25 años sin Antxon y Gaizka

Este domingo se cumplen 25 años del fatídico accidente que acabo con la vida del montañero guipuzcoano Antxon Alonso Susperregi y de Gaizka Razkin en la Patagonia de Chile. Según recogen las crónicas de la época, las elevadas temperaturas registradas produjeron el derretimiento del hielo y un alud de nieve una avalancha de hielo y piedras en Torres del Paine, al sur de Chile que arrastró al oiartzuarra y donostiarra. La expedición estaba formada por un grupo de seis montañeros vascos, de los cuales cuatro, Gerardo Tellextea Iturburí, Josetxo Rodrígyez Salazar, Andoni Areizaga Orube y Martín Zabaleta Larburu pudieron salvar sus vidas.

Los alpinistas bajaban de la cima de la torre principal del Paine (2.360 metros), a unos 2.000 kilómetros al sur de la capital chilena cuando se produjo la avalancha. Enormes bloques de piedras y hielo se desprendieron en la misma alcanzando a Alonso y Razkin, según relataron los sobrevivientes.

Antxon Alonso Susperregi, natural de Oiartzun, contaba con un amplio historial en las cumbres más prestigiosas del mundo. Como el resto de los expedicionarios, era monitor e instructor de la Escuela de Escalada de Alta Montaña la Federación Guipuzcoana y vocal de la modalidad de Escalada Deportiva. El donostiarra Gaizka Razkin, monitor de escalada, perdió la vida con 27 años en San Sebastián.

La expedición de seis alpinistas llegó a Chile el pasado 3 de febrero e invertió dos semanas en subir y bajar el pico, uno de lo más atractivos del lugar. Los alpinistas vascos lograron su objetivo, pero la fatalidad quiso que la historia no tuviera el final esperado.

Los alpinistas vascos comenzaron a trabajar en la pared el seis de febrero y terminaron el dieciséis. El grupo utilizó la técnica de las cuerdas fijas, es decir, escalar todos los días, fijar las cuerdas y bajar. «El 18 de febrero subimos los 900 metros de la cara noroeste».

La ascensión dejó la vía 'Antxon y Gaizka ' 600 metros de pared del pico de 2.600 metros de altitud. La nueva vía que abrieron los expedicionarios vascos se encuentra en la cara noroeste de la Torre Central de Paine (2.600 metros). Tiene 12 largos y 600 metros de largo. Los últimos 300 metros fueron recorridos en 1963 por el camino abierto por los ingleses Bonnington y Williams, para luego llegar a la cima. Según describieron los participantes en la expedición la describían como «un camino muy protegido porque la roca es muy buena y no hay riesgo de caída de piedras. El camino es muy seguro, equilibrado».

En su ascenso los vascos aseguraron todo el camino con parábolas. «Para rapelar también hay muy buen camino, porque la cuerda no se atasca. Camino rápido, seguro y unos años barras para subir probablemente la ruta más clásica a la Torre Central de Paine. Tras 900 metros de pared, hay un camino fácil de cinco o seis largueros hasta la cumbre, un camino de apenas dos horas aproximadamente».

El camino abierto en 1998 por la expedición tiene dificultad A2+/6b+ y se encuentra a la izquierda del camino 'Kanterarik ez' abierto en 1991.

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