Cualquier época del año es buena para subir a Hernio (1.078 m.), pero septiembre aún más si cabe. El ascenso hasta la cima es ... una máxima que algunos cumplen a diario, otros muchos cada fin de semana y los hay quienes cumpliendo una tradición familiar, que se transmite de generación a generación. Suben todos los domingos de septiembre. A partir de mañana, las piezas más populares vascas inundarán la campa de Zelatun y se podrán escuchar por los caminos que nos llevan a Zelatun o Hernio, destino de esta primera ruta de Mendira en su nueva temporada.
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Inicio que nos conduce por una clásica ruta hasta ese magnífico balcón que nos ofrece, los días despejados, una panorámica perfecta de los montes de Gipuzkoa, Navarra y Bizkaia incluso. Udalatx, Anboto, Larrunarri, Aratz, Aizkorri, Aketegi, Aiako Harria, Pagoeta, Kukuarri, Gazume, Erlo, Aizpel, Uzturre, Larrun..., la lista es interminable se mire a donde se mire desde la cruz de Hernio, a la que más de un mendizale subirá para agradecer la oportunidad de disfrutar de las excelentes vistas un año más o que gane Orio este año las regatas de La Concha en San Sebastián. Así lo hizo Gorka Elizondo. El oriotarra aficionado al remo realizó la subida a pesar de «estar desentrenado», pero convencido de que su esfuerzo iba a ayudar en el propósito de los remeros aguiluchos de llevarse la bandera más preciada donde las haya del remo guipuzcoano.
Tras realizar la petición a la cruz, junto a la que coincidió con el tolosarra Jose Antonio Legarra Zabala, Elizondo emprendió el camino de regreso. Legarra reconocía que le había costado subir, pero había logrado su objetivo. A sus 73 años, aseguraba que «había prometido en mi casa que no volvería a Hernio, pero después de ver la previsión del tiempo que anunciaba un tiempo inestable dudé, pero esta mañana, al levantarme y ver que estaba despekado me he animado y aquí estoy un año más». El tolosarra reconocía que «antes íbamos mucho a Pirineos. Nos conocíamos todos los picos y, en cambio, no había subido a los de Tolosaldea y el resto de Gipuzkoa. Después empezamos a conocerlos y ahora, aunque no goce de la fuerza de antes, me gusta salir a hacer rutas al lado de casa y Hernio, siempre me tira mucho y he vuelto. Hoy he subido».
Y es que la magia del Hernio atrae a muchos mendizales que, como Jose Antonio, «al menos una vez al año hay que subir», para disfrutar las vistas o del txorizo cocido de Antonioren borda en la que María Jesús Etxeberria le sirvió.
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La urrestildarra afincada en Errezil le confirmó al tolosarra la noticia de que «este será nuestro último septiembre en Zelatun, al menos en la borda de Antonio». Legarra se sorprendía, ya que los últimos 14 años María Jesús y su marido, Jose Maria Ugartemendia, se habían encargado de abrir a diario las puertas de la borda en la que nunca ha faltado una buena taza de caldo caliente, un vaso de vino o sidra y los bocadillos de txorizo o carne cocida. «Dejaremos la borda a finales de año», aseguraba Etxeberria que reconocía está cansada, porque según comentaba «atender el bar de la borda es duro y aunque me llevo muy buenos recuerdos porque durante estos años hemos hecho buenos amigos y la gente nos ha reconocido el esfuerzo de abrirla, ha llegado el momento de renovar el alquiler de la borda y hemos decidido dejarla». A esto añadía que «mi marido ser ha prejubilado y la edad nos pesa a todos».
María Jesús Etxeberria reconocía que «ha habido de todo, pero yo me quedo con los buenos momentos», entre los que no podrán olvidar que en 2021 recibieron por sorpresa un Sol Repsol gracias a las buenas opiniones de la gente. Tampoco olvidará los grandes recuerdos de las romerías de septiembre que tanta gente traen hasta aquí, pero también del día de San Juan Txiki que recuperamos y que acabamos de celebrar con bastante gente este año. Otro día especial es el Viernes Santo, en el que también subía mucha gente hasta Zelatun».
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Información MIDE
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Acceso Desde Asteasu o Orio deberemos tomar la GI-2631 que nos lleva a Iturriotz.
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Horario El recorrido desde la venta de Iturriotz ronda las dos horas y media, aunque con la parada en las bordas se puede alargar. Recomendable parar en ellas.
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Distancia 8,6 km
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Desnivel positivo 476 m
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Severidad del medio 2
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Dificultad orientación 1
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Dificultad del terreno 3
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Esfuerzo necesario 2
Este año, aún estarán durante las romerías de los domingos de septiembre, en la que mañana animarán la jornada los trikitilari y panderista Enaitz eta Erkizi; el día 14, Aitziber Arruabarrena eta Aritz Erasun; el día 21, Ostolaza eta Larrañaga y el día 28, será el turno de Izer eta Alabier.
Etxeberria recuerda que «no nos vamos hasta diciembre. Seguiremos abriendo como siempre hasta entonces, después ya se verá quién se hace cargo de la borda. Esperemos que alguien se anime, pero no hayq ue olvidar que la otra borda seguirá abriendo como hasta ahora».
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Desde Iturriotz, un clásico
Tras aparcar junto a la venta de Iturriotz, emprendemos el camino hacia Hernio siguiendo las señales indicativas que nos conduce junto a la ermita de San Juan hacia la cima. El camino al comienzo de la ruta es bastante pedregoso yas lluvias abundantes han destrozado parte de la pista de tierra, lo que exige cierta destreza superar el pimer tramo. Superado este, llegamos a los prados de Sagarainzelai donde hay un par de dólmenes. Se trata de los monumentos megalíticos de Zaingo Ordeka y Zaingo bizkarra.
Continuamos el camino ascendente en el que encontramos las marcas rojas y blancas junto a la marca amarilla del Camino de Santiago, que nos dirige a nuestro objetivo, mientras disfrutamos de unas magníficas vistas de la cosa.
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A unos metros, a nuestra derecha, observamos un poste vertical que nos indica la dirección a seguir hasta Gazume. En esta ocasión, nuestro objetivo es Hernio y avanzamos por los estrechos caminos que se han ido abriendo formando pequeños canales de paso sobre esa tierra de color marrón rojizo.
Vacas y yeguas pastan plácidamente, ajenas a nuestro paso mientras en la lejanía observamos la cima de Hernio con su gran cruz. Antes de alcanzarla deberemos superar tramos en los que nos encontramos grandes piedras pulidas por el paso de senderistas, el viento y la lluvia. Exige cierto cuidado, antes de recuperar el camino de tierra que nos conduce a las bordas de Zelatun.
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Desde allí, comienzo un tramo de bastante pendiente y unos dos kilómetros de distancia en el que también deberemos tener cuidado con las rocas que se encuentran en el camino. Las vistas nos permitirán tomarnos algún descanso en los tramos con mayor pendiente. Antes de llegar a la cima, pararemos junto a la borda de Erniozaleak. Allí, cumpliremos el rito de pasar los aros por nuestro cuerpo para prevenir los problemas de salud en los huesos como el reuma.
A continuación, emprenderemos el último tramo que también se presenta en cuesta y con numerosas piedras de grandes dimensiones a nuestros pies. Con paciencia alcanzamos la cruz que tocamos para pedir nuestro deseo y después disfrutamos de las vistas. Espectaculares.
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El regreso lo realizamos por el camino de ascenso. Un placer.
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