monumentos megalíticos fueron surgiendo en todas las comarcas pirenaicas a donde llegara la vida pastoril y cuya área llegó a cubrir todo el País Vasco; con los documentos materiales o signos visibles de un mundo de creencias, de nociones y de intenciones».

El recorrido a Oindo comenzará en el parking del restaurante Besabi de Urnieta. Desde allí nos dirigiremos al caserío Montefrío siguiendo la carretera asfaltada. Delante del caserío veremos una señal vertical junto a una puerta que dejaremos atrás, para comenzar el ascenso continúo hasta llegar al collado Agerreko zabala. Antes disfrutaremos de un agradable paseo por una zona boscosa en la que nos encontraremos un amplio bosque que atravesaremos tranquilamente, mientras continuamos ascendiendo. Una vez en el collado podremos ver el cromlech de Eteneta y a unos metros la cima de Oindo.

Una vez que hayamos disfrutado de las vistas y la tranquilidad del lugar, emprenderemos el camino para subir hasta Adarra. El acceso a esta cima presenta cierta dificultad por encontrarse en lo alto de una zona rocosa. La subia al Adarra requiere cierta destreza en su ascenso y también en su descenso. Una vez superada esa parte, comenzará el descenso por una zona herbosa por la que nos dirigiremos hasta la zona boscosa cerca de Aballarri.

Superada esta zona, seguiremos la pista de tierra que nos lleva al caserío Montefrío para desde allí alcanzar el parking de Besabi. En el restaurante un pintxo de txorizo y un caldo caliente, una sidra o lo que cada uno prefiera sabe a gloria.