Montaña

El trineo de viento, en marcha

Tras 50 días de muchas dificultades hasta el punto de partida en la latitud 62° Norte, comienza la aventura hacia Upernavik con la fuerza del viento

Sábado, 25 de mayo 2024, 06:53

Mi misión ya concluyó con el definitivo y helador recorrido de 200 kilómetros en moto de nieve realizado desde el grado 62 en el casquete polar groenlandés punto de partida de la expedición hasta el depósito base dejando las motos en un lugar adecuado. Comenzó el momento de gloria de los otros ocho componentes de la expedición del trineo de viento cero emisiones que está ya navegando hacia el grado 73 norte donde se encuentra el destino, el pintoresco pueblo de Upernavik y objetivo de esta expedición también científica en beneficio de todo el planeta para conocer mejor el porqué y las secuelas del evidente cambio climático.

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Antes de bajar del indlandsis recorrimos el 'jardín de los nunataqs', llamado así por Ramón, una zona con nuevas montañas emergiendo del hielo que tuvimos el privilegio de explorar. Ser los protagonistas en pisar por primera vez aquellas tierras de nieve, hielo y roca, fue un momento verdaderamente bello y único. ¡Nosotros los primeros por allí, qué subidón! A pesar del excesivo frío, acuciado por el terrible viento que azotaba la cumbre de uno de estos nuevos nunataqs en la que nos encontrábamos, disfrutamos igualmente del maravilloso paisaje que nos ofreció aquel increíble lugar, casi único en el mundo. Inhóspito. «Un lugar que no está recogido en los mapas, lo que demuestra el derretimiento de la capa de hielo», señalaba Ramón Larramendi, perfecto conocedor de aquellas tierras. Ese momento fue uno de los grandes hitos de la expedición correspondiente a la fase de exploración en la que estuvimos inmersos los que compusimos la primera parte de la expedición Larramendi, el groenlandés JJ Simonsen, Miguel Ángel Vidal y yo mismo.

No había botella de cava para la botadura del barco. No importaba, estábamos en una situación mejor y más emocionante. Fui testigo de excepción de los primeros kilómetros de navegación de la extraordinaria y nueva composición del trineo de viento cero emisiones. Imagínense y pónganse en situación: viento de 10 km/h. Ramón Larramendi estudia y analiza la situación y manda poner la cometa de 150 m2. Confiesa que es toda una incógnita si esa tela lanzada al viento a 250 metros de distancia de la locomotora será capaz de mover el nuevo convoy de 20 metros de largo por tres metros de ancho, y arrastrar los tres mil kilos que suman sus cuatro enormes vagones más las pulkas que arrastra en cola. Máxima tensión. Máxima emoción.

Lunes, 13 de mayo, 09:30am, momento clave de la expedición. Los compañeros levantan a cometa guiando la locomotora el inventor y diseñador del trineo de viento Ramón Larramendi. Y como si fuera una suave máquina su base de teflón blanco empieza a deslizar suavemente sobre la superficie helada con un sonido, que no ruido, que sonaba a sinfonía blanca en medio del hielo. Una delicia ver navegar el trineo de viento.

Durante esta semana, con diferentes vientos, cambiando de posición el trineo cuando hiciera falta para orientarlo en la dirección correcta, han seguido su singladura, avanzando kilómetros dirección Norte, con días de hasta 200 kilómetros de navegación. El trineo de viento está en marcha y se dirige hacia su objetivo.

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