Ver 41 fotos
Allerru, el monte fortificado que mira al mar
Discreta cima, la más alta de la línea de Jaizkibel, desde la que disfrutamos de unas espectaculares vistas los días despejados
Un día soleado, Allerru (545 m.) nos ofrece unas magníficas vistas de Bidasoa, Oarsoaldea, Donostialdea y la línea costera hacia Zarautz... Vistas que dejan boquiabiertos a quienes las disfrutan por primera vez y tienen enamorados a muchos de los que suben hasta este monte, el más alto de la línea de Jaizkibel. La irundarra Cristina López es una de las asiduas a la cima situada entre Pasaia y Hondarribia y disfruta recorriendo los 20 kilómetros del trazado que realiza habitualmente o desde el parking de Guadalupe, como otros muchos senderistas.
Publicidad
El santuario fue erigido en el siglo XVI. Este templo religioso, muy querido por los hondarribiarras, fue destruido y reconstruido varias veces tras los asedios sufridos por la ciudad a lo largo de la historia. La construcción actual es del siglo XIX. En su interior se encuentra una imagen de la Virgen de Guadalupe, que se encuentra rodeada de maquetas de barcos y objetos marinos donados por pescadores en cumplimiento de un voto a la virgen. Cada 8 de septiembre se celebra una romería en las campas que rodean el santuario.
Desde este punto las vistas de la bahía de Txingudi y lo que le rodea son espectaculares. Su estratégica ubicación nos permite disfrutar de esa belleza natural en la que se aúnan el mar y los montes que rodean a este precioso entorno que durante siglos ha sido lugar de numerosos episodios bélicos. Uno de los más importantes para los locales es la victoria contra las tropas francesas en 1638, aunque desde fines de la Edad Media, la frontera de Bidasoa se tornará un foco problemático para ambos lados de la misma, provocando a lo largo de la historia numerosas incursiones armadas y ocupaciones militares.
INFORMACIÓN MIDE
-
Acceso: Para llegar a Guadalupe tomamos la AP-8 para salir en el peaje de Irun y después la GI-636 hasta Hondarribia; finalmente, la GI-3340.
-
Horario: El paseo desde el santuario de Guadalupe hasta Allerru ronda las tres horas a un ritmo tranquilo, disfrutando de las vistas.Recomendable para hacer en familia.
-
Distancia 12km.
-
Desnivel positivo: 401m.
-
Severidad del medio: 2.
-
Dificultad orientación: 2.
-
Dificultad del terreno: 3.
-
Esfuerzo necesario: 2.
Otro de los momentos clave de la línea de Jaizkibel se produce tras la Última Guerra Carlista (1872-1876). Según los datos históricos consultados, el Gobierno de España se ocupa de su posición en este nuevo equilibrio de fuerzas. Así, se determina fortificar la región fronteriza en torno al paso del Bidasoa. Para ello se proyectan 8 fortificaciones situadas en cumbres que permiten la mutua defensa en caso de una invasión francesa. Finalmente, solo se erigen tres: la de Guadalupe, la de San Marcos y la de Txoritokieta. La primera, la más oriental de todas ellas, se sitúa a 200 m. sobre el nivel del mar, en una posición estratégica respecto a la entrada del estuario del río Bidasoa y el puente internacional de Irun.
El fuerte fue terminado en 1900, justamente en un momento en que el desarrollo de la tecnología militar y, especialmente, la inminente de la irrupción de la aviación en la guerra, iba a dejar obsoletas fortalezas como esta. No obstante, el fuerte iba a tener una importancia especial durante los primeros meses de la Guerra Civil. Por un lado, fue empleado como cárcel por las Juntas establecidas para defensa de la República. Al mismo tiempo, sus baterías fueron empleadas, sin mucho efecto, para entorpecer el avance franquista desde Navarra. El 4 de agosto, ante la inminente llegada de los sublevados, el destacamento abandona la plaza y, antes de la llegada del enemigo, un grupo de milicianos anarquistas fusila a 18 presos, mientras que otros muchos huyen. Tras tomar el fuerte, los franquistas liquidaron aquí a 5 milicianos.
Publicidad
Además de los fuertes, en el entorno de Jaizkibel fueron proyectados 15 torreones, de los que doce pueden agruparse en dos líneas: los del monte Jaizkibel (cinco) y los torreones de Irun (siete en total). A ellos hay que sumar los torreones de Arkale, Gaintxurizketa y San Marcial. De los 6 torreones que fueron construidos en la línea de Jaizkibel, solamente 5 han perdurado hasta nuestros días. Dos de ellos se ubicaban entre el fuerte de Guadalupe y la cima del monte, y los otros entre ésta y el canal de Pasaia.
Estas edificaciones son de planta hexagonal, a excepción del quinto torreón, el más oriental, que es cuadrado. Constaban de una planta baja, un primer piso y terraza aspillerada. El acceso se hacía a la primera altura, a través de una escalera que podía retirarse. En el interior, el piso y la escalera interiores eran de madera. En los muros se abrían unos pequeños vanos rectangulares que permitían ventilar el interior y observar el exterior.
Publicidad
Otro de los focos interesantes de la línea, en cuanto a fortificaciones se refiere, es el castillo de San Henrique, construido por los carlistas y Lord John Hay. Junto a las ruinas de las paredes exteriores y las divisiones de los compartimentos del interior de dicho edificio se encuentra el buzón de Allerru, fácilmente localizable porque varias antenas de telecomunicaciones lo rodean.
Desde Guadalupe a Allerru
La historia rodea a cada una de las piedras que conforman esos muros y torreones de la línea de Jaizkibel que se hallan en mejor o peor estado, pero que nos recuerdan la importancia de la ubicación de la cima de Allerru, en cuyo recorrido nos encontramos con varios monumentos megalíticos como el túmulo de Santa Bárbara, el dolmen de Iskulin, el de Jaizkibel III y IV al que se suma el de Atxiñar y otros de la zona que conforman la estación megalítica.
Publicidad
Tras aparcar nuestro vehículo en el parking cerca del santuario, cruzamos la carretera que nos adentra siguiendo una pista cementada a una zona boscosa en la que los castaños lucen un dorado follaje que brilla aún más si cabe gracias a los rayos del sol, que sin mucha fuerza nos ilumina. Cuando finaliza la pista seguimos a la derecha para afrontar un sendero muy marcado por el paso de los senderistas que se dirigen primero a Jaizkibel y después a Allerru. De camino a nuestro objetivo de esta semana no podemos dejar de mencionar las magníficas vistas que nos ofrece la línea de Jaizkibel. El cielo azul contrasta sobremanera con el color del agua de mar. Tal vez nos llame más la atención a quienes somos de interior, pero es precioso, sin menospreciar la belleza de las montañas como Aiako Harria, Hernio o Adarra que contemplamos o las cubiertas por un impoluto manto blanco en Aralar con el imponente Txindoki, y muy lejos, Orhi y otros picos de Pirineos.
De camino pasaremos junto a los dólmenes Jaizkibel III y IV tras dejar atrás la torre de Erramutz. Pronto alcanzaremos una campa abierta en la que contemplaremos yeguas, vacas y sus potros y terneros que disfrutan del sol mientras hacen acopio de las puntas hierba que crecen en un terreno empapado tras las lluvias de los últimos días. Pronto alcanzamos otra nueva torre, la de Santa Bárbara, en perfecto estado, y muy cerca se encuentra el mirador de Jaizkibel con su mesa orientativa. Avanzamos para alcanzar el túmulo de Santa Bárbara y poco más arriba el domen de Iskulin.
Publicidad
Tras dejar atrás el depósito de agua, seguimos el sendero que nos conduce por una zona rocosa a Allerru que localizamos rápidamente junto a las de antes. Una vez allí solo queda disfrutar de las vistas. Preciosas. El camino de regreso lo podemos realizar por el mismo trazado.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión