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Kilian Jornet ha demostrado en numerosas ocasiones ser un hombre al que le gustan los retos. En esta ocasión el alpinista catalán se ha propuesto llegar a la cima del Everest por una vía poco transitada, la complicada arista oeste, por la que apenas un puñado de alpinistas han buscado ascender a la montaña más alta del mundo. Hoy, Kilian ha alcanzado los 6.800 metros de altitud junto a su compañero de cordad, David Gottler.
Ambos intentarán alcanzar una gran hazaña, ya que según los expertos la arista oeste del Everest es una de las rutas más complicadas hacia el punto más alto de Everest. Para subir hasta ella, hay que dejar atrás el legendario Corredor Hornbein, conocido así en honor al primer alpinista que decidió adentrarse en él y superarlo. Un estrecho paso que da paso a una pared cuya inclinación, superior a los 50º, obliga a superar pasos de escalada de dificultad extrema a más de 8.000 metros. Una prueba superable por unos pocos que pone a prueba a los mejores en el último tramo antes de alcanzar la cima.
Una expedición estadounidense, siguió esta ruta hacia la cumbre en 1963, cuando luchaba por abrir una nueva vía que impregnara su nombre en la montaña. Los alpinistas Thomas Hornbein y Willi Unsoeld lograron su objetivo aunque estuvieron a punto de morir en un descenso que les obligó a dormir a la intemperie a más de 8.500 metros.
De las más de 9.000 personas que han llegado a la cima del Everest solo unos pocos lo han hecho siguiendo esta ruta que quiere explorar ahora Jornet. El catalán tendrá como compañero de cordada en esta ocasión a David Gottler. Kilian Jornet reconocía en redes sociales que «cuando me envió un mensaje de texto el año pasado, no necesitábamos muchas palabras para planear una escalada juntos. Una idea simple y una alta posibilidad de fracasar resume perfectamente lo que estamos buscando durante las próximas semanas en la región de Khumbu».
Kilian Jornet en 2017 logró subir y bajar dos veces el Everest del tirón en seis días sin oxígeno artificial. En la primera expedición tardó 26 horas tras partir del monasterio de Rongbuk (5.100 metros). En la segunda, necesitó 17 horas partiendo del Campo Base (6.500 metros). Dos años más tarde, el catalán se propuso subir otra vez al techo del mundo, manteniendo también el sueño de ascender al Lhotse. Al final, el mal tiempo y el peligro de avalanchas impidieron que el catalán pasará de los 8.400 metros de altitud. A unos pasos de su objetivo Kilian debió regresar al Campo base.
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