Mendaur. El poder de la belleza natural

La tradición se cumplirá un año más mañana domingo, siguiendo la tradición tan extendida tanto a un lado como a otro de Mendaur. Las localidades de Bor-tziriak y Malerreka esperan la llegada de la visita del carbonero y la buena nueva. Localidades en las que han nacido muchos basomutilak (leñadores) que durante generaciones han acudido a los bosques de Irati a trabajar duro para sacar adelante a sus familias. Sus madres esperaban ansiosas su llegada, conocedoras de los riesgos y la dureza de su trabajo. El regreso de sus hijos era su regalo cada año.

Entonces, y todavía ahora, mientras se produce la llegada de Olentzero, muchos de sus vecinos ultiman los preparativos decorando sus casas. Los eguzkilores no faltan en las bonitas puertas de madera de los caseríos de Aurtitz, junto a los que por estas fechas se coloca el muérdago. Las tradiciones paganas han pervivido con las religiosas en estas tierras navarras y cumpliendo la costumbre popular, ante la llegada del solsticio de invierno, hacen acopio del muérdago y lo colocan como elemento de decoración.

Hay que colgarlo en la puerta principal de la casa. La única condición es que la lengua no puede tocar la tierra porque, como se ha dicho antes, vive «entre la tierra y el cielo». Hay una leyenda que dice que el poder mágico de la lengua proviene de su origen: se dice que se produce cuando un rayo golpea en un árbol, simbólicamente, porque las tierras del cielo se unen.

Hay que mantenerlo colgado hasta que llegue el día de Santa Lucía (13 de diciembre), el día más corto del año. Una vez que hemos pasado un año protegiéndonos, es el momento de quemarnos y ponernos uno nuevo. No pasa nada si no se hace el mismo día 13, pero suele llevarse a cabo en vísperas de las fiestas navideñas para llegar con fuerzas renovadas al nuevo año. También hay familias que hacen este cambio en el solsticio de verano.

La lengua de muérdago se puede encontrar en los troncos de los frutales, sobre todo en manzanos, perales y robles. La flor tiene un color amarillo suave, y los frutos parecen pequeñas uvas blancas, que no se pueden consumir (son venenosas). Algunos de quienes siguen la tradición consideran que es una planta mágica, un protector y un medicinal mágico. También hay quien defiende su fuerza, dado que lo consideran un símbolo de la paz, la planta protectora contra toda brujería negativa, que impide los incendios, que cura los males. También muchos la relacionan con la fecundidad de la mujer; y con el amor. Según la creencia popular, el amor de la pareja que se besa bajo la lengua de muérdago durará para siempre. Además, atrae la felicidad y la salud para el nuevo año.

Fuera como fuese, el muérdago es considerado un misterioso y enigmático vegetal cuyos tallos no se ensucian con la tierra, aunque se nutre de la tierra, a través del árbol en el que se desarrolla que en el caso de los robles le transmiten su poder sagrado. Por ello, la lengua de muérdago se convierte así en la planta más sagrada después de que el espíritu del roble llegue a ella.

Los expertos en la materia destacan que «la misma palabra druida, dru (roble) + vid (mihura), parece provenir de la unión de estas dos palabras, es decir, el del roble de fuerza muscular y el espíritu y la sabiduría de la lengua, ambos en el mismo yugo y en la misma persona. Robles con venas en la tierra, que absorbe las fuerzas más densas de la tierra. Y las lenguas, sus raíces en la tierra, porque, sin mancharse, a lomos del roble, saca una fuerza pura, profunda, noble, digerida de espíritu».

Pello Zabala, en su obra 'Natura mintzoa', recoge que «si te regalan algún zarpazo de mihura (muérdago), tómalo. El que te lo ha dado lo sabe, y para que lo sepas dámelo: es celestial, no contaminado por las fuerzas sucias de la tierra, con las venas limpias, por el jugo y la sapa del árbol lo que ha vivido: las lenguas amarillentas lo son también, casi translúcidas...»

Tras pasear por las calles estrechas del barrio ituindarra de Aurtitz, comenzamos el ascenso hasta Mendaur siguiendolas señales que nos llevan hasta su cumbre. La magia del lugar nos rodea en cada sendero o bosque.

Mendaur es un monte muy conocido y visitado por los mendizales. Fácilmente identificable por su forma y la ermita que corona su cima, este monte navarro separa el valle de Malerreka y de Bortziriak. Se ubica en el extremo más oriental y domina de forma soberbia los pueblos de Zubieta, Ituren, Doneztebe y Sunbilla. Mendaur forma parte de un extenso macizo cuyos límites aproximados son el río Ezkurra hasta el alto de Ezkurra (692 m.), donde tiene su nacimiento el Urumea, las montañas de Artikutza, cuyas frondosidades circundan el embalse de igual nombre (353 m.) y el curso del río Bidasoa hasta Doneztebe (114 m.). En esta zona las cimas principales forman una gran 'Y' apuntada hacia el norte: Izu (829 m.), Loitzate (1.048 m.), Ekaitza (1.047 m.) y finalmente Mendaur (1.131 m.).

El acenso desde el barrio de Aurtitz (215 m.) de Ituren nos lleva hasta el embalse de Mendaur (710 m.) para alcanzar el collado Buztiz lepo (935 m.), al sur del pico, separándolo de su monte vecino, Mendieder (1.077 m.). Bustiz lepo aparece jalonado por un menhir. Desde aquí un sendero serpentea la montaña y se dirige hacia la roca final. Exigente ascensión que se puede realizar sin problemas si se toma con calma y que los días despejados nos ofrece unas vistas magníficas. En esta ocasión, el premio estaba sobre la espesa nube que nos impedía contemplarlas, aunque el baile de la niebla que se produjo en nuestra visita fue espectacular.

Unos sesenta escalones permiten alcanzar la ermita de la Trinidad sin el menor temor. La ermita se inaguró en 1692, y en ella se lee: «Ixilik Jaingoikoaren itza, nere etxea otoitz etxera». El obispo Juan Grande Santos de San Pedro dio su licencia.

Dentro de un mes, los joaldunak de Aurtitz se reunirán con los de Ituren y Zubieta. Los gigantes de Malerreka harán retumbar sus joares para despertar a la Madre tierra, mientras 'hartza' baila al compás del ritmo metálico y los 'moxorros' hacen de las suyas. El último lunes de enero, Mendaur no perderá detalle del gran momento y la transformación que se vivirá en Malerreka. Un regalo y un placer.